Todo aquel que ha corrido un ultra trail puede intentar explicar a los demás qué es lo que esto supone, pero normalmente, no encontrará las palabras adecuadas para explicarlo. Pero además, correr estos retos nos permiten aprender ciertas lecciones valiosas para nuestra vida cotidiana, más allá del deporte.
La importancia de la constancia
Cuando nos ponemos un reto como objetivo, conseguirlo no es fácil. Ser constantes es una de las claves para poder poder acabar un ultra trail. Hay que entrenar durante muchas semanas, en condiciones no siempre favorables, y dedicando un mínimo de cinco días a la semana.
Sólo así podemos estar seguros de que llegamos a la linea de salida totalmente preparados, aunque eso no signifique que vayamos a acabar, sino que hemos puesto todo lo necesario para poder hacerlo.
La mente es más poderosa que el cuerpo
Tras horas y horas corriendo, el cuerpo y su fuerza se van agotando, y es cuando la mente y su poder van tomando el relevo. En un ultra trail nos damos cuenta del poder de nuestra mente y de la capacidad de esta para poder seguir luchando aun cuando no tenemos fuerza en nuestros músculos.
De los malos momentos se sale
¿Quién no se ha sentido hecho polvo durante un ultra trail? ¿Quién no ha pensado en abandonar durante horas para acabar con el sufrimiento? Pero muchas veces, cuando seguimos luchando, se sale de los malos momentos y, como por arte de magia, volvemos a encontrarnos bien, con fuerza física y mental.
Cuando ves que, estando en una situación muy complicada, eres capaz de salir de ella y remontar, eso te hace darte cuenta de que no importa lo mal que te encuentres en un momento dado, que siempre se sale de esos malos momentos.
Saber que eres capaz de más de lo que crees
Cuando alguien se enfrenta a su primer ultra trail y echa la vista atrás, cuando apenas era capaz de correr unos minutos sin sofocarse, se da cuenta de que puede hacer más de lo que uno mismo pensaba. Cuando te propones un reto, normalmente no sabes si serás capaz de hacerlo, y cuando lo logras te da fuerzas para ponerte retos cada vez más difíciles.
Aprender a regular los esfuerzos
Cuando corres un ultra te das cuenta de que hay que saber mantener un ritmo, no ir demasiado rápido, pues te podrías quemar muy pronto, ni muy despacio, pues podrías quedar fuera de los tiempos de corte.
Así, aprender a llevar el ritmo adecuado de las cosas es una virtud que se puede aplicar a muchos aspectos de la vida. No forzar nada, ni dejarlo pasar como si nada. Hay que saber dosificar para poder llegar hasta el final sin desanimarse.
