No hay dos sin tres. Eso es lo que debió pensar la atleta brasileña Fernanda Maciel al poner en marcha su tercer proyecto encuadrado dentro del “White Flow”, un mega-proyecto solidario que con el paso de los meses no deja de coger fuerza, expandiéndose ya por tres continentes: Europa, América y Asia.
Precisamente será este último continente en el que Maciel ponga en marcha una iniciativa en la que una sus esfuerzos con los de la lucha de alguna asociación con fines solidarios. Aprovechando su viaje a Nepal para competir en la Everest Trail Race, primera carrera de montaña por etapas en la que compite Fernanda, la brasileña trabajará en la mejora de vida de la gente de aquel país.
Para hacerlo, Fernanda colaborará con la Fundació Muntanyencs per l’Himàlaia, ubicada en Andorra y que trabaja en zonas de toda la cordillera nepalí con la meta de reunir esfuerzos de la comunidad montañera para promover proyectos de educación básica en la zona de los Himalayas.
De esta forma, todo aquel que quiera colaborar podrá hacerlo mediante el envío de material de montaña o libros a las oficinas centrales de la fundación, que se las hará llegar a las personas que más lo necesitan.
Este será el tercer evento que pone en marcha Fernanda Maciel dentro de su proyecto “White Flow”; el primero la llevó a completar corriendo el Camino de Santiago, de más de 800 kilómetros, en apenas 10 días, todo para ayudar en la lucha contra el cáncer infantil en colaboración con dos fundaciones, una española y otra brasileña.
El segundo de sus retos lo llevó a cabo en su país natal, corriendo por una de las favelas más peligrosas, la Favela Rocinha, en la que completó un simbólico recorrido de casi 5 kilómetros para demostrar la mejora de las condiciones de vida vivida en estos entornos de pobreza que se extienden por el país sudamericano.
En su primer reto, Fernanda apuntaba que “el proyecto White Flow ha venido a mi cabeza porque me gustaría hacer algo por la paz y solidaridad mundial. Como me gusta también correr, pues junté las dos cosas. Mientras estaba corriendo el Camino, pensaba mucho en los niños que conozco que tienen cáncer y eso aún me daba más fuerzas. El cáncer infantil es una enfermedad muy triste y que necesita la ayuda de todos”.
Una vez finalizado el primer White Flow, Fernanda reconoció que “este proyecto me ha hecho creer. Saber que podemos más de lo que pensamos, que somos más que la materia de la que está hecho el cuerpo. Ayudar a las personas. Seguir el corazón siempre”.
Competitivamente hablando, Fernada Maciel comenzará su competición en la Everest Trail Race el próximo 3 de noviembre, acabando el día 15 de ese mismo mes. Entre medias, deberá hacer frente a 160 kilómetros de recorrido y 14.500 metros de desnivel positivo acumulado en un total de cinco etapas.