Puede sonar pretencioso, pero si de alguna forma podemos definir la Pyrenees Stage Run (PSR) 2022 es como la edición casi perfecta de carrera por etapas. ¿Queréis saber por qué?
Tomàs y yo afrontábamos esta sexta edición con la misma emoción de aquella primera en 2016, pero con los deberes bien hechos. Las pasadas cinco ediciones nos habían permitido crecer y mejorar mucho en la organización y optimización de un evento de una magnitud abismal, como es una carrera de siete días que cruza el Pirineo catalán y andorrano desde Ribes de Freser (cerca de la Vall de Núria) hasta Salardú (Vall d’Aran) en la que nos ocupamos de absolutamente todo. Esto no sólo consiste en tener un buen recorrido, sino que los avituallamientos, salidas, metas, controles, marcaje, desmarcaje, seguimiento GPS, alojamientos, cenas conjuntas, ceremonias diarias de ganadores/as y mucho más estuvieran todos perfectos. ¡Y multiplicados por 7!
Por suerte, en este tiempo también hemos aprendido a rodearnos de gente que suma: TUGA Active Wear, nuestro sponsor principal desde la primera edición, así como de un equipo de 50 personas que nos acompaña y siente la PSR como suya. Por supuesto, tampoco nos olvidamos de nuestro principal apoyo institucional, el Patronat de Turisme Costa Brava Pirineu de Girona.
Pero, como decíamos, ha sido una edición casi perfecta. El terreno estaba perfecto después de unos días de abundantes lluvias antes de empezar la carrera. La temperatura, entre los 16-20ºC en las partes bajas y 8-10ºC en las altas; ¡perfecta para correr! Sol y nada de viento ni lluvia para disfrutar de los 240 km y 15.000 m de desnivel positivo, pasando por cinco parques naturales (entre ellos el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici o el Parque Natural de l’Alt Pirineu), varias veces por encima de los 2.500 m de altitud, cruzar Andorra durante 2 jornadas…




Lo social, un aspecto clave de nuestro proyecto, también funcionó a la perfección. Los participantes llegaron con ganas de vivir a partes iguales el Pirineo y la experiencia de correr y convivir una semana con desconocidos con los que el amor por las montañas y el trail running eran, a priori, el único punto en común. Desde el primer momento se entregaron al buen rollo ya típico de las metas de la PSR, así como de las cenas y veladas, en las que como marca el guion se visualizaron de la jornada. Y es que participantes y voluntarios se fundieron en uno bailando, emocionándose, abrazándose y montando una fiesta cada día al último corredor… ¡durante 7 días!
Y después de todo esto, ¿por qué decimos que es una edición casi perfecta? Pues porque nos encantaría que todos y cada uno de los participantes fuera capaz de terminar esta aventura, completando todo el recorrido. Pero no pudo ser así. La PSR a veces presenta su versión más dura y te hace ver que no es una carrera fácil, a pesar de las imágenes tan bonitas que ofrece. Pero eso no es negativo, forma parte de su encanto.
Como un buen amigo nos decía hace un par de días: “Este monstruo que habéis creado llamado Pyrenees Stage Run, no tiene quien lo pare. Supongo que porque es un monstruo, la gente no se acerca lo suficiente. Pero a la que le conoces, no puedes parar de mirarlo, de saber de él, de amarlo hasta el infinito”.
Este ha sido el año en que más participación nacional hemos tenido. Y esperamos que siga creciendo. Tenemos el Pirineo muy cerca, podemos visitarlo con mayor facilidad que muchos de nuestros vecinos europeos, pero si de una cosa estamos seguros tras estas seis ediciones, es que vivirlo así no tiene ni punto de comparación. La PSR te lo enseña de manera profunda y divertida. ¡Hasta el año que viene!
Jordi Vissi
Codirector (junto a Tomàs Llorens) de Pyrenees Stage Run
