Cuando hacemos deporte, normalmente llegamos a pensar en miles de cosas. Ahora la ciencia ha demostrado que saber dirigir esos pensamientos de la forma adecuada puede tener una importante incidencia a la hora de realizar esfuerzos físicos.
Motivational Self Talk
Este concepto significa, en español, mensajes motivacionales a uno mismo. Son esos mensajes que decimos dentro de nuestro cerebro, o incluso en voz alta, para darnos ánimos a nosotros cuando vemos que las fuerzas empiezan a estar justas.
Este tipo de mensajes han demostrado ser una forma de conseguir un impulso físico y un aumento del rendimiento, algo comprobado por estudios científicos, en los que se ha estudiado a atletas que los realizan y a atletas que no los realizan.
El estudio científico
Para comprobar esto, se estudió el rendimiento de un total de 14 ciclistas en una ruta de 10 kilómetros de longitud. Estos debían completar cuatro veces esta misma ruta. Durante las dos primeras, se comprobaron los tiempos de los ciclistas, sin que ninguno de ellos se mandara este tipo de mensajes.
En los dos últimos ejercicios, la mitad realizó este tipo de mensajes, del tipo “puedo manejar mis fuerzas hasta el final”, mientras que la otra mitad no los realizó. Al final se midieron los resultados de ambos grupos con los tiempos previos y se sacaron las conclusiones.
Conclusiones del estudio
Los investigadores pudieron medir que el grupo que no utilizó los mensajes motivacionales no registró cambios significativos en sus respectivos tiempos, pero aquellos que sí los utilizaron vieron cambios importantes en sus registros.
El grupo de siete ciclistas que sí se hablaron a sí mismos con mensajes motivadores consiguieron mejorar los tiempos previos con un margen de entre un mínimo de 13 y un máximo de 71 segundos, dependiendo del ciclista.
Pero también se pudo medir otra importante variable: a pesar de que los ciclistas habían conseguido mejorar su rendimiento, en algunos casos por encima del minuto, el rango de esfuerzo percibido por ellos había sido el mismo que durante los dos primeros ejercicios. Es decir, para su mente, el esfuerzo había sido igual, pero para el reloj, los tiempos habían sido más bajos.