Cruzar los Estados Unidos de América corriendo es un reto gigante, inimaginable para la gran mayoría de ultrarunners, aunque sorprendentemente son ya decenas los corredores que han completado la travesía de costa a costa. En nuestra memoria queda el récord conseguido el año pasado por Pete Kostenick, que empleó 42 días, 6 horas y 30 minutos.
Sin embargo, Rickey Gates no es un corredor al uso. “Tuve la buena suerte de nacer en las montañas y de haber interactuado con este planeta de una manera que me ha traído alegría y comprensión”, explica en la bio de su web, donde añade: “Mi vida adulta se ha basado principalmente en la búsqueda de la libertad que nuestros cuerpos, nuestras mentes y nuestro entorno pueden proporcionarnos.”
Con esta visión sensible y enraizada, se embarcó el de Wisconsin en el proyecto más ambicioso de su vida. Quería cruzar Norteamérica, sí, pero utilizando algunas de las rutas más emblemáticas del país y dibujando un camino a veces serpenteante, que incluye senderos, carreteras rurales e incluso algunas zonas urbanas.
No era la primera vez, sin embargo, que Gates, al que algunos recordaréis por ser el anfitrión de Kilian Jornet en su Mount Marathon de 2015, empezaba un reto así. Con 19 años, se propuso la ruta de costa a costa con su bicicleta, aunque al tercer día abandonó. Ahora, con 36 años, la experiencia y la motivación para partir eran otras. “En un tiempo de política incierta y un crescendo de diferencias, he optado por frenar las cosas, simplificar mi vida y conocer a mi país en la intimidad del paso a paso”, confesaba este atleta y fotógrafo.
El recorrido
Así decidió partir el pasado 1 de marzo de la Folly Beach, cerca de Charleston (Carolina del Sur). La ruta, en el sentido histórico de los migrantes del nuevo continente, se dirigió al oeste y al sur hacia el Palmetto Trail, uno de los muchos senderos de largo recorrido que se encuentran dispersos por los EE.UU. De allí, a los Apalaches hasta el río Tennessee, donde se desplazó en paddlesurf. Alabama del Norte, el río Mississippi, Arkansas y el Ozark Highlands Trail. Ya quedaba menos para pasar Oklahoma y llegar por el Colorado Trail, a Aspen, donde reside. Llevaba algo más de la mitad del trazado y tocaba meterse en el desierto por el sendero de Kokopelli que le llevó desde Grand Junction hasta Moab, donde tomó la segunda sección acuática en el río Colorado. De Utah al remoto desierto de Nevada y de la Tahoe Rim Trail al recorrido completo de la Western States, la primera carrera de 100 millas de EE.UU con final en California. Allí, ya cerca de San Francisco, el Bay Area Ridge Trail le llevó a Sonoma y finalmente a cruzar el Golden Gate Bridge, el emblemático puente Mapfre que llega a la península de San Francisco.
Han sido 5 meses, 154 días corriendo y un reto que suma aproximadamente unas 4.000 millas (unos 6.500 kilómetros) y 50.000 metros de desnivel acumulado, aproximadamente 26 millas por día (unos 42 km). Pero lo más importante ha vuelto a ser el estilo. “La manera en la que eliges viajar define el modo en el que ves un lugar, y en el que un lugar te ve”.
Un presupuesto de 1.000 dolares al mes
El viaje de Rickey Gates tenía una simple intención. Tras más de 10 años viajando por todo el mundo, quería redescubrir “el patio trasero de su casa” y para ello, no había mejor manera que entrar en las vidas de sus compatriotas. “Aparezco en pantalones cortos con una mochila extraña y mi bigote rojo, y la conversación llega”. Para incentivar este contacto con los lugareños, decidió viajar sin asistencia, porteando en una mochila especial -un prototipo que trabaja con su patrocinador-, al que añadió un carrito autoconstruido durante parte del recorrido. Un saco de dormir, una lona y varias capas de ropa compusieron su equipaje, con un presupuesto de 1.000 dolares al mes para los gastos del día a día.
Tras estas 22 semanas de periplo, Rickey Gates ha demostrado, no solo que ha sido capaz de terminar uno de las travesías de resistencia más largas de la historia, sino que también ha puesto en valor un modo personal y aventurero de viajar, recuperando el interés por las cosas cercanas, accesibles y no por ello menos inspiradoras.
No dejéis de echarle un vistazo a las imágenes que ha ido captando en su camino. Podéis verlas en Facebook, Twitter, Instagram y en su web.
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