Manu Merillas intentará este jueves 12 de agosto uno de sus grandes objetivos para esta temporada: el récord de ascenso y descenso al Mont Blanc desde la localidad de Courmayeur, por la vía italiana.
La sorpresa llegó el pasado mes de marzo cuando el castellanoleonés anunciaba su calendario. Además de su intención por estar en la línea de salida de algunas de las mejores carreras de mundo, Manu sumaba dos retos personales durante el verano en los Alpes: el récord del Cervino desde Cervinia, actualmente en manos de Kilian Jornet; y este en la cúspide de los Alpes, de Marco de Gasperi.
No será fácil. Y es que el corredor italiano completó en 2015 los 51,8 kilómetros con 3.750 metros de desnivel positivo en 6h43’52”. Aunque ya hemos visto que para Manu no hay nada imposible. Hace unos meses pulverizaba el récord en la Travesera Picos de Europa tras rebajar su propia marca en más de 30 minutos.
Aunque tal vez las condiciones que hay este verano en los Alpes no son las que Merillas esperaba o deseaba encontrar – la nieve todavía es muy abundante -, parece que el clima sí le acompañará en su ascenso a los 4.810 metros del Mont Blanc.
200 años después el Mont Blanc mantiene su atractivo
Jacques Balmat y Michel Gabriel Paccard, primeros en alcanzar la cima de esta cumbre alpina, no podían ni imaginar el impacto que iba a suponer su hito. Una extraordinaria gesta que está considerada como el punto inicial de la historia del alpinismo.
Tras ellos, en 1786, motivados por una suculenta recompensa que había prometido el aristócrata Horace de Saussure para los primeros que encontraran un camino hasta la cima del Mont Blanc, fueron los franceses quienes realizaron el ascenso empleando más de tres días en su aventura.
Aquellas largas expediciones dieron paso a nuevas rutas y, también, a otro modo de vivir el alpinismo. Frédérik Mosrshead fue el primero en emplear subir y bajar en un mismo día al pico, sorprendiendo a todos al emplear tan solo 16 horas. El objetivo había cambiado. Ahora ya no se trataba únicamente de subir al punto más alto de la cordillera alpina, sino de hacerlo en el menor tiempo posible.
Décadas después, con equipos más ligeros y modernos, los récords se han ido sucediendo y ajustando, por lo que las diferencias son ya mínimas. En 1995 fue Fabio Meraldi quien paró el crono en 6h45’, un tiempo que mejoraba Mario de Gasperi una década después en casi 2 minutos. Mientras que por el lado francés es Kilian Jornet quien posee la mejor marca en 4h57’.