A menos de dos meses para el final del año, la gran parte de corredores de montaña dan por amortizada la temporada de competiciones; cierto es que aún hay posibilidades de seguir compitiendo, si bien el grueso del calendario ha quedado atrás y es momento de poner la vista en lo que vendrá en los próximos meses.
Por ello, este es el momento del año en el que los corredores por montaña comienzan a decidir cuáles serán las carreras que se convertirán en los principales objetivos del año que viene, sobre las que se articulará el resto de competiciones. Pero antes de que la próxima temporada comience, hay que hacer frente a ese oasis que se crea entre dos temporadas competitivas.
Y es que este es un momento en el que cada corredor sigue unas pautas para finalizar una temporada y comenzar otra. Y es que, aunque parezca que no tenga importancia, una buena gestión de estas semanas de parón puede ser una de las claves para que el año que viene se encare de la mejor forma desde el principio.
¿Descansar totalmente o no?
Como siempre nos gusta aclarar, en lo que se refiere a descansos, entrenamientos, alimentación, etc… no son verdades universales, y lo que a un corredor le sienta muy bien, a otro no, por lo que al fin y al cabo se trata de ir encontrando la forma de encontrar lo que mejor nos funcione a nosotros.
Por regla general, en el periodo entre dos temporadas lo que debe primar es el descanso; ahora bien, hay muchas formas diferentes de entender la palabra “descanso”, tantas como corredores. Pero la duda en esta cuestión es básica: ¿se debe parar de entrenar completamente?
Como decimos, es cuestión de cada uno, pero en estas semanas de descanso, lo mejor es dejar que nuestro cuerpo recupere y para ello, lo mejor es parar. Aunque sea una semana, el descanso debiera ser absoluto, ya que durante el resto del año los corredores tendemos a pasarnos un poco y a no dar el descanso suficiente a nuestro cuerpo.
¿Cuánto tiempo debe durar el descanso?
Tampoco hay leyes escritas aquí, pero un buen descanso entre dos temporadas, siempre hablando de un corredor popular, nunca debiera ser inferior a dos semanas, pudiendo ampliarse hasta un mes de duración. Esto no significa que durante todo el tiempo estemos completamente parados, sino que estas semanas dejaremos que el cuerpo se vaya recuperando con actividades poco intensas y, preferiblemente, que no impliquen correr.
Como decíamos antes, el periodo de descanso absoluto no debería faltar en ningún plan de entrenamiento, por lo que entre una y dos semanas deberían quedar reservadas para ello. Algunas actividades que nos pueden venir bien son paseos por el monte, salidas muy suaves en bicicleta, pequeñas sesiones de natación, etc…
Pero, ya que estamos a ello, podríamos aprovechar el tiempo para cuidarnos; por ello, esta época es perfecta para acudir a especialistas deportivos. Desde masajes hasta pruebas de esfuerzo o citas con el podólogo o el nutricionista. Es una especie de parada en boxes para arreglar la maquinaria y para que esto suceda de forma óptima, el descanso es vital.
Descanso activo
Tras una o dos semanas de descanso total, es cuando viene el momento del descanso activo, o lo que es lo mismo, comenzar la actividad nuevamente, pero no de cualquier manera. Lo ideal es comenzar con sesiones muy suaves, paseos más largos por la montaña, sesiones de ciclismo cada vez más duraderas.
Hay muchas formas de descansar y evitar perder todo lo ganado durante el año; ahora bien, un descanso bien planificado no sólo nos hará perder poca base física, sino que nos ayudará a cogerla mucho más rápidamente.
Recuperación “invisible”
Dentro de la recuperación, no todo es descansar. Podemos potenciar nuestro descanso con mecanismos como una buena alimentación. Aunque en este periodo nos podamos permitir algún capricho más, sobre todo con la navidad a la vuelta de la esquina, lo que comamos tendrá una incidencia directa en nuestros niveles de recuperación.

Una dieta equilibrada, con un consumo suficiente de vitaminas, antioxidantes, hidratos y proteínas, es la mejor ayuda que le podemos dar a nuestro organismo. Si este puede trabajar con buenas materias primas, la recuperación será más fácil, rápida y completa.
También podemos acudir a masajistas deportivos, que nos podrán ayudar a eliminar esas pequeñas molestias que siempre nos acechan durante el año. También puede ser buen momento para otras “terapias” indirectas, como saunas, jacuzzis, baños de calor, sesiones de acupuntura, etc… Aprovecha al máximo este tiempo sin correr y no sentirás estar perdiendo el tiempo. No todo es correr.
Asimismo, la recuperación no la debe hacer el cuerpo únicamente, sino que nuestra mente también necesita un respiro. Durante el año solemos estar con objetivos continuos en mente y estas semanas de relajación pueden ser realmente positivas a la hora de recargar pilas y volver con mucha motivación, un aspecto clave a la hora de encarar una nueva temporada.
Por ello, también es positivo que en esta época en la que tienes más tiempo libre al no tener que entrenar, le dediques más tiempo a aquello que más te gusta. La familia, los amigos, leer, ir al cine, etc… Salir de la rutina y dedicarnos más tiempo nos ayudará a despejar la mente, que al final es el músculo más importante del corredor
¿Por qué es importante descansar?
Longevidad. Ese es un concepto clave para que entendamos lo importante de descansar. Es posible que podamos aguantar algunas temporadas con el mínimo de descanso, pero hay que ver estos meses como una forma de poder correr más a largo plazo. Con el tiempo y el paso de los años, nuestro cuerpo tarda más en recuperarse, por lo que si no descansamos corremos el riesgo de saturarlo y caer en peligros como el sobreentrenamiento o las lesiones. Es importante que recuerdes que descansar NUNCA significa perder tiempo, sino invertirlo para tu futuro como corredor.