A mi regreso de Noruega seguí interesado en el tema, recabé información y me agencié con un equipo clásico para comenzar. Pensé que esta disciplina sería fácil y sencilla de practicar. Craso error por mi parte subirme directamente en los rollerski e intentar emular el movimiento que realizaba sobre mis esquís de montaña.
Sólo mantenerme en pié y en equilibrio era un triunfo y, si digo la verdad, pensé seriamente en abandonar. Entonces apareció en mi vida Fernando Pérez Cabrero y su Mundo Nórdico FPK, y con él aprendí la técnica básica que me ha permitido practicar correctamente este deporte y así disfrutarlo plenamente.
Dónde iniciarnos
El esquí sobre ruedas se practica en el asfalto, así que cualquier zona que tenga esta superficie, que sea amplia y con poca actividad (parking, polígono industrial, urbanización,…) es el lugar adecuado para empezar a practicar.
Cuando vayamos progresando técnica y físicamente empezaremos a afrontar itinerarios con desnivel (puertos de montaña) donde disfrutaremos de la esencia de esta actividad y llevaremos nuestro cuerpo al límite. Es importante buscar itinerarios alejados del tráfico y cumplir las normas de circulación, facilitando la misma a cualquier vehículo que se cruce en nuestro camino.
Ejercicios básicos
Por mi experiencia, hablaré de la metodología utilizada por Fernando Pérez para la iniciación en la práctica del rollerski, que me parece muy interesante para ir aprendiendo las técnicas básicas de este deporte. Para empezar, simplemente caminamos con los bastones en la mano para ver cómo estamos de coordinación en un medio estable, simulando la actividad a realizar (Galería: Ejercicio 1). Parece sencillo, pero es importante mantener una buena posición coordinando el movimiento de los brazos y de las piernas, y activando la zona central del cuerpo (core).
El siguiente paso es tomar contacto con los rollerskis. Al ser un medio inestable, empezaremos utilizando solo un rollerski para deslizar ligeramente, como si fuéramos en un patín, impulsando con el pie libre y deslizando sobre la pierna en la que tenemos calzado el rollerski (Galería: Ejercicio 2). Es básico desde el principio fijarse en la posición, trabajando la triple flexión tobillo-rodilla-cadera y el sentido del equilibrio (Galería: Ejercicio 3).
Estamos desarrollando la conciencia corporal, principio básico para el aprendizaje. Una vez que nos sentimos seguros, con los dos roller puestos, vamos descubriendo como influye nuestro centro de gravedad. Para ello realizaremos pequeños desplazamientos impulsando de manera alternativa, aumentando el impulso y deslizamiento sobre cada pierna de manera progresiva (Galería: Ejercicio 4). El objetivo principal es que el peso del cuerpo este sobre la pierna que deslizamos. La acción de la pierna que impulsa hace que, al extender la cadera, la rueda trasera del rollerski pierda contacto con el suelo, quedando solamente la delantera en contacto con el mismo (Galería: Ejercicio 5). Esta acción no es una cuestión de estética, es fruto de la fuerza del impulso y de la acción de la bota con el flexor que tiene la fijación en su parte delantera.
Hay otro ejercicio que, simulando que empujamos un andador, nos ayuda a mejorar nuestra posición del cuerpo. Así podemos centrarnos en el impulso y mantener la flexión del tobillo-rodilla-cadera facilitando el cambio del peso del rollerski que impulsa hacia el que desliza (Galería: Ejercicio 6).
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