Faltaban unos minutos en las calles de Chamonix para que fueran las 8:00 de la mañana. Zigor y yo nos damos el último apretón para desearnos suerte mutuamente. Empieza a sonar la música de El Último Mohicano de Vangelist y se me pone la piel de gallina, me emociono e intento mantener la compostura y la concentración. Tal y como lo anuncié, era la última vez que me veía en esta situación y pensar en ello en ese momento de la salida fue especial. Por un momento me acordé de la plaza de Bagá en el 2010, en la salida de Cavalls del Vent, donde también sonaba El Último Mohicano. En mi trayectoria de los ultras, fue un momento importante y estaba con la misma música, intentando cerrar una etapa.
Cuenta atrás y arrancamos
Los primeros kilómetros fueron para empezar a tomar conciencia de lo que es la PTL. No hay marcas, no hay avituallamientos… pero a eso venimos. A Zigor y a mí, creo, nos costó un poco cambiar de chip respecto a otras carreras y tomarlo con más calma y gestionar cada cruce de camino con seguridad y paciencia. Así, tuvimos un par de errores, uno de los cuales nos costó 2-3 horas y muchas energías. Además Zigor, el primer día lo pasó mal por la altura y el estómago, y al anochecer llegamos a Champex-Lac con la necesidad de parar, comer, dormir y empezar de nuevo.
De ser uno de los primeros equipos, junto con otros dos franceses, pasamos a ser el equipo 11. La PTL no es competitiva, pero hay que reconocer que desde el momento en el que hay un dorsal, siempre hay una competencia, aunque sea más disimulada.
A media noche, después de dormir dos horas, renovados, arrancamos y empezamos a alcanzar a varios equipos que no habían parado a dormir. La estrategia de cuándo y cuánto descansar marca la diferencia entre los equipos y saber leer la carrera, tomar decisiones y hasta a veces cambiar de plan, marca la diferencia.
Al amanecer íbamos muy bien. Con el GPS y el track ya no teníamos problemas, asegurábamos los cruces… Pero empiezan los primeros síntomas en mis pies. Empiezo a sufrir, no sé a qué se debe, pero se me están calentando mucho. Compruebo en los calcetines y en las zapatillas si hay algo que me hace daño, pero no. En el Refugio Bonatti paramos a comer y seguimos con la esperanza de que aquello no vaya a más. Pero la larguísima bajada a Courmayeur me mata. Cada paso empieza a ser un infierno. Mis pies parece que están lleno de agujas que se clavan en cada paso. Cuesta arriba no puedo traccionar y cuesta abajo tengo que bajar frenando todo el rato y apoyándome en los bastones. En Courmayeur no hay asistencia, si no en el Val Veny y para llegar allí hay que subir una pared. Nos desviamos de la ruta y bajamos hasta el centro de Courmayeur y valoramos la situación.
“Si todavía hemos hecho 100 km de los 300, cómo puedo pensar en que esto no se convierta en un infierno”
Con mucho sufrimiento y tiempo, podría llegar a la base de vida de Val Veny y allí que me atendiera un médico. Descansar unas horas y esperar a que mis pies se recuperaran un poco o lo suficiente para seguir. Pero pensamos que si todavía hemos hecho 100 km de los 300, cómo puedo pensar en que esto no se convierta en un infierno. No. Esta vez no hemos venido a sufrir. A demás a un ritmo más lento, seguramente no llegaríamos a Chamonix para el viernes y Zigor se tenía que volver a casa a trabajar. Tomamos la decisión de retirarnos allí. Piensas que el resto de equipos también tenga sus problemas, que estén sufriendo por seguir, pero siguen y nosotros nos retiramos. Sí, es así, pero está vez tenemos tan claro que no hemos venido a sufrir gratuitamente, que no nos merece la pena.
Los días previos a la prueba anduve por la segunda mitad del recorrido y sabía lo duro que era. Pero a la vez sabía que era un recorrido espectacular, para disfrutarlo. Y en las circunstancias en las que nos encontrábamos, hasta me parecía casi una falta de consideración hacía el recorrido, el no ser capaz de disfrutarla, de apreciarla. Qué sentido tiene en esta prueba, si no eres capaz de levantar la cabeza ni un instante y contemplar el escenario. La épica, en estas pruebas y en este deporte, vende, pero a estas alturas del camino, jugar a la épica a nosotros no nos merecía.
“Yo que he vivido llegar a la meta de Chamonix victorioso, sé lo que es eso. No hay nada comparable en las carreras por montaña a lo que se vive y se siente en esos momentos”
Era nuestra última prueba en nuestra larga trayectoria y tener que retirarnos nos dejaba un mal sabor de boca y un mal cuerpo, a mí por lo menos sí. Y me preguntaba a mí mismo si tenía que ser así. Yo que he vivido llegar a la meta de Chamonix victorioso, sé lo que es eso. No hay nada comparable en las carreras por montaña a lo que se vive y se siente en esos momentos. Sí, había imaginado más de una vez con el momento de la llegada de la PTL a Chamonix, entrar en meta, descalzarme las zapatillas, quitarme el dorsal y despedirme de la gente. No ha podido ser así y con estas líneas es con las que de alguna forma intento despedirme. Esta vez Chamonix no nos ha dado ni a Zigor ni a mi ese momento de gloria. Pero, pensándolo ya más en frío, me tengo que sentir satisfecho por todo lo que me dio las veces anteriores. He tenido el privilegio de sentir y vivir las mayores glorias que un corredor del trail running pueda experimentar en la vida y por eso me siento agradecido.
Chamonix-Mont Blanc no te guardaré rencor y no guardaré un mal recuerdo de tí, no, nunca.
El mismo día después de la retirada y al día siguiente más de uno me preguntasteis si realmente iba a ser mi último dorsal, si tal y como se desarrolló la PTL, me retiraría con tan mal sabor de boca. Tengo que reconocer que en esos primeros momentos sí que pasó de todo por mi cabeza, hasta plantearme alguna carrera más. Pero no. La decisión que tomé cuando vine a Chamonix para hacer la PTL, no estaba condicionada a obtener un buen resultado. Siendo sincero, en ningún momento imagine que podía pasar lo que pasó y nos retiraríamos, pero se ha dado así. ¿Quién me dice que en una siguiente, en caso de que lo hubiera, todo iría bien? Nadie. Así es el juego. Las cosas hay que saber aceptarlas según vienen y como vienen y ya está.
“Espero seguir corriendo por el monte durante muchos años y poder hacer cosas por mi cuenta y disfrutar”
¿Por qué? Por qué razón mi decisión de retirarme, os habéis preguntado algunos. Primero decir que la decisión de retirarme, es de las competiciones, de llevar dorsal y competir al más alto nivel posible. Espero seguir corriendo por el monte durante muchos años y poder hacer cosas por mi cuenta y disfrutar, pero sin la necesidad de rendir al máximo nivel y de dar cuentas y tener que estar contando a la gente lo que hago.
Considero que físicamente todavía podía rendir a un muy alto nivel, pero por otro lado, el esfuerzo físico y mental que supone eso y el compromiso y la dedicación que hace falta, no estoy dispuesto a dedicarlo. Decir que, más que físicamente, el compromiso con respecto a la marca y todo lo que ello conlleva, redes sociales…es lo que más me ha cansado y eso que no he sido de los más activos, ni mucho menos. No me siento cómodo en ese mundo paralelo. No me siento bien en ese mundo artificial, superficial, de consumo rápido (hasta diría a veces de gatillo rápido) y compulsivo que se está convirtiendo el tema de la comunicación y las redes. Por otro lado, entiendo que las marcas necesitan vender y para vender hay que promocionar el producto y nosotros, los corredores somos parte del producto y de la imagen a proyectar de las marcas y nos toca jugar a ese juego, participar y ser protagonistas en ella. Mientras se quiera estar en esto, toca aceptar las reglas del juego. Tengo que reconocer que en mi caso, Salomon nunca me ha exigido demasiado en este sentido, pero soy consciente de que cada vez el tema de la comunicación y crear imagen, está adquiriendo más dimensión, a veces hasta superar la dimensión de lo puramente deportivo y los resultados. Creo que ante todo y sobre todo debe prevalecer el valor de lo que se hace y cómo se hace, y no caer en la banalización, vaciándola de su esencia y dejando en simplemente imagen proyectada, en humo.

“El pastel está creciendo. Pero como dije un día y lo sigo pensando hoy, los que deberían ser los verdaderos protagonistas, los corredores y las corredoras, se están llevando un cacho muy pequeño”
Considero que este deporte cada vez está creciendo más. Más participantes, más medios, más empresas, más de todo. El pastel está creciendo. Pero como dije un día y lo sigo pensando hoy, los que deberían ser los verdaderos protagonistas, los corredores y las corredoras, se están llevando un cacho muy pequeño de la misma. Este deporte lo hacemos todos, si, deportistas, medios, empresas, organizadores de carreras…pero cuando ves a gente que parece que no sabe qué está antes, si el huevo o la gallina, esto es, si el corredor y el deporte o el negocio, considero que ante todo se debería de proteger al deportista y a las personas que lo practican, desde una perspectiva más humana y humanizante y no considerarlos simplemente medios para el negocio.
Por todo ello, considero que en este tren quizás mi trayecto haya terminado y que mi tiempo ha terminado y es momento de pararme.
Yo he hecho las cosas que he hecho, no porque era mucho mejor que otros, si no porque creía que podía hacer. He intentado transmitir siempre, con mis actos, el valor del intentar, sin miedo a caer y creo que es el momento de retirarme con discreción de lo que es estar en la primera línea.
Nunca me gustó la expresión de “sois unos máquinas”. No. Considero que para hacer lo que hacemos, aquellas cosas que son parte esencial del ser humano, son los que nos dan la motivación, la determinación y la fuerza para hacerlo y no porque seamos unos máquinas.
“A partir de ahora, buscaré simplemente el placer, sin pretender el resultado y sobre todo intentaré inspirar a mi hijo e hija todo lo que la montaña me ha enseñado”
A partir de ahora, buscaré simplemente el placer, sin pretender el resultado y sobre todo intentaré inspirar a mi hijo e hija todo lo que la montaña me ha enseñado, me da y supone para mí, e intentar ser una influencia positiva, para que quizás algún día, él y ella puedan disfrutar tanto o más de lo que yo lo he hecho y sigo haciendo.
Por último, dar las gracias a toda la gente que me habéis seguido estos años y todos los que de una forma u otra me habéis ayudado a conseguir todo lo que he conseguido hacer. No mencionaré a nadie porque sería injusto con todos los demás y habéis sido tantos que seguro me olvidaría de alguien.
Gracias a Salomon y a Suunto, toda la gente que formáis parte de estas grandes marcas, primero por creer en mí y segundo por ayudar a cumplir algunos de mis sueños.
Y sobre todo, gracias a todos los corredores y las corredoras, que habéis sido adversarios y compañeros a la vez, durante todos estos años.
Gracias.

4 comentarios
Ole por los ganadores y especialmente por el segundo puesto – rumano Robert Hajnal medalla de plata – por ser compatriota
Y las chicas, no se menciona nada, increíble como si no corrieran
…aupa Iker !! …saludos desde Cataluña de uno del montón, los aficionados del pelotón de cola somos los que más apreciamos vuestras gestas !! …ojala algún día nos veamos subiendo el Txindoki, monte que subo al menos 2 ó 3 veces al año pues mi mujer es de Urnieta y cada vez que vamos a ver a mis suegros aprovecho para entrenar en Aralar 🙂
Campeón!!! no solo por tus pasos, también por tus palabras y forma de amar la montaña, espero conocerte algún día. Fran EBLL