Desde que comenzara su tentativa de récord en el Appalachian Trail, las especulaciones sobre la retirada definitiva de Scott Jurek eran vox populi entre los aficionados al trail running. él mismo reconocía que existía una fuerte posibilidad de que dejara para siempre la competición al máximo nivel tras el récord.
Tras varios meses en los que no se acababa de confirmar al 100% la decisión de Jurek, él mismo se ha encargado de asegurar que lo deja definitivamente. Ha sido en una entrevista con la revista TrailRunnerMag en su número de diciembre en la que ha desvelado que una vez que terminó de completar el Appalachian Trail, había dejado de ser competidor de élite.
“Lo que ahora me motiva de verdad son las salidas de dos o tres horas a correr por las montañas, o salir a la naturaleza con mi mujer. Estoy enganchado a ello porque son un lugar desafiante y en ellos he completado tareas muy difíciles, pero también me han enseñado muchas cosas” apuntaba Jurek en esta entrevista.
Entre sus nuevos retos están la función divulgativa sobre la nutrición. Vegano convencido, su libro “Eat end Run” es uno de los más vendidos del mundo de la alimentación deportiva. Jurek siempre ha defendido que una dieta vegetariana es más que suficiente para cubrir las necesidades no sólo de una persona normal, sino también la de un corredor de ultra distancia.
“Estoy tan emocionado y motivado por dar charlas y escribir que por haber sido parte de la comunidad de corredores y trail runners. Todo es sobre devolver lo que se te ha dado, inspirar y ser inspirado por las historias que escucho acerca de gente que sobreviven a enfermedades crónicas o cómo correr les ha cambiado la vida” reconoce Jurek.
A sus 42 años, Jurek cuelga las zapatillas, pero sólo para la competición al máximo nivel, esa en la que ha dominado durante años y la que le ha dado gran parte de lo que es a día de hoy: una leyenda del ultra running, con una hoja de servicios que lo convierten en uno de los mejores deportistas de la historia.
El primer ultra runner global
“Comencé a correr cuando tenía sobre 16 años, cuando entré en el equipo nacional de “cross sky” durante mi segundo año en el instituto. Entonces, mi entrenador nos dijo a los miembros del equipo que debíamos elegir entre bicicleta, patines o correr para mantenernos en forma durante los meses en los que no competíamos. Como yo no me podía pagar ni los patines ni la bicicleta, elegí correr”, nos cuenta Jurek.
En su primera carrera, Jurek ya demostró lo que llevaba en sus piernas; fue segundo, pero sobre todo fue el acicate que lo metería de lleno en el mundo del trail running. Corría el año 1994 y un Scott Jurek de apenas 21 años comenzaba una prometedora carrera por pura casualidad.
Tardaría unos años más en llegar a lograr grandes resultados, sobre todo porque todavía estaba inmerso en sus estudios de Fisioterapia. Una vez finalizados, a finales del siglo XX, comenzaría la era de Scott Jurek, en la que se convertiría en el gran dominador de la disciplina de la ultra distancia, un deporte que por aquel entonces estaba mucho más desarrollado al otro lado del charco.
El primer año de la era Scott Jurek sería 1999, justo cuando venció, por primera vez, la Western States 100, la carrera que le catapultaría al éxito mundial. Su dictadura en la prueba californiana duró nada menos que siete años, siete victorias que supusieron una auténtica revolución en el ultra trail norteamericano, que además justo comenzó con la popularización en nuestro continente.
Aquella carrera difícilmente se le olvidará en su vida a Jurek; en la línea de salida estaba el gran Tim Twietmeyer, que ya había ganado la esta misma prueba en cinco ocasiones, además de ser el gran dominador de la época, con otras victorias míticas como la de Leadville 1994. Era una lucha de David contra Goliat.
Gracias a este caldo de cultivo, Scott Jurek se convertiría en la primera figura global de este deporte, siendo conocido y venerado tanto en su país natal como en una Europa en la que, a pesar de que el acercamiento a este mismo deporte era muy diferente, el mundo del ultra trail estaba en un crecimiento imparable.

A lo largo de los siguientes años, las victorias de Jurek fueron incontables. Siguió ganado la Western States cada año, incluso superando el tiempo de Mike Morton, una de las grandes referencias que Jurek siempre había admirado. En total, Jurek ganó la prueba de California siete veces consecutivas, convirtiéndose en el corredor con más victorias en la historia de la carrera más mítica del mundo.
Pero incluso eso no era suficiente para un atleta tan dominador como Jurek, que seguía con hambre de lograr grandes cosas. Así se embarcó en lo que para él era una nueva aventura hacia lo desconocido, la Badwater Ultramarathon, una prueba que se celebra en condiciones infernales, con temperaturas que llegan a superar los 45 grados centígrados. Como no podía ser de otra manera, ganó. Y otra vez al año siguiente.
Pero no todo podían ser victorias en la carrera de Scott, al que se le atragantó especialmente las carreras europeas. Era el momento de demostrar en el viejo continente lo que llevaba años demostrando en casa, pero el Ultra Trail Mont Blanc fue la carrera elegida. Apostó a lo grande, como siempre había hecho a lo largo de su carrera.
Nunca conseguiría rendir en el UTMB como él mismo esperaba. “Lo del UTMB siempre fue un misterio hasta para mí; no estoy seguro de qué pasó. El recorrido de esta carrera no permite ningún error. Si algo va mal, la dureza del trazado sólo va a exacerbar los problemas”, señala Jurek.
“Nosotros también tenemos carreras muy duras, tales como la HardRock 100 y me resulta desconcertante que en esta carrera haya un índice tan alto de retiradas entre los corredores americanos. Creo que nos entrenamos adecuadamente para el recorrido del UTMB, por lo que creo que debe haber otros factores, como la hora tan tardía de comienzo, el tiempo, el largo viaje… pero no estoy seguro de por qué no nos ha ido muy bien” reconocía un Scott Jurek que dejó de lado el UTMB tras cinco años de sinsabores.
Pero no todo fueron amarguras en nuestro continente, ya que también lograría tres victorias en la durísima Sparthatlon, de 153 millas y también considerada de las más duras del planeta, lo que redondea una carrera deportiva digna de enmarcar.
Eso sí, nunca ocultó que prefiere la visión que se tiene en su país del ultra trail; “Aquí, en Norte América, es un deporte todavía basado en la pasión, un deporte que practicamos con casi ninguna asistencia, sólo con el apoyo que nos dan en las propias carreras o el que recibimos de nuestras familias. Además, tenemos ese espíritu de correr por amor a este deporte y a las montañas y no nos lo tomamos de una forma tan científica y precisa. Siempre queda la duda de si nuestro rendimiento sería mejor si nos decidiéramos a llevar todo al siguiente nivel. Yo no lo sé; quizá no disfrutaríamos tanto como lo hacemos. Al final, lo más importante es encontrar un equilibrio”.
Uno de los momento más duros en su vida personal sería el fallecimiento de uno de los grandes amigos que el deporte había cruzado en su vida, Micah True, alias Caballo Blanco, con el que había compartido carreras por el Copper Canyon, donde viven los míticos tarahumaras, a los que Jurek también lograría vencer en su propio terreno.
“Era tan buena persona que no importa que no esté en persona, porque era tan especial que siempre tendrá un gran impacto en el trail running. Siempre dejó claro que su vida era correr. él siempre decía que correr debía ser divertido y también liberador. Y así fue siempre el espíritu de Micah” recordaba Jurek, que participó activamente los cuatro días que duró la búsqueda de Caballo Blanco.
Ahora, con su retirada, el deporte pierde a un gran competidor, pero gana a una de las más grandes leyendas que tendrá por siempre la ultradistancia.
