Ayer se cumplieron 233 años desde que, tras numerosos e infructuosos intentos, el buscador de piedras preciosas Jacques Balmat y el doctor Michel Gabriel Paccard lograron pisar por primera vez la cima del Mont Blanc (4.810 m). En una época en la que las grandes cumbres estaban sumidas en negras leyendas, esta ascensión supuso una extraordinaria gesta que está considerada como el punto inicial de la historia del alpinismo.
Los franceses, motivados por una suculenta recompensa que había prometido el aristócrata Horace de Saussure para los primeros que encontraran un camino hasta cúspide de los Alpes, partió el 7 de agosto de 1786 y vivaqueó, a unos 2.400 m de altitud, en la Montagne de la Côte. A la mañana partieron hacia Grands Mulets (3.057 m), desde donde encararon al Grand Plateau y a un corredor, entonces desconocido, que les depositó en la cima, donde se les vio gracias a un catalejo a las 18:23 horas. Allí estuvieron media hora, mientras Paccard confirmaba la relación entre la reducción de la presión y la altitud gracias a un barómetro que había porteado. Casi a medianoche, ayudados por la luna llena, regresaron a Montagne de la Côte donde descansaron hasta el amanecer. Al día siguiente bajaron al valle, empleando un total de 3 días.
Ascenso-descenso en el día y primeras marcas
Poco a poco se sucederían las expediciones, empezando por la de Horace de Saussure. Y también se fueron abriendo nuevas rutas, entre ellas, la primera desde el lado italiano que consiguió el geólogo Felice Giordano en 1864.
Tan solo 10 años más tarde llegaría el primer ascenso y descenso en el día. Fue obra del británico Frédérik Morshead, el primero de una saga de científicos y exploradores de las altas montañas. El 20 de julio a las 6:00 horas bajó a desayunar al café Couttet’s de Chamonix con la intención de ascender hasta Grands Mulets. Sorprendido por su propio ritmo y fortaleza, decidió continuar hasta la cumbre del Mont Blanc, regresando a la localidad alpina 16 horas después.
El enfoque había cambiado. Ya no se trataba únicamente de subir al punto más alto de la cordillera alpina, sino que había que hacerlo rápido. En 1898 se organizó la primera carrera para guías de Chamonix al Mont Blanc y era cuestión de tiempo que la marca de Morshead fuera rebajada. Finalmente fueron los franceses Joseph Bouchard y Alfred Couttet los que le hicieron el primer recorte en 1910, recorriendo el camino de ida y vuelta, de 30 km y 3.800 m+, en tan solo 12 horas.
La caza del récord y el nacimiento del skyrunning
Tras décadas convulsas y el paso de las dos Guerras Mundiales, el siguiente registro encontrado data de 1968. Aquel año los gendarmes de montaña Jean Marie Bourgeois y René Secrétant, que formaban parte de la selección francesa de esquí nórdico, emplearon tan solo 8h48’ en completar el trazado (5h55’ subida), pero tan solo dos años después Réné Arpin y Paul Chassagne les arrebatarían el récord con 7h58’.
Pasaron 16 años más Pierre Cusin y Thierry Gazan consiguieron rebajar este crono, con 7h56’, empezando una sucesión de marcas, ya con equipos más ligeros y modernos, en la que Laurent Smagghe y Pierre-André Gobet mejoraron individualmente el registro hasta establecer 5h11’ en 1990 (3h48’ subida).
En el mismo año pero en la otra vertiente la montaña, Marino Giacometti ya empezaba a poner en práctica su idea del skyrunning y el Monte Bianco fue uno de sus primeros objetivos. 12h23’ horas tardó junto a Paolo Fornoni (6h55’ subida). Este recorrido, de 52 km y 3.800 m+, se convirtió en carrera, en su primera edición solo con 7 participantes, y se celebraría en 5 ediciones dentro del circuito Fila Sky Trophy. En 1995 Fabio Meraldi paró el cronómetro en 6h45’.
Kilian Jornet, Emelie Forsberg, Marco de Gasperi y otros registros
Desde finales de los 90, los record holders han cambiado aunque los tiempos están ya muy ajustados, por lo que las diferencias han sido mínimas. En la vertiente italiana, la marca vigente en la actualidad es la de Marco de Gasperi, que estableció en 2015 un tiempo de 6h43’. Por el lado francés, Kilian Jornet en 2013 paró su reloj en 4h57’ (3h30’ ida). El catalán cuenta además con otras actividades destacadas como la Arista Innominata en 8h43’, un tiempo que después rebajó el fallecido Ueli Steck, o una doble ascensión en el día.
Otra importante noticia de estos últimos años ha sido el doble récord femenino establecido por Emelie Forsberg. Primeramente en 2013 con 8h10’ y después en 2018 con 7h58’. “No hay ninguna mujer que haya publicado su actividad en esta ruta y solo unas pocas han culminado la actividad en un solo día”, explicó entonces.
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