El pasado fin de semana se celebró la sexta edición del Vertical K3 en el valle de Susa (Italia), quinta parada de la Copa del Mundo de Kilómetro Vertical, con un espectacular recorrido que en 9,7 km de distancia supera más de 3.038 m positivos para llegar a la cima del Rocciamelone (3.583 m). En el plano competitivo, la victoria fue para los suizos Martin Anthamatten (2h03’58») y Victoria Kreuzer (2h27’55»), mientras que la vasca Oihana Azkorbebeitia fue segunda y el aragonés Daniel Osanz, tercero. La noticia, sin embargo, estuvo en el post carrera.
El mal tiempo había amenazado la celebración de la prueba, pero los cielos se despejaron particialmente al amanecer y y evento arrancó puntualmente a las 8:00 horas. «Nuestra información era que la alerta meteorológica comenzaría a las 13:00 horas», explica el deportista Nico Valsesia, uno de los organizadores, en Montagna.tv. «A las 10:30, sin embargo, estábamos decididos a cortar y que todos regresaran, pero un rayo de sol nos convenció de mantener los cortes«.
Poco después, y con las nubes ya muy desarrolladas en la parte alte de la montaña, donde estaba situada la meta, se cerró el cielo y empezó la tormenta, lo que obligó a neutralizar la competición. «A mí me cogió ya arriba, con la carrera ya finalizada [sobre las 11:15 horas]», explica Iñaki Latasa. «Llovía y se empezaban a oir los truenos, así nos pusimos a bajar corriendo con otro compañero. Poco a poco nos distanciamos y a la altura del refugio Ca’ d’Asti (2.854 m) la cosa ya estaba muy complicada y decidí entrar a guarecerme allí. Pensaba que ya me había librado».
«Alguien abrió una puerta detrás mío, escuché un estruendo y en ese momento me dio el rayo»
Decenas de personas aguardaban allí a que amanaira el temporal y el joven corredor de Agoitz (Navarra) encontró un hueco para sentarse sobre un escalon de la sala principal del refugio, con los bastones encima suyo. «Alguien abrió una puerta detrás mío, escuché un estruendo y en ese momento me dio el rayo. De repente me encontré en el suelo tirado, con los pies agarrotados y sin poderme mover. Enseguida me pude poner de pie y me dio otra descarga y fui al suelo otra vez. Después me tumbaron en otra sala ayudado por otro corredor que creo que era médico. Fue un milagro porque 3 segundos antes tenía la cabeza apoyada sobre esos bastones».
El relato de Valsesia es igualmente estremecedor. «Vi una llama azul seguida de un fuerte golpe, similar al sonido de un petardo. Al mismo tiempo el joven gritó y cayó al suelo. El rayo lo golpeó, también al chico a su lado, afectándo su pierna y arrancándole el zapato». En el refugio recogieron los bastones y los sacaron fuera. Unos instantes después un segundo rayo los golpeaba.
Tras unas pruebas pruebas, un helicóptero trasladó a Latasa hasta el hospital de Susa. «Ya podía mover la pierna, aunque tenía una sensación muy rara en la cabeza, como un calambre fuerte y constante«, refleja el corredor de tan solo 18 años, cuyo paradero era entonces desconocido para el resto de corredores con los que había viajado hasta el Piamonte italiano. En el hospital le hicieron un electrocardiograma, le miraron la tensión, las pulsaciones y el nivel de oxígeno en sangre. «Me dijeron que estaba todo bien, pero no sé por qué motivo tardaban en darme el alta. Como no tenía teléfono y sabía que tendría a mi gente buscándome, decidí coger la voluntaria e ir a reunirme con ellos«.
Ya en la residencia donde se alojaban, pudo compartir la vivencia con sus compañeros. «No tenían ni idea de lo que me había ocurrido», recuerda este junior, que el año pasado ganó la Copa Navarra de Carreras en línea. Ya de vuelta a su casa ha pasado por el hospital para hacerse otro chequeo. «Además de la rotura de fibras del gemelo, me ha diagnostico algún problema en el riñon. Estuve con suero unas horas y ahora me centro en hidratarme bien para que se vaya depurando. Ha quedado todo en un susto, creo que he tenido mucha suerte».
Una atleta noruega fallece en la Südtirol Ultra Skyrace
La tragedia asoló, sin embargo, otra competición del norte italiano, en la Südtirol Ultra Skyrace. Allí, una corredora noruega de 45 años fue fulminada por un relámpago cuando se encontraba en las inmediaciones del lago San Pancrazio, a 2.120 m de altitud.
30 minutos antes, la carrera había sido neutralizada pero algunos atletas, entre los que se encontraba la víctima, se encontraba en tramos intermedios entre los avituallamientos, por lo que no podían ser protegidos. Tras recibir los primeros auxilios, fue trasladada al hospital de Bolzano en helicóptero, donde confirmaron su fallecimiento. La organización de la prueba que dirige Josef Günther Mair está «sorprendida por lo ocurrido» y ha expresado su «más profundo pésame» a la familia de la corredora.

2 comentarios
Estuve en la misma carrera. incluso llegamos a cima con tiempos parecidos.Creo que fué un error grande de la organización el no cortar el evento, sabiendo la prevision incluso dias antes.Dias antes, tuve dudas si participar vista la previdión mala,pero
tenía la confianza que lo tendían todo controlado. Pués no!
No ha pasado nada grande de milagro! Sí ví gente con las piernas azules del granizo.
A mi me pilló ya subiendo al autobús, se hizo de noche de repente.
Saludos! I a recupetar-se.
Indican que una corredora noruega fué fulminada por un relámpago…
Los relámpagos no fulminan, son los rayos.