¿Quién se puede resistir a tomarse una cerveza tras un entrenamiento duro o al finalizar una competición? Siempre consideramos que es un premio que nos hemos ganado tras un esfuerzo considerable. Y así es, pero hay que tener mucho cuidado con no pasarnos con las cantidades, ya que la ingesta de alcohol puede llegar a ser realmente negativa para nuestro cuerpo.
Efecto diurético
Cuando hemos finalizado un entrenamiento o una competición, nuestro cuerpo necesita hidratación, recuperar todos los fluidos que hemos ido perdiendo durante nuestra sesión de ejercicio, que en el caso del corredor de montaña puede ser mucho.
Pero hay que tener en cuenta que todas las bebidas alcohólicas que tengan una concentración alcohólica por encima del 4% tienen un efecto diurético, es decir, nos harán orinar más, por lo que perderemos más líquidos que tomando otras bebidas.
Peligro para el sistema inmune
Cuando hemos realizado un esfuerzo de varias horas, nuestro sistema imnunitario está comprometido; no tiene la misma fiabilidad y es muy fácil que, tras una carrera o entrenamiento de varias horas podamos caer enfermos.
En este caso, el alcohol no es de mucha ayuda, ya que ayuda a comprometer todavía más nuestro sistema protector, por lo que estaremos ayudando a que aparezcan algunas enfermedades o infecciones en nuestro cuerpo.
Rebaja de la síntesis de proteínas
Cuando hemos acabado un entrenamiento duro, necesitamos tomar proteínas para que estas se encarguen de reconstruir nuestros tejidos dañados. Estas se encargarán de hacer que nuestros tejidos musculares se adapten y cada vez respondan con más fiabilidad ante el siguiente esfuerzo, gracias a la síntesis de las proteínas.
Pero al tomar alcohol, se ha demostrado que este rebaja la capacidad de nuestros músculos de aprovechar las proteínas para reconstruir nuestro músculo, por lo que estamos poniendo trabas para que nuestro cuerpo logre esas adaptaciones que nos acaban convirtiendo en mejores corredores.
Consecuencias en el sueño y el descanso
El cuerpo, tras un esfuerzo, comienza a recuperarse inmediatamente después de que este acaba; pero hay un momento en el que esa recuperación es más rápida y efectiva: durante las horas de sueño, que es cuando se segrega la hormona del crecimiento.
Cuando tomamos alcohol es posible que estemos perjudicando la calidad de nuestro sueño, además de a la cantidad, por lo que, otra vez, estaremos poniendo trabas a la más que necesaria recuperación de nuestro organismo tras una carrera o entrenamiento.
Otras consideraciones sobre el alcohol
Además, el alcohol puede tener efectos negativos en otros aspectos, tales como reducir nuestra densidad ósea, ya que se rebaja la cantidad de testosterona que produce nuestro cuerpo. También puede afectar a nuestros problemas físicos, ya que interfiere con el proceso de recuperación de una lesión.
Consumo de alcohol responsable
Por estas razones, deberíamos tener al alcohol en la lista de aquello que no debemos consumir a menudo. Según las estadísticas, en España se consumen unos 11 litros de alcohol por persona y año, lo cual es una cantidad desorbitada para un deportista de resistencia.
Esos sí, tomarse una cerveza después de una carrera o entrenamiento duro no nos va a hacer sufrir estos perjuicios, pero sí que pueden llegar si nos pasamos y nos bebemos dos o tres. Por ello, si nos apetece una cerveza, no hay problema por tomársela, pero procura que el resto de bebidas del día sean son alcohol.

- Etiquetas: alcohol, cerveza, nutrición deportiva
