La vieja máxima de que para mejorar corriendo sólo sirve correr ya no tiene validez en estos días en los que la ciencia ha conseguido aportar un innumerable conocimiento al mundo del entrenamiento deportivo.
Hay muchos tipos de trabajo que no implican correr que nos ayudan a ser mejores corredores: nos dan más resistencia, más fuerza, más potencia, más capacidad aeróbica… Por ello, cada vez los entrenamientos son más variados y las herramientas a nuestra disposición son más numerosas.
Si somos corredores aficionados a las largas distancias por montaña, una de esas herramientas que nos pueden ayudar, y mucho, a mejorar en este tipo de competiciones es la bicicleta. Las dos ruedas son una de las grandes aliadas de prácticamente todos los corredores de la élite del ultratrail, y lo es por múltiples razones.
Horas de entrenamiento
Por un lado, la bicicleta nos permite aumentar de forma considerable las horas de entrenamiento semanal.
La forma de contabilizar un esfuerzo ya no se mide en kilómetros, sino en tiempo invertido, y la bicicleta nos permite hacer sesiones de varias horas que, en caso de hacerlas corriendo, serían demasiado duras e incluso lesivas. Por ello, la bicicleta es una gran opción en esas etapas en las que queremos sumar horas de esfuerzo, de forma que logremos esas adaptaciones que nos permitirán ser mejores corredores de largas distancias.
Antilesiones
Si hay algo realmente positivo que tiene la bicicleta para el corredor es que es un deporte sin impactos. Las piernas de un corredor suelen estar expuestas a miles de impactos y eso tiene mucha incidencia en nuestra salud. Correr es un deporte agresivo, y la bicicleta destaca por todo lo contrario.
Por ello, incluir la bicicleta en nuestra rutina de entrenamiento es perfecto para preparar un ultra trail: damos descanso a esas zonas que están tan expuestas y ponemos un dique para prevenir las lesiones más comunes derivadas de pasar horas y horas corriendo cada semana.
Trabajando la resistencia
Otro de los apartados interesantes para el corredor de ultra trail a la hora de utilizar la bicicleta es que poder hacer entrenamientos de más duración tiene una incidencia directa en nuestra capacidad de resistencia. Acostumbrar al cuerpo a esfuerzos largos y prolongados, a niveles de intensidad medios, es una forma muy importante de mejorar nuestra resistencia.
Hacer más con menos
La eficiencia es un apartado vital para un corredor de ultras; la eficiencia se basa en poder hacer más con menos. Es correr más kilómetros con menos esfuerzo. Y para eso la bici también es una herramienta ideal. Las horas encima de la bicicleta nos harán corredores más eficientes, capaces de gastar menos energía ante un mismo esfuerzo.
Aprendizaje de la utilización de grasas
Al completar largos entrenamientos a ritmos medios, la bicicleta es también una forma de que nuestro cuerpo se convierta en un mejor devorador de grasas. Y esto es vital cuando hablamos de carreras de larga distancia, donde el glucógeno se agota y, aunque vayamos reponiendo sus niveles, siempre acabamos tirando de nuestras grasas. Que nuestro cuerpo sepa cómo hacerlo y esté acostumbrado a ello, es un as en la manga.
Potencia y fuerza muscular
Pero la bicicleta también nos puede echar una mano con la fuerza muscular, tan importante para los corredores de larga distancia. Incluir en los entrenamientos tramos de subidas, que pueden ser cortas y explosivas o largas y con menos desnivel, nos ayudará muscularmente, algo que agradeceremos sobre todo en los tramos finales de los ultras.
Apartado psicológico
La bicicleta es divertida, y eso supone un alivio mental para esas épocas en las que realizar siempre la misma actividad puede dañar nuestra motivación. Asimismo, a ritmos más elevados, puede ser una actividad que nos dé una mayor capacidad de sufrimiento, es decir, que nos ayudará a aprender a sufrir y, todo corredor de ultra trail sabe que eso es muy útil en el último tercio de una carrera.

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