Todos los deportes tienen sus mitos, sus representantes más icónicos que personifican la esencia de esa disciplina deportiva. En el caso de la ultra distancia, todo lo que sea correr más que los míticos 42.195 metros, hay un personaje que ha trascendido como el padre, o quizá la leyenda de todo lo que significa correr largo.
Ese mito viviente es Yiannis Kouros; a punto de cumplir sesenta años, Kouros sigue siendo idolatrado por cualquiera que sea aficionado a correr durante horas. Y es que, a pesar de vivir sus mejores momentos hace ya dos o incluso tres décadas, la figura de este “atleta-filósofo” sigue siendo un referente absoluto.
Y es que para comenzar a descubrir la figura de este atleta griego afincado en Australia, debemos remontarnos al año 1983, cuando el Grecia se celebraba la primera edición de una carrera que parecía destinada a un puñado de locos, pero que más de tres décadas después es uno de los eventos deportivos más prestigiosos del mundo del atletismo.
En aquel año, se celebraba la primera Spartathlon, una prueba que resucitaba la fogura del mítico Filípides, pero no quedándose en los 42 kilómetros y pico que había entre las ciudades de Maratón y Atenas, sino en el periplo completo, de dos días, que le llevó a recorrer 246 kilómetros entre Esparta y Atenas.
Aquel 30 de septiembre de 1983, Kouros conseguía ser el primer ganador de la Spartahtlon, con un tiempo que bajaba de las 22 horas, algo que hizo sospechar a los organizadores, ya que no creían posible que se completara el recorrido en tan poco tiempo. Pero era real, algo que Kouros se encargó de demostrar durante las dos siguientes décadas.
En los años siguientes, Kouros seguiría compitiendo, y ganando, en la prueba griega, con un mejor tiempo de 20h25’, una marca que, tres décadas después, sigue sin ser superada. En total, Yiannis tiene cuatro de los mejores tiempos históricos de la mítica competición. Ni siquiera un tal Scott Yurek en el apogeo de su carrera fue capaz de mejorar el tiempo que el griego logró en 1984.
Durante los siguientes años, Kouros siguió logrando tiempos que parecían imposibles, en distancias que se consideraban sobrehumanas. Y es que este griego le dio una nueva dimensión a lo que un cuerpo humano era capaz de lograr, superando a los demás, pero sobre todo a sí mismo, cuando parecía imposible.
Así, a lo largo de los años, Kouros ha ido acumulando récords en distancias como las 100 millas, los 1.000 kilómetros o las 1.000 millas, así como marcas de distancia en pruebas de 12, 24 y 48 horas, abarcando una diversidad de distancias brutal, con algunas medias de velocidad que parecen sobrehumanas.
Así, Kouros tiene el récord del mundo de las 100 millas (carretera), que completó en un tiempo de 11h46’, lo que significa una velocidad media de 13,6 kilómetros por hora. Los 1.000 kilómetros en pista los completó en 5d16h, a una velocidad media de 7,3 Km/h, mientras que en la versión de asfalto lo hizo cuatro horas más lento.
Y en la distancia redonda más larga, las 1.000 millas, Kouros paró el crono tras 10d10h, a una velocidad media de 6,4 Km/h. Todos estos récords siguen, a día de hoy, imbatidos, a la espera de que llegue otra figura como Kouros que haga volver a repensar de qué es posible el ser humano.
También dominaba Yiannis en las pruebas por tiempo, en las que también sigue ostentando récords asombrosos. En 12 Horas, versión carretera, sigue teniendo el récord, al completar en ese tiempo 162,5 kilómetros. En las 24 Horas, tiene los récords en versión carretera y pista, con más de 303 kilómetros en esta última. Las 11 mejores marcas de esta disciplina siguen en manos de este griego indomable.
El mismo nombre encontraremos al buscar al plusmarquista en las 48 Horas, y también Kouros sigue manteniendo el mejor tiempo en la disciplina de 6 Días, en la que llegó a completar 1.036 kilómetros de distancia.

El corredor espiritual
Pero si por algo destacaba Yiannis es por su aproximación ascética al atletismo. El griego no le daba tanta importancia a la capacidad física de un corredor de ultradistancia, sino a su capacidad de espíritu, a su poder mental para poder correr cuando el cuerpo no podía seguir por sí solo.
“He llegado al punto de mirar mi cuerpo desde arriba, como una experiencia extra-corporal. Esto pasa cuando tu cuerpo se da por vencido, cuando ya no tienes el control, cuando tu cuerpo se ha rendido y te ves a ti mismo desde arriba y de alguna manera sigues guiando a tu cuerpo hacia adelante. Estoy hablando de momentos increíbles” explicaba Yiannis Kouros tras una de sus gestas.
Y es que Kouros siempre defendió que nunca entrenaba más de cuatro horas por día, dándole más importancia al apartado mental; “Siempre hay que dejarle tiempo a las cosas espirituales, por eso, cuando compito con otros corredores en largas distancias, ellos pierden, porque aquí el cuerpo no es quién tiene el control”.
Pero esta filosofía no le impedía ser tremendamente competitivo cuando se ponía un dorsal; “cuando corro 24 o 48 horas, no duermo. Me da miedo parar porque siempre quiero hacer el mejor tiempo posible en cada carrera. Me tomo cada carrera como algo excepcional, un momento que no volverá a repetirse”.
Pero esa competitividad la vivía como una superación de sus propios límites; “los corredores de ultradistancia corremos contra la naturaleza, contra el tiempo o contra la distancia. Cuando compites 24, 48 horas o varios días, tu cuerpo no es quien lo consigue, sino que lo consigue tu mente”.
1 comentario
Excelente reportaje ..hay personas que trascienden .. los años por sus méritos. Aplausos y más aplausos ….. Me dejo huella la parte espiritual . he corrido ultra maratones y al final es mental más mental que físico ….Happy day…