La historia del récord de desnivel esquiado en ascenso y descenso ya cuenta con un nuevo capítulo escrito. El noruego Lars Erik Skjervheim superó el pasado domingo 20 de mayo 20.939 metros verticales en la Myrkdalen Ski Area, ubicada cerca de la localidad de Voss (Noruega). Este registro, a una media de 872 m/h, supone una notable mejora de la mejor marca anterior, 18.654 m, que había sido firmada por Mike Foote, tres veces subcampeón de la Hardrock 100, hace poco más de tres meses. A su vez, el estadounidense había batido un récord que desde 2009 estaba en manos de Ekkehard Dörschlag.
“Nunca volveré a hacer esto”, reía el corredor y esquiador de montaña de 37 años, tras darle 44 vueltas a un circuito de 3,8 km (ida y vuelta) y 460 m de desnivel. El trazado recorría una pista de esquí preparada que a mitad de recorrido había instalado un puesto de avituallamiento líquido y en su cima (a 1.199 m), uno de sólidos para que pudiera alimentarse en el descenso sin necesidad de parar. Además, contó con el apoyo de 15 personas que contabilizaban los bucles y hacía una asistencia técnica preparando el material.
“La parte más difícil de este reto fue entre las horas 14 y 19. Observé cómo mi energía poco a poco disminuyó. Además, empecé a tener dolores musculares muy graves en la pierna derecha. Pero después de 20 horas pude ver la luz al final del túnel y eso me dio otro gran impulso. Estoy orgulloso y feliz de poder establecer un nuevo récord. He soñado con esto durante los últimos tres años” explicó el nórdico, octavo en la última Pierra Menta con Filippo Beccari y duodécimo en el Mundial de Portugal 2016.
Por su parte, su compatriota Malene Blikken Haukøy, de 26 años, estableció el primer registro mundial femenino con 15.440 metros de desnivel positivo y negativo superado.
