Kilian Jornet se ha anotado una impresionante actividad en el “jardín” de su nueva casa; se trata de las siete cimas de Romsdalen, una ruta en Noruega que implica unir, esquiando y corriendo, siete cimas salvajes a lo largo de 77 kilómetros y 9.000 metros de desnivel positivo.
Ha sido a la segunda oportunidad que le dio Kilian Jornet a esta ruta cuando consiguió completarla en su totalidad. En el documental presentado por su patrocinador, Kilian no pudo completar la ruta por las difíciles condiciones de la montaña.
El primer día en el que Kilian se enfrentó a la ruta lo hizo con Philipp Brugger como compañero de travesía, si bien este abandonó al poco de sobrepasar las ocho horas de desafío. Kilian intentó continuar, pero las peligrosas condiciones le hicieron apostar por la retirada.
“Es difícil conseguir encontrar las condiciones perfectas para hacer una ruta como esta. Necesitas algo de roca seca, buena nieve… Es muy difícil. Cuando empiezo un nuevo proyecto, sé que hay muchas probabilidades de no terminarlo, pero eso no es un fracaso, sino una oportunidad de salir de nuevo” apuntaba Kilian.
“Cuando vine por primera vez, cuando vi estas montañas, sólo pensé que quería ir allí. Nos mudamos Emelie y yo a Noruega en Enero, porque echábamos de menos la naturaleza, poder estar solos en la montaña, sentirnos salvajes. Lo que más disfruto es la calma, tener tiempo para reflexionar. No hay caminos que seguir. Todo es salvaje. Es un gran sitio para jugar” relata Jornet
Las cimas que componen esta ruta son Juratind, Vegetind, Kvanndalstind, Romsdalshorn, Trolldanstind, Kongen y Dronninga. Según Emelie Forsberg, “lo harán sin coche, que es como lo hace la gente. A los que vienen les lleva una semana o un mes hacer esta ruta”.
“Unir las cimas corriendo y esquiando es genial. Me encanta sufrir, estar fuera sufriendo durante horas. Lo que es genial del montañismo es fallar. Se falla la mitad de las veces. Eso significa que tienes motivación para seguir adelante”, opina Kilian Jornet.
Un mes después de esa primera intentona junto a Philipp Brugger, Kilian Jornet volvería a intentarlo en solitario. En esa segunda ocasión sí que tuvo éxito, completándolo en 23h28’, siendo la primera vez que se consigue hacer en el día.