Karl Egloff volvió a demostrar este fin de semana que es una ‘locomotora de las alturas’. Lo hacía en un entorno familiar para él: montaña, dureza, altitud y kilómetros, o lo que es lo mismo La Andes Infernal. Esta es una carrera que se disputa desde 2013 en el Valle Nevado, Chile, y que tiene como principal característica la altitud a la que se disputa y el desnivel positivo que asumen los participantes.
Hablamos de números que impresionan: recorrer 51km con salida y meta a 3000 metros de altura, alcanzar una cota máxima de 5.424 metros del Cerro Plomo y ascender casi 4.000 metros de desnivel. Estas cifras se escapan a cualquier corremontes no habituado a esforzarse en altitud, donde el oxígeno escasea y se corre tan sólo con porcentajes que van del 70 al 50% del gas más vital.
Si en 2014 se convertía en el corredor más rápido del mundo en subir y bajar del Kilimanjaro y en 2015 repetía una gesta similar con la cumbre de El Aconcagua. Este pasado fin de semana el de Mammut se convertía en el doble ganador de la carrera por montaña del mundo que posiblemente se disputa a mayor altitud. En este sentido, ni la famosa Tenzing Hillary Everest Marathon llega a tan alto, quedándose en los 5.364 metros.
Pero no todo iban a ser impedimentos. Esta vez las condiciones de la prueba fueron perfectas y la meteorología ofreció un sol radiante y sin apenas viento a los 50 retadores que se atrevieron con la prueba de 51K. El flamante vencedor, Karl Egloff así nos explicaba a Runner’s World su experiencia en carrera:
“Ya conocía el trazado, la primera dificultad era ascender desde los 3.000 metros de la salida hasta los 5.424 del Cerro Plomo, todo ello tras 19km de recorrido. Tuve la suerte de encontrarme bien y llegar a la cima tras 3:37 minutos, mi amigo Nicolás Miranda lo hizo 15 minutos más tarde. Luego me dijeron que había establecido un tiempo record en este parcial”.
Posteriormente Karl emprendió un rapidísimo descenso que luego le dio algún que otro problema: «Quería distanciarme de los demás competidores y por eso puse esa marcha. Tras descender más de 2.000 metros, y sobre los 4.200, noté cierta descompensación en mi cuerpo que me obligó a caminar y a alimentarme bien para recuperar. Tras llegar al km36, sobre los 3.000 metros, me sentí mucho mejor”.
Justo este punto coincidía con la salida-meta, momento en el que los corredores podían dejar el material obligatorio para afrontar los últimos 15km y 700+:
“Parecen pocos pero cuando has subido y bajado del Cerro Plomo y tienes que completar este último tramo del recorrido, es cuando la palabra ‘Infernal’ cobra más sentido”, me comenta el ecuatoriano que invirtió poco más de dos horas en finiquitar este recorrido trazado en las altitudes de los Andes chilenos.
Tras 7:58 minutos de esfuerzo, Karl Egloff se plantaba primero en meta y hacía suya su segunda Andes Infernal. Este éxito se sumaba a la plusmarca que estableció en el ascenso al Cerro Plomo -3:37-, así como otro registro récord: el del ascenso + descenso a esta montaña, dejándolo en 5:55 minutos –rebajó en más de 2:30 minutos la plusmarca anterior-.
Su compatriota Nicolás Miranda llegó segundo con 8:31 en su primera carrera de ultra skyrunning fuera de su país. El podio lo cerró curiosamente un español Francisco Javier Antoñanzas, quien tras 10:43 fue además de tercero, ser de los 7 participantes que lograron conquistar esta Andes Infernal. Entre ellos, tan sólo una mujer, la peruana Rosita Rojas, que invirtió algo más de 13 horas.
Tras su entrada en meta Karl Egloff agradecía a esta prueba todo lo que le ha dado:
“Sin duda la Andes Infernal me ayudó en 2014 a darme a conocer como corredor, por lo que estoy muy agradecido. Siempre que mi salud me lo permita intentaré estar presente en la línea de salida para repetir la experiencia”.

¿Nuevos intentos de récord de Karl?
Por lo pronto sabemos que el ecuatoriano tiene previsto entrenar duramente y durante 3 meses en su país. Posteriormente viajará a Nepal durante un mes para guiar una expedición con su empresa Cumbretours y para entrenar. Luego posiblemente llegue el turno de afrontar algún reto dentro de su proyecto de 7 Summits”.