Sabían que era la zona más remota y comprometida de todo el Great Himalaya Trail, el lugar donde un fallo les podría hacer abandonar el reto e incluso poner en peligro su seguridad. Y lo que se encontraron fue todavía más duro de lo esperado. Ryan Sandes y Ryno Griesel tuvieron que hacer en su segunda semana de aventura a unas durísimas condiciones en Dolpa para superar un terreno expuesto, con pasos que requerían de cuerda y piolet, por el que todavía no había pasado nadie esta temporada.
“Fueron 3 días y medio realmente descorazonadores: tuvimos que pedir que nos dejaran pasar una noche en un monasterio y otra la pasamos con un monje. Si ese monasterio no hubiera estado allí, creo que nos habríamos congelado hasta la muerte. Fue realmente genial cómo la gente nos abrió sus brazos y sus casas y hasta nos prestó sus camas”, explicó Sandes visiblemente machacado. “Con toda la nieve y el hielo del final del invierno –continuó-, progresar fue realmente lento y esas condiciones también hicieron la aventura mucho más real y épica.
“Desafortunadamente, me llevé algunas congelaciones leves en los dedos al mirar el GPS sin guantes para navegar. Espero que no tenga consecuencias a largo plazo”, proyectó su compañero Griesel.
Aunque el esfuerzo físico fue muy exigente, el desafío real lo marcó la parte mental. La propia lucha por sobrevivir les hizo entrar en un bucle negativo del que solo consiguieron despegarse dejando atrás los peligros. “Mirando hacia atrás estoy bastante aliviado. Ryan ha sido una estrella absoluta, empujándome hacia delante y espero devolverle el favor más adelante”, reconoció Griesel, a priori un montañero más técnico y seguro.
En el ecuador del reto
Tras atravesar Dolpa, los sudafricanos se dirigieron a las regiones del Annapurna y el Manaslu, mucho más pobladas y efervescentes, que recorrieron realmente deprisa.
A día de hoy, miércoles 14 de marzo, la dupla ha recorrido 647 kilómetros y unos 80.000 metros de desnivel acumulado (38.483 m positivos), y en los próximos días llegarán al décimo punto de control, de los 12 totales, en Jiri. Esto supone que se encuentran en el ecuador de un recorrido de 1.400 km y más de 72.000 m de desnivel positivo. Les quedan todavía dos semanas más para cumplir su objetivo de batir el récord de Andrew Porter, a quien llevan una interesante ventaja según la estimación visible en su tracker.