Salir a correr siempre tiene una consecuencia: tarde o temprano acabamos sudando. El sudor es un fenómeno sobre el que, a pesar de ser muy común, muchos corredores desconocen ciertos aspectos que son importantes.
¿Qué es el sudor?
Básicamente, el sudor de todo corredor de montaña está principalmente compuesto por agua, aderezado con algunas sales minerales y toxinas, todo ello liberado por unas glándulas dispuestas bajo la epidermis que se ocupan de liberar este líquido en cuanto el cerebro da la orden.
Tenemos tres tipos de glándulas sudoríparas, distribuidas por toda la superficie corporal: ecrinas, apocrinas o apoecrinas, que se reparten por casi todas las zonas del cuerpo. Los lugares donde más concentración tienen de estas glándulas son el dorso de la mano y las yemas de los dedos.
¿Cuánto sudamos?
En total, se calcula que cada persona cuenta con entre tres y cuatro millones de glándulas sudoríparas, que son capaces de expulsar unos 600 mililitros de sudor por cada hora en el caso de realizar esfuerzos continuados de gran intensidad, si bien hay deportistas de élite que son capaces de multiplicar varias veces estas cantidades, incluso alcanzando los cuatro litros por hora de esfuerzo.
El sudor comienza a brotar de nuestro cuerpo con un único objetivo, refrigerar nuestro cuerpo; al trabajar como una máquina, nuestro organismo es capaz de almacenar energía para poder utilizarla después. Lo que pasa es que cuando comenzamos a utilizar esa energía, el proceso genera calor, y ahí está la clave de la sudoración.
Sudor Vs. Calor
El cuerpo necesita estar a una temperatura de unos 37 grados centígrados; al correr, el proceso de quemar energía genera un calor que hace aumentar esta temperatura, algo que hace saltar las alarmas del cerebro, que inmediatamente comienza la secreción de sudor para intentar mantener esta temperatura.
Cuando el sudor, que comienza a brotar por diferentes zonas de nuestro cuerpo, logra evaporarse, la temperatura de nuestro cuerpo comienza a disminuir; por eso, cuanto más calor hace o cuánto más intenso es el ejercicio que estamos realizando, mayor será la cantidad de sudor que expulsaremos del cuerpo.
Por lo tanto, el sudor no es más que un sistema que se encarga de proteger nuestro organismo, ya que sin él cualquier esfuerzo físico haría subir nuestra temperatura corporal de forma casi inmediata, con las consecuencias que eso tendría para nuestra salud.
Distintas personas, distinto sudor
Ante el mito de que las personas con más peso sudan más, podemos decir que es algo estadísticamente cierto; la razón es que para realizar el mismo ejercicio (intensidad y duración iguales) que otra persona más delgada, la persona con más peso gastará más energía, lo que hará subir antes la temperatura de su cuerpo, lo que se traducirá en una mayor sudoración.
Pero, como todo en el mundo del deporte, no es igual para todos los corredores; la sudoración no será la misma en deportistas que tengan parámetros de peso, altura o temperatura corporal parecidos, lo que hace que la composición del sudor de cada corredor sea única y diferente a la de los otros atletas.
Incluso también se han encontrado diferencias entre hombres y mujeres; en un estudio científico realizado en Japón, se midió la sudoración de un hombre y una mujer, ambos deportistas de élite, y los datos arrojaron que, estadísticamente, los hombres sudan más que las mujeres. Según el equipo encargado del estudio, la razón podría encontrarse en una mayor presencia de testosterona en los hombres.
Cuidado: hiperhidrosis
Pero el sudor también puede llegar a ser un problema, ya que podemos sufrir un exceso de sudoración, una afección conocida como hiperhidrosis. Esta enfermedad suele acompañar a los que la sufren desde su infancia y se puede dar de forma localizada, es decir, que sea una sola zona de nuestro cuerpo la que produzca este exceso de sudor, normalmente en palmas de manos y pies, cabeza o axilas.

En la afección plantar origina mal olor, ampollas, maceración de la piel, infecciones locales, micosis y deteriora los calcetines y el calzado. La axilar humedece la zona, la irrita, también produce mal olor y deteriora la ropa. El tratamiento local la mejora pero no consigue eliminarla del todo. La craneofacial se caracteriza por una sudoración excesiva de frente y cara, se desencadena tras un estrés mínimo y los que la padecen se ven obligados a estar secándose la cara continuamente.
Por supuesto, este problema puede ser un contratiempo a la hora de hacer deporte, ya que ese exceso será todavía mayor, por lo que pueden verse obligados a ingerir más líquidos durante la carrera o incluso a utilizar material especial que sea capaz de absorber y evaporar todo ese exceso de líquido.

2 comentarios
También hay que tener en cuenta que entre dos corredores de la misma altura y peso e incluso entrenamiento puede llegar a tener una sudoración diferente por la capacidad de reacción que tiene cada cuerpo, en algunos es mas controlada y reacciona mas lentamente. Es un problema para la gente que reaciona rápido y en exceso dentro del deporte ya que al no poder refigerar nuestro cuerpo sudora más y hace que el sistema trabaje el doble generando mas esfuerzo y cansancio.
Interesante artículo! Pero he echado de menos más información