La montaña fue su terreno de juego desde niño y, sin darse cuenta, sentó las bases de una filosofía que se basa en repetir, intentarlo y fallar. Ahora, entrena al aire libre casi todos los días del año con un mantra claro: «si no te lo pasas bien, nunca mejorarás».
“Una perfecta introducción a los deportes de resistencia”
Estar en al aire libre, jugar en la naturaleza, hacer excursiones, buscar animales, ascender los grandes picos pirenaicos… Todas estas actividades, de una forma lúdica e infantil, definieron una buena parte de lo que es ahora Kilian Jornet, no solo gracias al desarrollo de su interés por el medio, sino como forma de entrenamiento.
Tal y como nos contaba Eduard Jornet en una entrevista, “Kilian hizo su primer tresmil con cinco años, el pico Mulleres. Al cabo de ocho días hicimos también el Aneto. […] Les hacíamos que descubrieran rincones, que no tuvieran miedo de mirar más allá, de ir a un cerro, a una roca, a meterse en el agua, a atravesar un río”. Con 6 años ascendió al Breithorn, su primer cuatromil, y con 10 cruzó los Pirineos desde el Cantábrico al Mediterraneo. Fueron 45 días de travesía en familia.
“Creo que cuando eres somos niños nuestro cuerpo es mucho más elástico y puede adaptarse mucho mejor a los cambios”, explica el propio Kilian en el vídeo.
El Centro de Tecnificación, “un punto de inflexión”
A los 13 años entra de forma precoz en el Centro de Tecnificación de Esquí de Montaña de Cataluña donde pasa de hacer deportes por pura diversión momentánea a ponerse objetivos cada vez más ambiciosos. “Si algo recuerdo del primer día que vino Kilian al centro, es cómo brillaban sus ojos. Se notaba que tenía una ilusión inmensa y, aunque no tenía la edad reglamentaria para entrar, no le pudimos dejar fuera”, nos explicaba Jordi Canals en este reportaje con motivo de sus 30 años.
Tal era la motivación del adolescente de La Cerdanya que hasta entrenaba en el camino a su instituto. 23 kilómetros antes de entrar en clase que complementaba los fines de semana con salidas más largas, si podía ser sobre la nieve. Desde entonces y hasta los 17 años, sus entrenamientos fueron dirigidos pero con la mayoría de edad decidió aplicar todo lo aprendido por él mismo.
Los grandes números de su plan de entrenamiento
De las 600 horas de entrenamiento de 2002, cuando cumplió 14 años, a las 1.201 del pasado, en el que tuvo que parar unas semanas al ser operado de los dos hombros. Y es que, en condiciones normales, Kilian entrena 7 días a la semana: entre 2 y 5 horas en una salida larga por la mañana y 1h30m de entrenamiento específico por la tarde.
No es de extrañar entonces la cantidad de horas que el polivalente atleta pasa en el monte. En 2017 practicó sobre todo el running, con 544 horas, y el esquí de montaña, con 537, pero también 56 horas de escalada y 64 de otros deportes. “En los últimos años prefiero estar muchas horas al aire libre y entonces usar las carreras cortas y los kilómetros verticales para hacer entrenamiento específico e intervalos”.
Control médico “para evitar problemas”
Desde su entrada en el Centro de Tecnificación, Kilian Jornet monitoriza su actividad física y su salud. Test biotécnicos y electrocardiogramas anuales le dan una valiosa información sobre su estado físico y nos han dado a conocer algunos de los datos de su fisiología.
Con un peso de entre 55 y 58 kg y una altura de 172 cm, tiene una capacidad aeróbica de 90 (VO2 max), es decir, un consumo de oxígeno muy superior a la media. Su ritmo cardiaco máximo es de 200 latidos al minuto, mientras que el mínimo es de tan solo 34. Por si estas cifras no fueran ya sorprendentes, es capaz de bajar en un minuto de su máxima frecuencia cardiaca a solo 75 pulsaciones.
