El pasado fin de semana Pere Aurell se adjudicó el primer título internacional de su ya extensa trayectoria. En un año de transición dentro del mundo de skyrunning, el catalán se impuso en la modalidad Sky Extra, que aúna pruebas técnicas con las de ultradistancia, evidenciando su gran rendimiento en recorridos muy diferentes.
Empezó bien la temporada en Transvulcania, el mismo día que su mujer Ragna Debats se proclamaba campeona del mundo de Trail IAAF en Castellón. “He dejado de trabajar. He conseguido un buen apoyo de las marcas y he aparcado la jardinería. No entreno más horas, pero estoy mucho más fresco y puedo descansar como se debe”, nos comentaba entonces.
Los resultados se dejaron notar también en otras pruebas más técnicas como la High Trail Vanoise, que se corre a gran altitud, en Tromso Skyrace donde fue segundo, e incluso en el desafiante Trofeo Kima. Con el circuito abierto, pues Dmitry Mityaev y André Jonsson también tenían opciones, el corredor de Matadepera dio un recital el sábado en la Pirin Ultra, en la que supo sobreponerse a los momentos de flaqueza para hacerse con la victoria, el récord y la Copa del Mundo.
«No pensaba yo que tras 18 años corriendo por la montaña fueran a llegar ahora mis mejores momentos»
Enhorabuena.
Muchas gracias, no pensaba yo que tras 18 años corriendo por la montaña fueran a llegar ahora mis mejores momentos.
La experiencia es un grado.
Por supuesto. Cada temporada intentamos aprender algo nuevo e implementar cambios. Uno de los más importantes ha sido aprender a gestionar mejor la alimentación, sobre todo cuando estamos en competición, y eso ha sido un factor fundamental que se ha notado especialmente en esta última carrera.
«Hace unos años hubiera apretado los dientes e intentado luchar, y seguramente me hubiera vaciado rápidamente, pero el sábado decidí tomármelo con más calma»
Explícanos…
Bueno, pues después de irme en solitario en la primera bajada del trazado me entró una pájara en la segunda subida. Perdía tiempo y por detrás venían mis rivales del circuito que estuvieron a punto de alcanzarme. Hace unos años hubiera apretado los dientes e intentado luchar, y seguramente me hubiera vaciado rápidamente, pero el sábado decidí tomármelo con más calma. Me centré en beber y comer, aunque no me apetecía nada, y al cabo de 20 minutos ya estaba otra vez listo para darlo todo.
Qué importante es saberle dar la vuelta a las situaciones difíciles en las ultras…
Por supuesto. En estas carreras tan largas siempre llegan malos momentos. Hay que saberlos esperar y cuando aparecen tener recursos para decidir cuál es la mejor manera de solucionarlo. A veces lo consigues, otras no, pero siempre te llevas alguna lección para casa.
«Al ganar en Transvulcania me di cuenta de que todo era posible»
Casi dos décadas en este deporte, ¿cómo mantienes la motivación para seguir esforzándote?
Sinceramente, no me cuesta. Saldría a correr por la montaña aunque no compitiera o aunque mi objetivo no fuera el máximo rendimiento. Es mi pasión y la única explicación a que todavía no me haya cansado de esta actividad.
¿Te imaginabas terminar así a principio de temporada?
Siempre que arrancas la temporada intentas motivarte con grandes objetivos. Tenía la ambición, pero sabía que era más que complicado. Al ganar en Transvulcania me di cuenta de que todo era posible.
«Antes me costaba mucho más ir al ritmo de los corredores de cabeza»
Has rendido muy bien tanto en carreras largas como en otras más cortas y técnicas. ¿Cómo se consigue esto?
No vengo del atletismo, sino de la montaña, y creo que eso me da un bagaje muy útil para los recorridos técnicos y con fuertes desniveles. Junto a mi entrenador, Rafa Flores, estudio las carreras al detalle, buscando terrenos cerca de casa en los que poder entrenar cada tramo de los que me voy a encontrar en la competición.
¿Cómo has visto el nivel respecto a años anteriores?
Pues parecido. El año pasado fui segundo en la clasificación combinada de skyrunning y este año podría acabar tercero. Lo que sí que he visto es que he mejorado bastante. Antes me costaba mucho más ir al ritmo de los corredores de cabeza y este año he estado más cómodo.
Imagino que este título es lo más importante de tu carrera.
Sí. Como expliqué al principio de temporada, la clave este año ha sido poder dedicarme exclusivamente a correr. Tanto yo como Ragna contamos con un buen apoyo de nuestro patrocinador y un equipo detrás que nos está permitiendo dar lo mejor de nosotros mismos al tiempo que cuidamos de nuestra hija.

«Levantarnos por la noche si se despierta es un placer. Es mi hija y no hay nada mejor que estar con ella»
Al hilo de esto, ¿qué te parecen las declaraciones del conocido periodista deportivo Juanma Castaño, que decía que “los futbolistas no pueden levantase por la noche a cuidar a sus hijos?”?
No he escuchado esas declaraciones pero en nuestro caso es al contrario. Nos gusta tenerla cerca siempre y nos la llevamos a todos los sitios. Ella es el motor de la familia, la que nos da ilusión y fuerzas cuando estamos corriendo. Levantarnos por la noche si se despierta es un placer. Es mi hija y no hay nada mejor que estar con ella.
Con esta temporada casi finalizada, ¿qué perspectivas tienes para la siguiente?
Seguir centrado en la competición, con todavía más ganas, y me gustaría ir a la TDS. Son 120 km, una distancia que ahora mismo supera a lo que estoy acostumbrado, pero sería una manera de cerrar el círculo. Allí entré en los ultras en 2013 aunque no acabé.
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