Los corredores de montaña sudafricanos Ryan Sandes y Ryno Griesel consiguieron batir el anterior récord registrado en la Gran Travesía Drakensberg, situándolo en 41 horas y 49 minutos, lo que significa rebajar la anterior plusmarca, que precisamente ostentaba el propio Griesel, en 18 horas.
Una de las claves de este sorprendente récord fue que el dúo Sandes-Griesel siguieron una ruta más corta, que apenas superaba los 205 kilómetros de longitud, cuando se esperaba que la distancia a recorrer fuera de, como mínimo, 240 kilómetros. Eso sí, el desnivel que debieron superar no fue menor, ya que tuvieron que hacer frente a casi 8.200 metros de desnivel positivo.
El desafío arrancó el pasado lunes a las 00:00 hora local, con el objetivo de pasar la primera noche con el tanque de gasolina lleno. A medida que avanzaba el reto, la diferencia en la distancia recorrida con respecto al anterior récord no hacía más que aumentar, por lo que todo indicaba que la plusmarca caería con relativa facilidad.
Y es que Sandes y Griesel apenas se concedieron un ápice de descanso en esas más de 40 horas de desafío, en las que apenas durmieron una hora. Como curiosidad, en esas más de 41 horas, gastaron casi 20.000 kilocalorías y usaron 22.000 watios de potencia, unos registros espectaculares.
Para que la marca fuera validada para la Gran Travesía Drakensberg, hay que tener en cuenta que no hay que seguir un trazado previamente establecido, sino que las únicas condiciones es pasar por los ocho pasos preestablecidos, que incluyen, como no podía ser de otra manera, la cima del Mount-aux-Sources, que está a 3.280 metros, así como el punto más alto de la travesía, los 3.500 metros de la cima del Thabana Ntlenyana.
“El germen de esta travesía se plantó hace dos años y finalizarla así parece surrealista. Tuvimos buenas sensaciones desde el comienzo y sabíamos que si el tiempo nos respetaba, teníamos muchas oportunidades de batir el récord. Sin embargo, hasta que cruzas la línea, no puedes estar seguro” apuntaba Sandes tras el récord.
“Tuvimos unos momentos de ansiedad, ya que me torcí el tobillo dos veces y temíamos que todo acabara demasiado pronto. Correr en las horas de noche fue todo un desafío, sobre todo en las partes más técnicas, pero tener a Ryno conmigo fue de mucha ayuda. él conoce estas montañas como la palma de su mano” finalizaba Ryan.
Por su parte, Ryno Griesel comentó que “Ryan es el mejor corredor del mundo en estas condiciones. Correr esta travesía pasa mayor factura al cuerpo de lo que pensaba. Me deshidraté varias veces en el primer día y tuve un par de horas realmente malas, pero Ryan consiguió que siguiera hacia delante. Es una gran experiencia ver cómo uno de nuestros sueños se hace realidad tras años de planificación”.