En muchas ocasiones cuando salimos a entrenar por la montaña estamos demasiado pendientes de detalles como la ropa que llevamos, los accesorios que guardamos en la mochila o la ruta que tenemos prevista realizar; olvidándonos de aspectos más importantes aún si cabe como son los relativos a nuestra seguridad.
Debemos tener siempre presente que la montaña es un entorno cambiante en el que la climatología y los imprevistos pueden provocarnos situaciones de peligro fácilmente. Desviarse del camino o la ruta planificada es una de las más habituales. Por ello, antes de salir de casa no solo hay que estudiar bien el recorrido (distancia, desnivel, dificultad técnica), sino realizar un cálculo aproximado de las horas que vamos a necesitar para completarla. Si salimos a correr en solitario, es buena idea informar a un familiar o amigo de los lugares por los que pretendemos correr.
Otro consejo importante: cuando vayas a la montaña y quieras innovar o recorrer nuevos caminos, hazlo en horarios diurnos y a sabiendas de que no se te hará de noche. Si vas a hacer un rodaje nocturno para ensayar las sensaciones de cara a un ultra-trail, es crucial que conozcas la ruta elegida para tu entrenamiento y, por supuesto, ese día no aventurarse a explorar.
La previsión meteorológica es otro de los grandes puntos a tener en consideración. Por supuesto, es importante informarse del tiempo que vamos a encontrarnos y equiparnos en consecuencia. Igualmente, es más que aconsejable llevar ropa y accesorios de más por si las previsiones fallan y nos encontramos con más frío o lluvias de las esperadas. No merece la pena sufrir un temporal y ponernos en peligro por ahorrarnos unos gramos de peso en la mochila. No somos elites ni estamos compitiendo.
Aunque cada corredor tiene sus preferencias, en líneas generales si la previsión meteorológica informa de una jornada de frío y/o lluvia no puede faltar en tu indumentaria una camiseta térmica de manga larga y un pantalón impermeable. Tampoco tu chaqueta con membrana (10.000 mm), guantes, gorro y pañuelo tubular. En cambio, en los meses de verano o en climas con altas temperaturas el protector solar y las gafas de sol se convertirán en los dos imprescindibles de tu aventura.
En la montaña tampoco nos puede faltar ni la hidratación ni la alimentación, factores clave para evitar el desfallecimiento, debiendo ser proporcionales a las horas previstas y al esfuerzo que requiera la actividad. No obstante, también debemos llevarnos provisiones de más. Y es que en la montaña es mejor siempre que sobre algo a que falte, no lo olvidéis, ya sea comida, agua o ropa.
Otro imprescindible es el botiquín que te pueda sacar de una situación complicada en caso de que sufras algún percance o accidente. En la montaña sufrir una caída es muy fácil, pero lo importante es mantener la serenidad, evaluar las opciones y elegir siempre la más segura.
Por último, seguridad en la montaña también es ser conscientes de nuestro nivel. La actividad que vamos a realizar debe estar dentro de nuestras posibilidades, una ruta que te dé tranquilidad y seguridad, y que te permita incrementar el ritmo para salir de la zona lo antes posible ante un cambio brusco de tiempo o de desorientación o pérdida.
No podemos dejar nada al azar. Así, tanto en nuestros entrenamientos como en competición, todo debe estar planificado para evitar imprevistos y disfrutar de inicio a fin de la actividad.
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