Cualquiera que haya estado presente en carreras por montaña sabrá de la importancia de saber gestionar los momentos complicados. La cabeza es la que puede marcar la diferencia en esos momentos. Ser fuertes mentalmente nos puede llevar a lugares que nos parecían inalcanzables sólo con la ayuda de nuestras piernas.
¿Qué es la fortaleza mental?
Aunque todos nos podemos hacer una idea de lo que es ser fuertes de cabeza, este tipo de fortaleza la definió la entrenadora olímpica JoAnn Dahlkoetter como “la capacidad de rendir de la mejor forma posible sin importar las condiciones externas, las distracciones o las emociones internas”.
Pero, más allá de saber en qué consiste ser fuertes de mente, es importante saber en qué pilares se apoya la fortaleza mental, de forma que seamos capaces de mejorar cada uno de ellos para acabar fortaleciendo nuestra cabeza de forma general.
Resiliencia
Esto es la capacidad de volver desde la adversidad, el dolor o de un rendimiento decepcionante. Un corredor mentalmente fuerte es capaz de darse cuenta y admitir un error, entender una oportunidad perdida, sacar una lección de ello y rápidamente pasar página de cara a enfrentarse a su siguiente objetivo competitivo.
Concentración
Es la habilidad de concentrarse en ciertas distracciones o circunstancias inesperadas. Un corredor mentalmente fuerte no evita estas situaciones, sino que las gestiona de la mejor forma. Cuando encaras los últimos kilómetros antes de meta, estás cansado, te sientes muerto, duelen las piernas y quieres dejarlo. Concentrarte en pequeños objetivos, en cada uno de los pasos que te quedan por dar te ayudará a llegar a la meta.
Fuerza
Esto significa ser capaces de aceptar ciertos imprevistos y seguir estando calmados y equilibrados, seguir compitiendo sin importar estos hechos. Tienes que seguir siendo fuerte, pero también flexible, de forma que seas capaz de responder a cualquier situación inesperada que puede llegar.
Preparación
Ser capaces de anticipar situaciones antes de que ocurran y sentirnos preparados para ellas en el momento en el que estas se hagan realidad. No podemos caer en el pánico o en una crisis, por ejemplo, cuando un corredor nos adelante o no somos capaces de alcanzar al corredor de delante. Debes mantenerte con calma, ajustar tu ritmo y seguir el plan marcado.
Visión
Con esto nos referimos a la capacidad de seguir centrado en tu objetivo, incluso cuando todavía quede mucho para lograrlo. Debes ser capaz de visualizar tu meta, recrear esa imagen en tu mente sin importar lo que te pueda estar pasando o lo que puedas estar sintiendo. Puedes imaginarte en diferentes escenarios pero siempre siendo capaz de salir de ellos de forma exitosa.
Amplitud
Con amplitud queremos referirnos a ser capaces en aprender de cada situación y estar abierto a todas las posibilidades. Hay que saber escuchar y sacar una lección de cada situación. Escuchar esa voz interior que nos diga que somos capaces de lograr nuestro objetivo, que tenemos lo que hace falta para lograrlo.
Confianza
La autoestima es básica. Tenemos que confiar en nuestro cuerpo, en nuestro entrenamiento previo, en que tienes un buen plan. Hay que seguir confiando incluso en los momentos duros, porque estos les llegan a todos los corredores. Cada paso que des te acerca un poco más a la línea de meta.
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1 comentario
Más que fuerza parece que sea flexibilidad ¿no?