Para conseguir un alto nivel deportivo y competitivo, lo primero que hay que hacer es entrenar y sobre todo entrenar muy bien, planificar cada temporada hasta el más mínimo detalle, tanto a nivel de entrenamientos como de competición. Debemos controlar nuestros parámetros físicos para que no tengamos ninguna carencia, ni alimenticia, ni de ningún otro tipo o alguna complicación derivada del alto desgaste físico que provocan competiciones y entrenamientos.
También hay que ser muy meticulosos con la preparación técnica y la preparación psicológica. En el caso de la técnica, si esta es muy justa, podremos estar muy fuertes, pero no podremos sacar todo el partido a esta fortaleza, o lo que es lo mismo, muchas horas de sacrificio sin poder aprovecharlas al máximo.
Igualmente, si no tenemos la “cabeza” bien preparada, cualquier contratiempo nos puede reventar todo el trabajo físico y técnico que hayamos hecho. Nunca ganarás si inconscientemente nunca quieres ganar.
Dicho esto, ¿a qué me refiero cuando hablo de tener un punto de locura? Pues me estoy refiriendo a no ser cuadriculado o totalmente rígido, con una mente cerrada donde no hay opción a la improvisación y al cambio de estrategia, de no ser capaces de “leer” una carrera conforme se va desarrollando y no ser atrevidos de intentar hacer lo impensable.
A tener la habilidad y el coraje para que en un momento concreto seamos capaces de lanzar un ataque inesperado y violento, que descoloque a nuestros rivales, o a dinamitar una carrera desde la misma línea de salida, jugándonosla a todo o nada, cuando sabemos que en condiciones normales va a ser muy difícil para nosotros obtener un buen resultado.
Tener un punto de locura no es estar loco ni hacer locuras, esto sería peligroso y podría causarnos problemas serios o algún accidente; hay que ser conscientes de lo que vamos a probar y valorar los posibles riesgos que puedan desencadenar.
Cuando todo esto está en su sitio, es un punto de locura lo que marca la diferencia entre lo competidores, saber tolerar las “imperfecciones” para ser perfecto. A veces la diferencia entre ganar o no es que lo que a uno le parece una locura para otro es lo normal.
Tener un punto de locura es saber reconocer cuándo se presenta el momento de atacar, de ser capaces de visualizar si ese es el momento oportuno o si por el contrario, debemos esperar a atacar en el momento más inoportuno y esperado por los rivales, o hacerlo en el sitio mas difícil y comprometido del recorrido, donde decidimos apostarlo todo a una acción para intentar ganar una carrera.
También de ser capaces de improvisar sobre la marcha acciones muy ambiciosas y contundentes, cuando nuestra planificación sobre la carrera se ha ido al traste por lo que ha ido sucediendo durante la carrera.
Esta improvisación puede ser muy sencilla y austera o puede ser el punto de locura que nos aporte la agresividad e inteligencia suficientes para que determine el desenlace de una competición.
Es interesante tener a veces ese punto de locura en los entrenamientos también, para romper la rutina o probar en algún momento de ir mas allá de donde pensamos que podemos llegar. No se trata de buscar los límites, sino de olvidar por un rato que los tenemos.
Para tener este punto de locura y que éste funcione la mayoría de veces, todo el trabajo diario de entrenamiento en general debe estar muy bien hecho y se ha de ser muy organizado, porque sino en lugar de pensar cómo aplicar el punto de locura, tendremos que ir solventando los problemas (si podemos) que la propia competición nos planteará.

Cuando todo está en su sitio, nos podremos permitir tener la mente muy abierta para cambiar nuestro plan, compitiendo si nos interesa o si nos hace falta un plan diferente, para intentar avanzarnos a los acontecimientos, para saber jugársela sin pensar demasiado y no estar especulando en conformarnos con lo que tenemos; por lo tanto no debemos dejar que un teórico resultado nos condicione la carrera.
Puedes entrenar mucho para ganar, pero eso también lo pueden hacer los otros, la diferencia es saber tener un punto de locura.
