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CONSEJOS

La playa y el corredor de montaña: qué hacer y con qué tener cuidado

El calor ha llegado para quedarse y los que viven cerca del mar saben que llega el momento de utilizar la playa como escenario de algún entrenamiento. No hay que dejar de tener en cuenta sus beneficios, pero también aquellos aspectos que debemos vigilar.

Costa Brava Stage Run 2022
Costa Brava Stage Run 2022
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El verano oficialmente está a la vuelta de la esquina, pero ya han llegado el calor y una de las costumbres más clásicas para un corredor: la posibilidad de correr en la playa. Un entorno natural e idílico como la playa puede ser una buena opción para cambiar nuestra rutina durante estos meses, pero es algo que se debe hacer siguiendo ciertos criterios.

Y es que el cambio de entorno conlleva una serie de parámetros a tener en cuenta para tratar de paliar los posibles problemas que puedan derivarse de nuevas características, como las temperaturas más altas, la incidencia del sol o la blanda superficie arenosa. Veamos pros y contras, y cómo subsanar estos últimos.

Aspectos positivos de correr en la playa

Respiro mental

Correr por la playa puede ser realmente placentero. El cambio del entorno desde la montaña hasta el mar nos puede servir de motivación esos días en los que nos apetece hacer algo diferente. Si un día no te apetece salir por la montaña y tampoco por el asfalto, la playa puede ser una opción que te ayude mentalmente.

¿Propiocepción? Sí, gracias.

Al correr sobre una superficie blanda como la arena, estaremos trabajando la propiocepción sin necesidad de hacer entrenamientos específicos, que suelen ser algo más aburridos, ya que se suelen llevar a cabo en el gimnasio o en casa. Y todos los corremontes sabemos lo importante del trabajo propioceptivo.

Descanso para las articulaciones

Correr por el monte es duro para las articulaciones, así que cambiar por una superficie más blanda conseguirá darles un respiro, algo muy necesario cuando no hacemos más que devorar kilómetro tras kilómetro. Nuestras rodillas y tobillos nos agradecerán los trotes por la arena de la playa.

Trabajo de fuerza

Al ser una superficie blanda e inestable, nuestros músculos se ven obligados a trabajar a un nivel superior. Necesitaremos más potencia para poder correr por la playa y eso, a la larga, será un gran beneficio para aumentar la fuerza de nuestros músculos del tren inferior. Andar a buen ritmo con el agua por la cintura es otro excelente trabajo de fuerza.

Baños en el mar

Una vez acabada la sesión, en la playa tenemos a mano una buena sesión de crioterapia gratis y al alcance de la mano. Podremos refrescar las piernas en el agua del océano, lo que ayudará a mejorar nuestra circulación sanguínea. El resultado de esto será una mejor recuperación del esfuerzo.

Aspectos con los que debes tener cuidado al entrenar en la playa

Atención absoluta al calor

Correr por la playa en días con mucho calor puede ser negativo. Por ello, recuerda llevar agua, porque la deshidratación te puede pasar factura. También procura echarte crema protectora para la piel y siempre intenta llevar la cabeza cubierta con una gorra o pañuelo.

Alerta: sobrecargas

Si comenzamos muy fuerte en nuestras primeras sesiones de playa, nuestras piernas no aguantarán la alta exigencia y eso se traducirá en sobrecargas musculares. Gemelos y sóleos son los músculos más proclives, ya que son los que van a realizar una mayor carga de trabajo en comparación a la exigencia habitual.

Cuidado con la pendiente de la arena

Gran parte de las playas están situadas en cuesta abajo. Eso hace que al correr en paralelo al mar, lo estemos haciendo a diferentes alturas para cada pierna. Esto se puede traducir en lesiones, así que intenta ir a la playa cuando haya marea baja, ya que es cuando más llana encontraremos la arena más cercana al agua.

Los pies, punto débil

Muchos apuestan por correr descalzos, ya que esto da una gran sensación de bienestar. Pero hay que tener cuidado, ya que en la playa la arena, conchas y piedras pueden dañarnos la planta del pie. Intenta ir por zonas que sólo tengan arena y aumenta la distancia paulatinamente para darle tiempo a que la piel de la planta se vaya acostumbrando.

El hombre del mazo

Al aumentar la exigencia de nuestros músculos, unido a una mayor deshidratación por el calor, estamos comprando muchos boletos para que nos dé una hipoglucemia, por lo que nunca olvides algo para comer. Levar un gel o una barrita con el agua te puede sacar de un apuro.



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