En 2011 Lazarus Lake pone en marcha un nuevo formato de competición de resistencia, la Backyard Ultra, una prueba que consiste en completar en un tiempo máximo de 60 minutos un recorrido circular de 6,7 kilómetros. Aquí no gana el más rápido, tampoco hay un límite de tiempo ni mucho menos de kilómetros. La carrera no tiene reloj en meta, los participantes deben dar vueltas al circuito de manera ininterrumpida hasta que solo quede uno, siendo él el único ganador.
El eslogan de la carrera es ‘The last-man-standing’, el último hombre en quedar en pie, pero ¿qué hay de las mujeres? Lazarus Lake dijo a innumerables corredoras que no veía posible que una de ellas pudiera ganar esta prueba, ya que según sus cálculos los tiempos de una mujer en la ultradistancia son “un 12% más lentos que los hombres”. Pero se equivocaba. No solo han sido capaces de ganar, también de igualar los récords masculinos.
Y aunque la participación continúa siendo muy baja, cada vez son más las que se animan con esta prueba. Y es que las victorias de Maggie Gutert y Courtney Dauwalter provocaron un efecto llamada, demostraron que una mujer también puede hacer frente a este tipo de prueba y, por supuesto, ganarla.
¿Es necesaria una clasificación femenina?
La ausencia de una clasificación por sexos hace que los resultados de ellas pasen desapercibidos a pesar de haber conseguido finalizar en el top 5 o, incluso, en segunda posición. La última fue Jennifer Russo, con 55 años, en la Ohio’s Backyard Ultra el pasado 23 de marzo cuando, tras 362 kilómetros, su cuerpo dijo basta dando como ganador a Harvey Lewis. No era la primera vez que Russo conseguía alzarse con el título de Assist, nombre que reciben los segundos clasificados de estas pruebas, fue en 2020 sumando 248 kilómetros.
Cuando en 2019 Maggie Guterl se impuso en la Big’s Backyard Ultra se convirtió en la primera mujer en conseguir este hito. Entonces la estadounidense hizo historia recorriendo más de 400 kilómetros en 60 horas hasta convertirse en la única persona en pie de la carrera de ‘Lazarus Lake’. Aquel día Maggie no se alzó solo con la victoria, además estableció la cuarta mejor actuación de la historia de una carrera que nació en 2007.
Aquel día entre los 72 participantes había 10 mujeres en la línea de salida que firmaron una gran actuación. Y es que además de la victoria femenina, Katie Wright y Anna Carisson lograron finalizar en el Top10 con un cuarto y noveno puesto, respectivamente.
Un año más tarde las chicas volvían a imponerse en el patio trasero de Lazarus Lake. Entonces fue Courtney Dauwalter quien, tras su segunda posición en 2018, se alzaba con el triunfo de la Big’s Backyard Ultra completando 68 vueltas o, lo que es lo mismo, 456 kilómetros. La corredora estadounidense sumaba otro trofeo más a su colección, pero este era sin duda especial. Y es que no solo fue la que mejor reguló sus fuerzas, sino que con este resultado lograba igualar el récord de la carrera.
Otro gran nombre femenino en las Backyard Ultra es el de la australiana Margaret Hadley, quien en sus dos participaciones en la Bridy’s Backyar Ultra ha conseguido, además de ser la primera mujer, situarse en el Top 10 con un cuarto y séptimo puesto en 2020 y 2019, respectivamente.
En España, en la Spain Backyard Ultra, las mujeres también han demostrado su fuerza con un cuarto y séptimo puesto de Ana Cristina Constantín, con 33 vueltas, y Verónica Romero, con 24 vueltas.
Y aunque aquí se ha citado tan solo a un número muy pequeño de participantes femeninas de las Backyard Ultra, han sido muchas las que han demostrado su resistencia en esta prueba de ultra distancia en la que el último en quedar en pie puede ser un hombre, pero también una mujer.
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