Fernanda Maciel lo volverá a intentar. Tras un primer intento de récord en el Aconcagua en el que se tuvo que dar la vuelta, la corredora de montaña brasileña, afincada en España, ha confirmado que dará una nueva oportunidad a su desafío y tratará de completar el ascenso y descenso a los casi siete mil metros del Aconcagua.
Maciel ha bajado a Mendoza tras abortar esa primera tentativa, desde donde está observando cómo las condiciones climatológicas no dejan de empeorar, no sólo en la zona de montaña, sino también en los núcleos de población más cercanos a ésta.
Y es que en las últimas horas los alrededores del Aconcagua están siendo sacudidos por fuertes vientos, que llegan hasta los 90 kilómetros por hora, además de que se han producido multitud de aludes que incluso podrían impedir el regreso de Fernanda Maciel al Parque del Aconcagua, de donde descendió el fin de semana.
Las carreteras que van desde Mendoza hasta el Parque del Aconcagua están en este momento cerradas debido al peligro de aludes. Pero también ocurre lo mismo en el lado chileno, por lo que de momento no hay posibilidad para Maciel de regresar al parque.
“Hay mucho mal tiempo y muchos aludes que ahora han destruido las carreteras. No sé si podré subir desde Mendoza ciudad o Chile hacia el Parque Aconcagua. He bajado ayer (por el sábado) a la ciudad y ahora me toca esperar” nos contaba Fernanda desde Argentina.
Eso sí, la segunda tentativa parece asegurada de momento, aunque no podrá ser antes de una semana. De momento, los partes meteorológicos adelantan malas condiciones para lo que queda de mes de enero, por lo que probablemente esa segunda tentativa sea ya en los primeros días del mes de febrero.
“Hasta el día 1 de febrero habrá fuertes vientos y aludes que no paran. A ver…” nos contaba Fernanda Maciel sobre la fecha de su posible segunda tentativa, algo que confirmaba horas antes desde sus redes sociales.
Asimismo, otra de las razones para que decidiera darse la vuelta ha sido la gran cantidad de barro que se encontró durante los primeros 30 kilómetros de desafío, a lo que se une un fuerte dolor de cabeza que le sobrevino en la frontera de los 6.000 metros de altitud. Todo ello hizo que, sumado al fuerte viento, decidiera darse la vuelta e intentarlo unos días más tarde.
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