La primavera comienza sus semanas más intensas. Tras un primer mes de introducción, los meses con más actividad de la flora están entre nosotros. Este periodo, repleto de aspectos positivos y que suponen una motivación para muchos, para otros supone el arranque de unas semanas un tanto complicadas. Y esto se debe al comienzo del proceso de polinización de muchas especies vegetales, que produce una oleada de efectos en la salud de aquellos que son sensibles al polen expulsado en estas semanas.
Entonces, ¿cómo podemos combatir la presencia del polen en el aire para que nos afecte lo menos posible? Uno de los consejos principales para los alérgicos al polen es salir a correr cuando la cantidad de polen en aire sea lo más baja posible. Esto ocurre, normalmente, a primeras horas de la mañana, así que en la medida de lo posible, prepárate para madrugar y aprovechar los primaros rayos de sol. Por regla general, es entre las 5:00 y las 9:00 horas cuando los alérgenos están en su menor índice de actividad.
Uno de los mejores amigos de los corredores con alergia es la lluvia. Está comprobado que la presencia de polen en el aire es muy inferior en las horas inmediatas después de que haya llovido. Lo ideal es consultar las webs de meteorología para saber cuándo lloverá y así poder salir con menos polen en el ambiente.
Y si la lluvia es el mejor amigo del atleta con polen, el viento es el que puede traer más problemas. Cuando el viento hace acto de presencia, es más probable que haya una mayor cantidad de polen en el aire, ya que se desprende de los árboles, por lo que se hará más complicado completar tu entrenamiento.
En el caso de tener que tomar medicación para la alergia, lo ideal es que consultes con tu médico de cabecera las posibles contraindicaciones de la medicación prescrita, ya que algunos antihistamínicos pueden producir cansancio y somnolencia, por lo que es importante no confundir los efectos del medicamento con una bajada del rendimiento por otras razones.
El material también puede ser una buena opción para intentar paliar los efectos del polen; procura utilizar gafas, ya que puede rebajar el picor y el lagrimeo de los ojos. Utiliza ropa que transpire lo mejor posible e intenta no secarla en el exterior después de lavarla, ya que el polen se puede almacenar entre los tejidos y liberarse cuando nos la pongamos.
Otra de las opciones es, durante las semanas que más nos ataque la alergia, alejarnos un poco del monte y entrenar más en entornos urbanos o en la cinta de correr del gimnasio, ya que en la montaña la presencia de polen es mucho mayor. Dejar el monte unos días puede hacer que no tengamos que dejar de entrenar durante estas primeras semanas primaverales.
Combatir la alergia con la alimentación
Otra forma que nos puede ayudar a luchar contra los efectos de la alergia es cambiar ciertos patrones nutricionales durante las semanas en las que los problemas arrecian. La clave está en evitar los productos que producen liberación de histamina en nuestro organismo, la cual empeora el efecto de una alergia. Intenta reducir el consumo de carnes rojas o huevos e intenta primar el consumo de proteínas de otras fuentes, como el pescado.
Así, siempre es positivo aumentar levemente la ingesta de líquidos en general y agua en particular. En lo que a comer se refiere, intenta consumir más frutas y verduras de lo normal. Evita también las conservas, el queso, el marisco o el alcohol. Una de las cosas que nos pueden ayudar a mantener una mayor hidratación puede ser consumir infusiones después de cada comida.
La importancia del descanso
Descansar por la noche es casi un reto cuando el polen invade la primavera. Por ello, intenta dormir siempre con las ventanas cerradas. Si puedes, hazte con un filtro para el aire acondicionado para evitar la entrada del “enemigo” en casa. Si tienes congestión, utiliza métodos tradicionales, como vahos con plantas naturales o toma un suero recomendado por tu farmacéutico.