Dos años atrás la mirada de Pau Capell se topó con unas imágenes que se le quedaría grabadas. Era un documental de National Geographic sobre los osos polares y las penurias que debían de pasar en su migración hacia el norte debido al calentamiento global. “Por culpa del deshielo tenían que buscar nuevos lugares para habitar y en este camino algunos llegaban a morir. Me marcó bastante y me dije que tenía que hacer algo para que la gente se enterara de esto y de los problemas del cambio climático”, nos cuenta a su regreso.
Su idea desde el principio fue intentar seguir los pasos de estos osos, pero el diseño del trazado no era sencillo. Necesitaba encontrar vías de comunicación cerca y la presencia de los propios osos podía hacer peligrosa lo que era, fundamentalmente, una aventura deportiva. Finalmente decidió hacerlo desde Alta a Cabo Norte, un peñasco localizado ubicado en el norte de Noruega que simboliza el punto más septentrional de Europa.
Hasta allí tuvo que recorrer 250 km, que resolvió en 5 etapas: las 4 primeras de entre 50 y 60 km y aproximadamente 600 m de desnivel positivo, y una última más relajada de 35 km. Lo hizo a una media cercana a los 4’30”/km y con la particularidad de que no hizo paradas para comer ni beber agua.
“El frío fue lo peor de todo. Los dos primeros días hubo temperaturas de hasta -28º C y en esas condiciones es muy difícil correr. Llevaba 5 capas superiores (2 térmicas, 1 jersey, 1 paravientos y 1 impermeable) y 4 en la parte de abajo (2 mallas, 1 pantalón térmico y 1 impermeable), además de un prototipo de zapatillas que evitaban que me mojara en contacto con la nieve.
Iba tapado hasta arriba, con el único hueco para los ojos, pero las pestañas se me congelaban y se me pegaban entre sí por el hielo”, recuerda el de Sant Boi (Barcelona), que también sufrió una tendinitis en el tobillo a partir del tercer día debido al impacto con el asfalto duro y el hielo.”Como ya llevaba medio reto completado decidí continuar, pero es verdad que dolía bastante”.
Una de las cosas que más llamó la atención del catalán fue el cambio de temperaturas que vivió a lo largo de su travesía. De los casi -30º C del inicio pasó a los 0º C que encontró en North Cap. “Cuanto más al norte estás, más se nota el cambio climático”, incide.
Para explicar esta situación, el proyecto contará con un documental titulado Run for the Arctic, que saldrá el próximo mes de febrero. La presentación irá acompañada de otras acciones de concienciación que sufragará su principal patrocinador.
“No creo que nadie pueda cambiar el mundo, pero sí que se puede influenciar y dar puntos de vista diferentes a la gente que nos sigue. Al final cada acción cuenta, de cada persona, cuenta. Ha sido una experiencia diferente a lo que estoy acostumbrado y he disfrutado muchísimo, así que ya estoy pensando en alguna otra expedición para el año que viene”, finaliza.