Para mejorar, hay que salir de nuestra zona de confort. Este es un mantra que se aplica en todas las facetas de nuestra vida. Hacer lo que ya sabemos que somos capaces de realizar de forma cómoda no nos permite mejorar nuestras habilidades, sea cual sea el campo del que estemos hablando.
¿Qué es la zona de confort?
En el campo del entrenamiento deportivo, la zona de confort es aquella en la que los entrenamientos se realizan a intensidades que tenemos más que controladas y no suponen un gran esfuerzo. Es decir, entrenar en nuestra zona de confort es hacerlo de forma cómoda y a ritmos que, para nosotros, son fáciles de mantener.
Nuestro experto en entrenamiento, Lluis Capdevila, lo tiene claro a la hora de hablar de la zona de confort de un corredor de montaña; “bajo mi punto de vista, si hablamos de entrenar en serio, prácticamente siempre deberíamos entrenar fuera de la zona de confort” apunta el entrenador del CAR de San Cugat.
¿Cómo identificar nuestra zona de confort?
Entonces, ¿cómo identificamos si estamos realizando un entrenamiento en nuestra zona de confort? “El primer indicativo es que el ritmo al que habitualmente estamos acostumbrados a entrenar ya no es el mismo, resoplamos y hemos de esforzarnos para mantener el nuevo ritmo, notamos algún dolor que casi teníamos olvidado, piernas, incluso brazos, y si vamos con alguien no podemos mantener las conversaciones habituales de explicar batallitas” comenta Lluis.
Pero este tipo de percepciones personales no siempre son las más adecuadas para medir con exactitud el nivel al que estamos entrenando realmente. Por ello, la única forma es conocer nuestros umbrales aeróbico y anaeróbico, algo que sólo podemos saber si nos realizamos una prueba de esfuerzo, algo que por otra parte todo deportista debería hacer a principio de temporada.
De esta opinión es también Lluis Capdevila, que apunta que “lo más importante es verificar los ritmos con el pulsómetro, pues el índice de percepción es muy diferente para cada persona y nos puede parecer que apretamos mucho o todo lo contrario. Una vez tengamos claros los umbrales aeróbico y anaeróbico, sabremos el rango de pulsaciones con las que hay que trabajar”.
Beneficios de este entrenamiento
Una vez aclarado que es todo esto de la zona de confort, pasamos a lo que más nos interesa a la hora de saber si debemos incluir estos entrenamientos a nuestro plan: los beneficios que nos puede dar salir de nuestra propia zona de confort. Y es que son muchas las consecuencias positivas de subir la intensidad de nuestros entrenos de forma controlada.
Según Lluis, entrenar fuera de nuestra zona de confort “mejorará nuestro nivel, resistencia, velocidad, potencia, etc… En fin, toda nuestra condición física; pero cuidado esto requiere un tiempo y varias o muchas sesiones, y hemos de tener muy claro las pautas de una buena recuperación y de que asimilamos bien las nuevas cargas de trabajo”.
Precauciones con el entrenamiento fuera de la zona de confort
Al incluir cambios en nuestro entrenamiento, sobre todo en lo que se refiere a duración o, como en este caso, intensidad, deberemos estar atentos para paliar los posibles contratiempos derivados de este cambio en nuestra preparación física. El primer aviso ya nos lo avisaba Lluis, ya que debemos de introducir este aumento de intensidad siempre de forma paulatina y permitiendo siempre que nuestro cuerpo se recupere de un esfuerzo al que no estaba acostumbrado.
Asimismo, Capdevila advierte de otros posibles peligros; “el principal peligro es pasarnos y que, en lugar de mejorar, acumulemos fatiga. Esto puede llevarnos a un proceso de sobre-entrenamiento muy peligroso, por eso es tan importante trabajar con un plan de entrenamiento, hecho a nuestra mediada y a poder ser controlado y supervisado prácticamente a diario”.
Ante la reticencia de muchos corredores de contratar a un profesional que gestione sus entrenamientos, Lluis nos pone en perspectiva asegurando que “ya sé que nos cuesta mucho contratar a un entrenador personal, y que pensamos que con lo que nos costará podemos comprarnos lo último en material, pero esto no nos hará ir mucho más deprisa, mientras que tener un entrenador sí lo hará”.

2 comentarios
http://www.ramoncurto.com/ Totalmente de acuerdo con contratar un entrenador ya que éste nos ayudará a preparar los entrenamientos y las carreras a partir de sus conocimientos.
Siempre me llama la atención que se suele dar como beneficioso una cosa y justo la contraria….. En este caso se pone como beneficioso entrenar SIEMPRE fuera de la zona de confort y justo un poco mas abajo, en la información relacionada encontramos el articulo: los rodajes suaves: correr lento para ser mejor corredor de montaña Con cual nos quedamos????