Si bien la vuelta de las competiciones deportivas es una creciente realidad en España, que en el trail running hemos vivido ya en lugares como Andalucía, Baleares, Cataluña o las Islas Canarias, un fenómeno paralelo está poniendo en peligro el regreso de uno de los deportes más seguros frente a la pandemia.
Y es que en las últimas semanas hemos conocido el caso de varias organizaciones que se han visto obligadas a cancelar sus carreras a ultimísima hora, tras dejar de contar con el apoyo de sus respectivos ayuntamientos. Se trata del Desafío Navatrail en Navamorcuende (Toledo) y el Trail de la Fabada en Navalagamella (Madrid).
En el primer caso, que además acogía el Campeonato de Castilla-La Mancha, estaba previsto para el pasado domingo 28 de marzo. Hasta ese mismo fin de semana, la organización había recabado todos los permisos y sostenes necesarios, pero los acontecimientos se precipitaron en apenas unas horas obligándoles a suspender la carrera con buena parte de los corredores ya sobre el terreno. Así lo explicaban:
“Los participantes recibieron insultos y faltas de respeto, la organización presiones y amenazas, y el recorrido fue boicoteado en varias ocasiones (quitando balizas durante toda la jornada del sábado, que tuvimos que reponer en varias ocasiones), y a la mañana del domingo (día previsto para la carrera) varios tramos del recorrido habían vuelto a ser saboteados (pudiendo remarcar algunos tramos para los corredores que estaban en la localidad y quisieran salir a entrenar).
Por otro lado, después de mantener reuniones con todas las partes implicadas a raíz de los hechos (visita a casa de los organizadores por parte de la Guardia Civil), desde la Organización no encontramos el apoyo institucional y de las fuerzas de seguridad necesario”.
Curiosamente, ese mismo día sí que se celebraron en la misma localidad actos religiosos con docenas de personas en espacios cerrados, donde los contagios son mucho más probables.
Más recientemente, este mismo domingo 4 de abril, se debía celebrar el Trail de la Fabada, perteneciente al Circuito 4 Desafíos Trail Sierra Oeste de Madrid, que también tuvo que suspenderse sin apenas margen para avisar. El viernes publicaban el siguiente comunicado.
“No sabemos por dónde empezar con este mensaje, hace unas horas os acabamos de enviar un correo editado en el día de ayer, con la información y recorridos viables ya que llevamos realizando ese mismo recorrido hace 7 ediciones. Hace 3h nos encontramos con la negativa del mismo Ayto. de Navalagamella a darnos los permisos para poder celebrar la prueba, y la razón que nos dan es que hay mucho senderista por la zona y podríamos provocar accidentes, como si fuéramos en moto, cosa que nos parece una broma pesada, pero que nos podían haber comunicado semanas o meses antes.
No tenemos palabras para disculparnos ya que muchos de vosotros ya tenéis los alojamientos y preparativos hechos pero es algo que en 9 años no nos había pasado. 120kg de fruta, seguros contratados, alquileres de vehículos pagados y muchas horas de esfuerzo se han ido a la basura.”
Miedo y desconocimiento
Al margen de las justificaciones dadas por cada uno de los responsables públicos, es evidente que el clima de miedo ante posibles contagios de COVID-19 está jugando en contra de las carreras por montaña. Es algo comprensible si tenemos en cuenta que la gran mayoría de las carreras se celebren en pueblos, en los que la población es más mayor y vulnerable a la enfermedad. Lo que no se entiende entonces es que sí se permitan realizar otro tipo de actividades que también implican la concentración de personas, empezando por la hostelería.
Si algo debería estar permitido en estos tiempos de pandemia, es el deporte, especialmente el que se celebra al aire libre. No solo es que sus beneficios sobre la salud física y mental de las personas sean sobradamente conocidos, sino que en caso de infección de coronavirus, como demostró el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, multiplica por 8 las posibilidades de sobrevivir.
Muchas modalidades como el fútbol, baloncesto u otros deportes mayoritarios ya han regresado a la competición. Es muy injusto que el trail running, que se juega al aire libre y en el que apenas hay contacto físico, no pueda hacerlo. También cuenta con sus necesarios protocolos de prevención y ha demostrado en numerosas ocasiones una enorme responsabilidad social. Solo así es posible que se hayan celebrado eventos como Transgrancanaria, con casi 2.000 corredores de 44 países distintos, sin que se haya conocido ni un solo caso de contagios. Es el momento de dejarlo correr.
