Kilian Jornet salió este fin de semana de su hábitat natural para enfrentarse por primera vez a un reto de larga distancia en pista, para intentar completar las 24 horas. Corrió durante 10h20′, cuando la aparición repentina de pinchazos en el pecho y mareos le obligaron a retirarse del proyecto por el que llevaba casi un año entrenando. Había recorrido 134,8 km y 338 vueltas.
«Me sentía bastante bien, con altibajos como es normal en estas carreras de larga distancia», dijo Jornet. “Entonces, de repente, sentí dos pinchazos en el pecho y comencé a sentirme muy mareado y muy exhausto. El médico hizo algunas pruebas y determinó que lo más seguro era ir al hospital para hacer una exploración más profunda”.
“En el hospital hicieron una serie de pruebas”, continua Jornet, que el mismo sábado fue dado de alta. “Los médicos no creen que sea nada grave”.
Kilian llevaba casi un año entrenando para este proyecto, después de plantear el reto a sus patrocinadores tras haber completado las 24 horas en esquí de montaña. La climatología, las lesiones y la pandemia del Covid-19 han hecho del proyecto un enorme reto logístico y deportivo.
“Sin duda las temperaturas han sido bajas, especialmente para el equipo de logística, que tuvo que poner sal en la pista y aguantar muchas horas mientras nosotros estábamos en movimiento constante. Habíamos previsto hacer este reto hace cinco o seis semanas, pero las lesiones y el mal tiempo lo retrasaron hasta ayer”, explicaba Jornet.
Ya en casa, Kilian Jornet hacía una reflexión sobre el proyecto y su posible continuidad: “Me hubiera gustado que el resultado fuera otro, pero sigue siendo divertido explorar cosas diferentes y nuevos proyectos. Quiero agradecer a Salomon y Suunto el apoyo que han brindado al proyecto y sobretodo al club de atletismo de Måndalen, los voluntarios y los magníficos atletas que se han unido al reto. ¡Puede que nos volvamos a ver pronto!”.
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