Los pies son una de las partes del cuerpo del corredor de ultras que más sufren. Miles de impacto en una carrera en la que podemos estar sobre nuestros pies durante horas y horas. Y no sólo eso, los metemos en agua, pasan calor, sufren rozaduras, les salen ampollas… Por ello, lo mejor que podemos hacer es cuidarlos mientras estamos corriendo y no sólo cuando hemos terminado y el daño ya está hecho.
Cuida el material que eliges
Es importante, vital incluso, que nunca estrenes ningún tipo de material el día de la competición. Todavía más importante es si la carrera es de larga distancia. E incluso más importancia cobra si hablamos de zapatillas o calcetines. Estrenar material en los pies el día de la carrera es prácticamente un suicidio, así que siempre compite con material que has utilizado anteriormente en varios entrenamientos, a ser posible en las salidas largas.
Limpieza
Otro de los pilares para cuidar los pies es la limpieza. Antes de ponernos los calcetines y las zapatillas, cerciórate de limpiar bien los pies, entre los dedos especialmente. Y después de limpiarlos, sécalos concienzudamente, procurando que no quede ni rastro de humedad cuando te pongas los calcetines.
Lubricantes
Suele ser muy común la utilización de cremas o vaselinas hidratantes para que los pies sufran menos rozaduras. Suelen funcionar muy bien, por lo que son una opción que siempre deberías utilizar para evitar rozaduras y ampollas.
Colocación de calcetines y zapatillas
Debes ponerte los calcetines con atención; colócalos lo mejor que puedas, de forma que puedan ofrecerte las mejores prestaciones. El calzado igual, sobre todo poniendo atención a que esté limpio, la plantilla perfectamente colocada y las zapatillas atadas ejerciendo la presión idónea que ya conocerás de los entrenamientos anteriores.
Cambio de calcetines
En la parada larga que tengas planeada en el ultra trail, intenta disponer de unos calcetines limpios, que también hayas utilizado. Utiliza la posibilidad de que te los lleve la organización o algún acompañante. Si tienes sitio, en la mochila te cabrán fácilmente y tus pies agradecerán ese cambio.
Para cambiarlos, límpialos antes con abundante agua, para secarlos perfectamente una vez que estén limpios. Repite la operación previa a la carrera y colócalos con cuidado. Esta operación de cambio puede marcar una gran diferencia. Si sabes que también te vas a mojar mucho las zapatillas, puedes cambiarlas.
Si no puedes llevar ese par extra de calcetines, haz la misma operación de limpieza y secado; aunque no sea tan efectiva como cambiando de calcetines, tus pies te lo agradecerán .
Reacción ante ampollas
Si notas que puede estar una ampolla en camino, intenta evitarlo. En el avituallamiento limpia y seca el pie, deja que baje la temperatura del mismo y, si tienes posibilidad, ponle una tirita o apósito para evitar que siga formándose.
Al llegar a meta
Cuando llegues a meta, intenta no seguir calzado. Descálzate y deja que los pies descansen. Utiliza sandalias o calzado similar, y limpia y seca los pies lo más rápidamente posible para que comiencen a reponerse. Intenta utilizar una buena crema hidratante para ese momento.