Tòfol Castanyer completó este fin de semana un gran reto solidario que le hizo recorrer en un trayecto de ida y vuelta a toda la Sierra de Tramuntana. Partiendo y cerrando en su pueblo, el sollerense empleó 32 horas en recorrer 190 kilómetros y casi 10.000 metros de desnivel positivo atravesando once cumbres emblemáticas del cordal. “Había caminos más planos y rodadores, en los que hubiera ahorrado mucho tiempo, pero mi sueño era atravesar nuestra sierra por arriba, haciendo cimas”.
El corredor de 45 años salió el viernes 15 de diciembre a las 7:00 horas, contento, tranquilo. “La recaudación de los 15.000 euros para la silla adaptada de Pau estaban casi conseguida y el trabajo de visualización de las enfermedades raras había funcionado muy bien. El reto deportivo era simplemente la guinda del pastel, aunque había que hacerlo”. A las 15:00 horas del sábado, Castanyer llegaba otra vez a la plaza de Soller donde se vivieron unos momentos de gran emoción.
“Cuando nos enteramos que hacía falta dinero para la silla de Pau, pensamos que había llegado el momento de intentarlo”
¿De dónde sale #PassesPerEnPau?
Cruzar la Sierra de la Tramuntana por partida doble era un objetivo a largo plazo. Era una idea que pensaba llevar acabo cuando me retirara del trail running o, por lo menos, cuando bajara el pistón. Por otro lado, yo había conocido en el ámbito familiar la enfermedad de Duchenne. Cuando nos enteramos que hacía falta dinero para la silla de Pau, pensamos que había llegado el momento de intentarlo.
Siempre estuviste seguro de poder terminarlo. Con casi 200 km parece un reto realmente duro.
En la montaña nunca puedes estar completamente seguro de nada. Una torcedura de tobillo, una caída o incluso la méteo te pueden dejar fuera, pero a pesar de no haber corrido nunca durante tantas horas seguidas, sí que sabía que podía hacerlo. Curiosamente, los últimos kilómetros, cuando veía que ya lo iba a conseguir, fue cuando mejor me sentí. Iba como flotando.
“Ha sido clave el hacerle frente al sueño y al cansancio”
¿Qué ha sido lo más duro a nivel deportivo?
Tal vez las primeras seis horas, en las que no paró de llover y era una zona más rocosa. También ha sido clave el hacerle frente al sueño y al cansancio. También tuve que ir parando porque hemos aprovechado esta actividad para hacer un estudio médico.
¿Con qué momento te quedas?
Por un lado, la salida y la llegada, que fueron increíbles. Este reto ha tenido mucha repercusión en la sociedad mallorquina y me he sentido muy arropado. Pero tampoco me quiero olvidar de otros momentos más íntimos, más solitarios, como los amaneceres o atardeceres en lo alto de la montaña.
“El proyecto ha sobrepasado nuestras expectativas”
¿Te imaginabas el impacto que ha tenido esta actividad?
Ni en nuestros mejores sueños hubiera salido tan bien. El proyecto ha sobrepasado nuestras expectativas, ya no solo a nivel del reto deportivo, sino especialmente al ver cómo se ha involucrado la gente. Hemos conseguido el objetivo de financiación y también el de visibilización de las enfermedades raras. Es muy importante que se conozca el tema y que la sociedad se involucre. Como ejemplo, te diré que 1.500 niños de Soller son ahora parte de este proyecto y que el año que viene estaré en los colegios proyectando el documental.
Una de las cosas más importantes es cómo has emocionado a toda la comunidad. ¿Qué se siente al darte cuenta de que eres capaz de mover todos esos sentimientos?
Sinceramente, no sabemos muy bien cómo lo hemos hecho, pero lo que es seguro es que debajo de este proyecto ha habido mucho trabajo voluntario y, sobre todo, mucha ilusión.
¿Qué te aportan este tipo de retos?
He estado en muchas carreras, algunas de las grandes ultras del planeta, pero te puedo decir que esto es lo más grande que he hecho nunca. Soy más feliz después de #PassesPerEnPau.
