Para todos los corredores por montaña, un punto clave a la hora de entrenar o competir, es si andar o correr en las cuestas. Es algo difícil de decidir y en algunas situaciones, parece que nuestra elección siempre es la errónea, pero ¿qué debemos tener en cuenta a la hora de echar nuestras manos a las rodillas o seguir corriendo cuál gacela?
Nuestra entrenadora y experta en carreras por montaña, Virginia Pérez, nos da unos consejos sobre cuando utilizar cada técnica, dependiendo del terreno y de la condición de cada corredor.

Aspectos a tener en cuenta
- El terreno, a tener muy en cuenta, sobre todo en aquellos desniveles que, como decíamos antes, nos quedaban en duda de si correr o caminar. Si el piso es muy complicado por muchas raíces, piedras, curvas de muchos grados… Vas a necesitar «echar tus manos» a las rodillas y marcar un paso firme caminando. Vas a avanzar mucho más, el esfuerzo será “menor” y ahorrarás energía para cuando haya un punto en el que la necesitemos. El porcentaje de desnivel es uno de los puntos clave a la hora de decidir si ponernos a caminar. Cuando el porcentaje es mayor de un 20%, está claro que nuestro esfuerzo al correr es muy elevado, y seguramente, el gasto energético y el costo es mucho mayor de lo que merece la pena, por lo que es conveniente colocar las manos en las rodillas o usar unos bastones y ponernos a caminar. Pero en los desniveles menos pronunciados, menores del 20, pero mayores al 10%, la decisión es más delicada.
- Destrezas: hay muchas personas que, por su forma de correr o de andar, les conviene más una u otra de estas formas de avanzar. Hay personas que por su forma de correr, o por el terreno por donde suelen entrenar, están más acostumbrados a ser más correderos, pero el tema de andar, no lo suelen gestionar bien, por lo que si sienten que gestionan mejor seguir corriendo hasta límites insospechados, será mejor esta forma. Pero otras personas, avanzan mucho más corriendo: quien no ha visto esa persona que va andando, y tú vas corriendo y te adelantan por la derecha… brutal. Esas personas, “descansan” andando y les merece la pena coger aire en esa parte y avanzar de esta manera.

- Longitud de la subida: si la cuesta es muy larga, tendremos que valorar si nos conviene comenzar trotando para ir bajando el ritmo a andar, o si preferimos coger el ritmo caminando, ya que vamos a estar 1 hora subiendo y no vamos a ser capaces de aguantar tanto tiempo corriendo. Y al contrario, en carreras tipo “gymkana” en las que son subidas muy pronunciadas, pero de apenas unos metros positivos, merece la pena intentar correr todo el tramo, eso nos hará avanzar bastante.
- Otro punto clave en subidas largas sería intentar ir variando todo el rato: correr-andar. Manteniendo un ritmo constante, nos hará avanzar muy rápido y el ir variando la técnica, nos hará ir descansando músculos y posiciones.
- Kilómetro de carrera: si es al principio de carrera, puede que tengamos mucha energía y que cualquier subida nos parecerá «corrible», pero más tarde, cuando el cansancio acuda a nosotros, las haremos todas andando por la falta de fuerza… Por esto, es mejor planear la carrera previamente, y comenzar andando lo más posible en estas cuestas de “dudas” para intentar acabar más “dignamente” corriendo todo lo que podamos.
Para tener todo esto en cuenta, podemos realizar en entrenos todo tipo de cuestas, para poder valorar nuestras mejores habilidades, cómo nos sentimos mejor, etc. Es clave la individualización, ya que cada uno de nosotros puede encontrarse mejor o peor en un determinado tipo de terreno, de porcentaje de desnivel, etc.
Por lo tanto, debemos conocer bien la carrera para tomar una decisión y conocer nuestras habilidades, así como valorar como nos encontramos a lo largo de la carrera para poder avanzar lo más rápido y mejor posible.
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