El pasado lunes 7 de mayo saltó la noticia. Oscar Casal Mir se hacía con su primer triunfo en la Copa del Mundo de Skyrunning en China, tras nueve años en la competición. “Es un sueño hecho realidad ,¡ahora ya puedo retirarme!”, reía entonces el andorrano de 39 años, que fue el más rápido entre 300 corredores en una carrera que ascendía hasta los 4.664 m de altitud.
¿Cómo lo había conseguido? ¿Cómo se había preparado para el esfuerzo en un entorno en el que el rendimiento se ve minado por la falta de oxígeno? ¿Cuáles fueron los secretos de su éxito en la Yading Skyrun? Hemos hablado con el entrenador de la selección andorrana, Fabrizio Gravina, que además lleva años trabajando de forma personalizada con los hermanos Casal. “Estoy muy agradecido a la Federación Andorrana de Muntanysme (FAM) que cada vez está trabajando más en la dirección de crear un gran proyecto competitivo de equipo”.
“Teníamos a nuestra disposición el track de la prueba, con el histórico de sus participaciones”
Lo primero, nos gustaría saber qué información teníais de la prueba.
Era la tercera vez que Oscar competía en esta carrera, por lo que contábamos con mucha información sobre recorrido y sobre las sensaciones que podía encontrar allí. Además, teníamos a nuestra disposición el track de la prueba, con el histórico de sus participaciones. Todos estos datos son muy valiosos a la hora de afrontar la preparación.
La característica fundamental de la Yading Skyrun es la altitud. Explícanos cómo afecta en el rendimiento de los corredores.
A medida que subimos en altura se produce un descenso en la presión barométrica y una disminución de la presión de oxigeno ambiental, que tiene como consecuencia una situación de hipoxia en los tejidos, más o menos severas en función de la altura que nos encontramos. Esta situación genera una respuesta inmediata del sistema nervioso simpático con un aumento de la frecuencia cardiaca, de la presión arterial y de la ventilación pulmonar.
“En poco más de 2 horas pasamos desde una altura de 2.900 m a una altura superior a los 4.600 m”
¿Cómo influye la velocidad a la que se va ganando esa altitud?
En Yading, por ejemplo, en poco más de 2 horas pasamos desde una altura de 2.900 m a una altura superior a los 4.600 m. Este factor genera un ambiente realmente hostil para competir.
¿Qué otros aspectos eran prioritarios en esta competición?
En pruebas tan exigentes desde un punto de vista técnico y logístico, cada detalle es importante para mantener alta la motivación. Tal vez uno de los prioritarios fue tener unos cuantos días previos a la prueba para que todos los principios de adaptación se pudieran activar de forma progresiva. También está el factor emocional.
“No todo es desnivel, velocidad y resultados, el factor emocional es fundamental”
¿Cómo?
Sí, para nosotros era importante comenzar bien, fuerte, unidos y con chispa esta temporada. No todo es desnivel, velocidad y resultados, el factor emocional es fundamental. Aunque sea un deporte individual, el equipo para una atleta es prioritario. Para nosotros el concepto de ‘team’ es muy muy importante. Sabemos que es un punto clave para progresar también con los resultados. La unión hace la fuerza. En este sentido, Oscar tenía en casa el mejor referente posible para esta prueba, su hermano Marc que hace 2 años se clasifico tercero. Juntos se refuerzan y apoyan mucho, son una pasada.
¿Cómo habéis preparado todo esto desde casa?
Como cada año para nosotros hemos creado buena base en volumen e intensidad gracias al esquí de montaña. Además hemos introducido algunas variantes en el trabajo de hipoxia en casa y, aunque este año la gran cantidad de nieve ha dificultado la posibilidad de salir a correr, hemos anticipado algunas semanas el trabajo específico de carrera a pie para poder garantizar la transferencia para la prueba de China.
“Dividimos el recorrido con en 7 zonas con características específicas”
¿Teníais un plan específico de carrera?
Sí, dividimos el recorrido con en 7 zonas con características específicas según variables de duración, desnivel acumulado, porcentual de inclinación, potencia y ascenso de altitud, para que en cada momento los chicos pudieran saber que ritmo mantener. No se trataba solo de realizar una ascenso de 2h45m y una bajada en 30m.
¿Os fijabais también en los rivales?
Es una de las pocas del circuito mundial en la cual hay una fase inicial en la que se corre muy rápido. Sabiendo que había un gran velocista como el americano Andy Wacker, era previsible que tirase del grupo a velocidad de asfalto. Así, el ritmo de Oscar en los primeros kilómetros fue de 3m33s/km, a 2.900 m de altitud. Esta situación también la entrenamos previamente. Con la experiencia anterior, sabíamos que hasta los 4.100 m se podía mantener una cierta calidad en el rendimiento, que desde los 4.200m a los 4.664 (con una pendiente media del 18,5%) sería una pesadilla y que, si se llegaba con un punto de frescura y lucidez en la cumbre, en la bajada final de 5 km se decidiría la prueba. La altura, además de los factores que he mencionado antes, altera la coordinación y la toma de decisiones, factores imprescindibles para un descenso rápido.
“Esa es la prueba que también un ‘jovencito’ de 1979 puede conseguirlo si trabaja duro”
¿Pudisteis ejecutar la previsión?
En este deporte las variables son muchísimas y, además, llegó la nieve. Pero cuando los astros se alinean a tu favor, no hay quien te frene. No solo ganó, sino que batió el récord superando a auténticos fenómenos como Tadei Pivk o Bhim Gurung. Esa es la prueba que también un ‘jovencito’ de 1979 puede conseguirlo si trabaja duro.
Por último, ¿cómo se vive la competición de tus entrenador sobre el terreno?
Antes no tenía canas [ríe]. Estar allí es un chute de adrenalina. Compartir esos instantes en los avituallamientos, ver los gestos de su cara o la forma en la que se mueven es muy emocionante. Siempre intentas buscar la palabra adecuada y a veces no es fácil porque a veces llegan hechos polvo. En China, tuve que prepararme yo también porque tenía que ascender a 4.200 m para la asistencia. Alguna vez siento envidia de los entrenadores de futbol o baloncesto que tienen un cómoda visual durante toda la prueba pero, si lo piensas bien, ellos se pierden toda la magia que la montaña puede ofrecer.
