Karl Egloff y Nicolás Miranda son los nuevos recordmans del Makalu (8.463 m), la quinta montaña más alta del planeta. Los corredores y alpinistas ecuatorianos ha conseguido ascender sin oxígeno hasta la cumbre en un tiempo de 17 horas y 18 minutos, el mejor tiempo hasta ahora conocido.
«Lo más duro que hemos hecho en nuestras vidas, sin duda sin oxígeno a esa altura es extenuante y cada paso es eterno. Pero sin duda de las experiencias más profundas y emotivas que hemos tenido. Bajamos inmediatamente de regreso a campo base avanzado agotados, destruidos, pero felices! Hay un registro de ascenso desde campo base avanzado de Marc Batard (FR, 1988) de 18 horas. Con esto imponemos un nuevo récord junto a Nico en nuestro primer ochomil! Esto va para nuestras familias por su soporte incondicional», apuntó en sus redes sociales.
Una de las claves de su éxito ha consistido en elegir el día para llevarla a cabo. Si bien en un principio apuntaban al miércoles 11 como mejor opción, beneficiándose de la huella de las expediciones comerciales, finalmente decidieron adelantarlo por los malos pronósticos de viento y partieron en la noche del pasado domingo llegando a la cima el lunes 10 de mayo a las 14:33 horas. El descenso fue mucho más lento, regresando hasta los 5.700 m del campo base avanzado en 25 horas y 48 minutos.
Tal y como explica nuestra web hermana Desnivel.com, «no existen dos ascensiones comparables, pero resulta ineludible recordar dos precedentes de ascensiones exprés a un pico tan complicado como el Makalu. Dos aventuras protagonizadas por sendas figuras históricas del himalayismo como Marc Batard (1988) y Anatoli Boukreev (1994)». El primero subió en solitario por el Pilar Oeste, que previamente había sido equipado por sherpas, completando el ascenso en 17h45′ desde el Campo Base (ahora llamado CB Hillary), unos 800 m más bajo que el CBA desde donde partieron Karl y Nico. La segunda referencia sí que fue por la misma ruta que la actual. Tras un intento fallido, teniendo que darse la vuelta a 20 m de la cima, el alpinista kazajo decidió volver con Neal Beidleman (quien iba con oxígeno) para ascender en un total de 45h45′, de las cuales 26h15’ estuvieron detenidos en el C3.
Recordamos que si bien no tenía experiencia en el Himalaya, Karl Egloff ya sabía lo que es ser el más rápido en otras grandes montañas como el Kilimanjaro (2014), Aconcagua (2015), Elbrus (2017) y Denali (2019). La gran meta de su trayectoria deportiva le espera, sin embargo, en 2023, cuando quiere intentar el récord de ascenso y descenso del Everest, como nos contaba en esta reciente entrevista, en la que nos detallaba también su proceso de aclimatación desde casa.
Karl Egloff: «A veces tenemos un ángel»
“Partimos el día 8 a las 21:15. Salimos con un poco de duda sobre cómo estaría el clima arriba. Nos fue muy bien. Llegamos al C3, donde había mucho viento con nieve volando en el aire. Llegamos al C4 con mucho esfuerzo y mucha nieve blanda en el camino. Mientras íbamos progresando el viento iba aumentando llegando al corredor francés con mucho viento. A veces incluso tocaba parar de todo el viento que había. Sin embargo, a veces tenemos un ángel y mientras subíamos el corredor francés se despejó y nos permitió disfrutar la cumbre del Makalu en un día espectacular”
“Bajamos muy golpeados por la altura por el esfuerzo–continúa-. Estar sin oxígeno suplementario, sentándote cada tres metros. No queríamos tomar dexometasona porque eso es trampa, nosotros queríamos realmente bajar muy sanos y nos costó. Bajamos muy lento. En el C2 tomamos una sopa y terminamos descendiendo en 25 horas y 48 minutos al campamento base”.
“El objetivo era romper el récord de ascenso, sin duda, porque no había un registro de ida y vuelta. Así que me quedo muy tranquilo, muy feliz, pero bien. Estamos los dos muy cansados, con ampollas y con quemaduras, pero por suerte con todos los dedos de las manos y de los pies y con una sonrisa feliz. Cuando lleguemos a Katmandú lo vamos a oficializar en el Himalayan Database para tener el registro oficial”.
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