Sin lugar a dudas, los retos personales están convirtiéndose en una de las actividades más importantes en el mundo del trail running. En este 2016 se ha dado un salto cualitativo y se han conseguido varios récords en algunos de las rutas más impresionantes para cualquier corredor de montaña.
La que ya está inmersa en su nuevo desafío es la cinco veces ganadora del Ultra Trail Mont Blanc, la corredora británica Lizzy Hawker, que se ha empeñado en conseguir lo que no consiguió hace cinco años: completar el impresionante Great Himalayan Trail, un reto a la altura de muy pocos corredores de montaña.
Y es que el Great Himalayan Trail es una travesía salvaje y brutal, que se alarga hasta los casi 1.700 kilómetros de longitud y que supone pasar multitud de esos kilómetros a grandes alturas, a lo que se unen las bajas temperaturas y los largos tramos en solitario entre los pequeños pueblos de la zona, lo que obliga a dormir muchas noches en vivacs.
Lleva Lizzy Hawker algo más de una semana en este reto, que supone intentar cerrar un ciclo que se abrió hace justo cinco años, cuando por estas fechas, pero en el año 2011, decidió abandonar su tentativa tras sufrir una serie de contratiempos.
El intento de 2011 en el Great Himalaya Trail
Todo comenzó el pasado 11 de octubre de 2011, fecha en la que Lizzy se propuso recorrer el Great Himalayan Trail Run por primera vez en su carrera, un recorrido que atraviesa la cordillera del Himalaya a lo largo de más de 1.600 kilómetros. Y para completar el reto, decidió recorrerlo en solitario.
Todo parecía marchar bien y durante las primeras jornadas, la británica posteaba religiosamente sus vivencias en las redes sociales, como Twitter. El día 17 de octubre se recibía un mensaje de Lizzy en el que decía sentirse agotada pero feliz por lo que estaba viviendo. Y a partir de ahí, el silencio.
El equipo que iba siguiendo a la inglesa no pudo contactar con ella y tampoco funcionaba el dispositivo GPS con el que cualquiera podía seguir su situación desde internet. Tras varios días incomunicada, Hawker volvía a dar señales de vida, pero no se sabía qué le había pasado y por qué no había podido contactar durante ese periodo de tiempo con nadie de su equipo.
Según la versión de la propia Lizzy, perdió la senda entre dos poblados – Thudam y Chyamtang- y se vio inmersa en una selva “de proporciones himaláyicas”. Tras esto, la atleta perdió una mochila en la que guardaba el teléfono, la cámara y los permisos pertinentes, además de otras cosas de valor. Sin ningún modo de contactar con su equipo, Hawker decidió avanzar hasta Chyamtang, lo que le costó tres días y otras tantas noches. Una vez allí, pudo contactar con su gente y pudo volver a Kathmandú en un avión.
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