La joven esquiadora de montaña francesa Adèle Milloz fue encontrada muerta el pasado viernes 12 de agosto en el macizo del Mont-Blanc. La deportista internacional de 26 años cayó cuando guiaba la ascensión de la Aiguille du Peigne.
Su cuerpo fue rescatado, junto al de su cliente, por el Pelotón de Gendarmería de Alta Montaña de Chamonix (PGHM), que ha abierto una investigación. A priori, el accidente no estuvo relacionado con desprendimientos de roca o deslizamientos de tierra, factores de riesgo que incluso ha obligado a cerrar las rutas de acceso al Mont-Blanc y otras emblemáticas cumbres alpinas.
Hija de un guía de montaña y de una monitora de esquí, Adèle fue una de las figuras del esquí de montaña galo, con varios podios y títulos internacionales en su palmarés. Natural de Tignes, entró en la selección francesa con 16 años, llevándose esa misma temporada su primera medalla de plata en los Campeonatos de Europa. Ya con 19 se incorporó a las filas del PGHM llevándose dos oros en los Winter Military World Games de Sochi en 2017.
Su mejor actuación internacional tendría lugar al año siguiente, en los Campeonatos de Europa de Esquí de Montaña que se celebraron en las laderas del Etna, en Sicilia (Italia). Allí, siendo todavía una promesa (sub23), fue la más rápida en la prueba de Sprint, su especialidad.
Desde entonces había aparcado su carrera como deportista y gendarme para obtener su diploma de guía de montaña, para lo que tenía que superar un examen al final del verano. Tal y como resaltan algunos medios franceses, se hubiera convertido en la guía más joven del país. Además, llevaba varios años comprometida con la promoción de la montaña entre las mujeres.