A finales de abril, Jim Walmsley firmó una sus mejores carreras, la mejor sin dudas en continente europeo. El estadounidense venció la Madeira Island Ultra-Trail (MIUT) con 12h58’, rompiendo por 7 minutos el récord de la carrera hasta entonces en manos de François D’Haene.
“Es muy gratificante invertir tanto en las carreras y conseguir que salga así. Cuando llega el día de la carrera, las piernas están ahí, son diferentes de cuando comenzó el bloque de entrenamiento hace meses y están listas. Cuando la dificultad se pone en marcha, sacas la pala y sigues cavando trincheras cada vez más grandes. Puedes sacar más de ti mismo de lo que creías posible, y esa parte es mágica”, expresó en redes al terminar.
Además de la experiencia, el corredor de Flagstaff se llevó interesantes aprendizajes de cara al que realmente es su objetivo en el viejo continente: el UTMB Mont-Blanc.
Trabajar la noche, el frío y el desnivel
“Gran parte de MIUT 115 km fue de noche, con un comienzo de medianoche y el amanecer no fue hasta las 7:30 am. Me resulta fascinante lo que sucede durante la noche, cuando la carrera es más difícil de seguir para los espectadores, y las historias finalmente emergen con el amanecer a medida que aumenta la cobertura. Cuando salió el sol, tenía unos 2 minutos de ventaja sobre un grupo compuesto por Andreas Reiterer, Jean-Philippe Tschumi y Thibaut Garrivier pisándome los talones.
Al estudiar ediciones anteriores, noté que la mayoría tendían a dividirse en la primera subida después del amanecer desde Curral das Freiras en el km 63 con más 63 km y 4.600 m ya en nuestras piernas. Miramos hacia arriba a través de un bosque de eucaliptos por el que subiríamos, un ascenso de 1.475 m en 11 km, equivalente al sendero South Kaibab en el Gran Cañón que he registrado en Strava 123 veces. Aquí es donde quería apostar por la carrera y luego gastar lo que me quedase en las piernas para las horas de descenso que tendríamos después de la cima del Pico do Arieiro, aproximadamente en el km 78.
Me cambié un par de veces, a medida que el frío de la noche y la altitud aumentaban. En las últimas millas, más gente de Madeira salió a apoyarme y animarme. Sentí que no podía soltar el acelerador con la sensación de Thibaut Garrivier respiraba en mi nuca y el deseo de devolverle la energía a los espectadores a lo largo del recorrido. Fue una sensación maravillosa cruzar finalmente la línea de meta, me continuaron doliendo las piernas durante el resto del día debido al esfuerzo final.
Me siento muy bien con mis conclusiones sobre esta carrera y cómo me fue. Creo que este fue uno de los ultras técnicamente más exigentes que he hecho. MIUT tenía muchas horas nocturnas, senderos técnicos, un perfil de campo montañoso… un esfuerzo verdaderamente europeo que se basa en mis objetivos de competir de manera competitiva en UTMB en agosto. ¡Emocionado por los objetivos que tenemos por delante!”, explicó en un completo post.
UTMB, objetivo también para 2023
Tras su triunfo en Madeira, el corredor de 32 años respondió unas preguntas de LEquipe.com en las que dejó interesantes ideas. La principal, que ha “construido un calendario para los próximos dos años con un objetivo: tener una mejor experiencia en el UTMB 2022 y 2023”.
Recordamos que fue en 2017 cuando Jim Walmsley participó por primera vez por las 100 millas de Chamonix. Fiel a su estilo agresivo, dinamitó la carrera con una estrategia que no se ha vuelto a repetir. Se adelanta del grupo de cabeza, con márgenes de hasta 2 minutos, pero paraba a esperarlos en los avituallamientos. La noche pronto le pasó factura hasta casi dejarlo fuera de juego. Finalmente acabó en quinta posición. Esa fue la única de sus tres participaciones en la que consiguió cruzar la línea de meta. Tanto en 2018 como en 2021 acabó retirándose.
“A veces, con mi formación en atletismo, quiero correr rápido. Eso me hizo daño. Disminuir la velocidad es algo que tuve que aprender. Administrar su esfuerzo de esta manera es un poco diferente de lo que sé”, apunta en el digital francés.
Como ya había anunciado, Jim se instalará en las próximas semanas en los Alpes franceses donde espera adaptarse a la cultura europea del trail running y “eliminar el estrés de venir a Chamonix para la carrera”, cierra.