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GRAN SUSTO

Una sima se traga a Jokin Lizeaga en el Trail Pastores de Portudera 2018: “Pensé que me quedaba allí”

El guipuzcoano sufrió una caída de 15 m en la que se fracturó el hombro y una costilla cuando lideraba el Trail de los pastores de portudera. Fue rescatado casi 3 horas después «totalmente hipotérmico» gracias a que otros corredores oyeron sus gritos y le auxiliaron.

Jokin Lizeaga en Zegama-Aizkorri 2017
Jokin Lizeaga en Zegama-Aizkorri 2017
Jorge Millaruelo | 4 comentarios | Compartir:

El pasado sábado Jokin Lizeaga vivió una de las peores experiencias de su vida. Sufrió una caída por la nieve de unos 15-20 metros en una sima tapada cuando lideraba el Trail Pastores de Portudera y quedó atrapado al fondo de la cavidad. Se luxó y fracturó el hombro izquierdo, una costilla y se lesionó los tobillos con el impacto, además de recibir otros golpes menos graves en cabeza y piernas, pero tuvo la suerte de mantener en todo momento la consciencia y la capacidad de hablar.

Sabía que lo único que me unía a la vida era la posibilidad de que otro corredor me oyera”, por lo que el de Urnieta (Guipuzcoa) se armó de valor para escalar con un único brazo por la sima hasta encontrar una repisa a 10 metros desde donde pedir auxilio. Tuvo suerte y 20 minutos más tarde le escucharon. Un corredor continuó para comunicar el accidente al siguiente punto de control, mientras que otro grupo de 4 o 5 corredores (Jairo Huerdo, Javi Domínguez, Sergio Aremendia, David Martínez y Sergio Tejero, tal y como cita la organización) dejaron a un lado la competición para permanecer junto a Lizeaga.

El rescate se ponía en marcha y 2h30m más tarde era evacuado en helicóptero, con una severa hipotermia, hacia el hospital de Arriondas (Asturias). Ahora, el corredor y entrenador vasco ya descansa en su casa, rodeado por su familia que vivió en directo desde Arenas de Cabrales todo el revuelo del suceso.

“Iba liderando la carrera y de repente me tragó la tierra, desaparecí del mundo”

¿Cómo estás?
Magullado y un poco afectado todavía por la intensidad de la vivencia, pero muy contento por seguir vivo.

¿Nos puedes describir en qué situación se produjo el accidente?
Iba liderando la carrera y de repente me tragó la tierra, desaparecí del mundo. Pisé un nevero, se rompió y dio la casualidad de que debajo había una sima bastante estrecha. Había hecho bastante calor en los últimos días y tuve la mala fortuna de meter la zarpa justo en ese lugar, son cosas del invierno y la montaña. Nadie vio como caí.

¿Te dio tiempo a darte cuenta de lo que estaba pasando?
Sí, fueron varios segundos de caída y, aunque es poco tiempo, a mi se me hizo larguísimo. Caí a plomo y no sabía donde estaba el final. Acabé de pie en el fondo de ese tubo vertical, con la gran suerte de estar consciente.

“En ese momento estaba bastante asustado, pensaba que me quedaba allí”

¿Qué piensas allí abajo?
Estaba bastante lúcido y sabía que tenía que hacerme oír cuando pasaran el resto de corredores. Era complicado porque estaba muy abajo y caía mucha agua del deshielo, por lo que había bastante ruido. En ese momento estaba bastante asustado, pensaba que me quedaba allí. No llevaba teléfono móvil, aunque tampoco creo que hubiera encontrado cobertura.

Y en ese momento empiezas a luchar por tu vida.
Sí, sabía que llevaba unos 6 minutos de margen hasta que empezaran a pasar e intenté ir subiendo. Me puse el chubasquero, que era parte del material obligatorio, y decidí que iría comiendo cada 15 o 20 minutos. Tenía 4 barritas y algunos geles que había cogido en el último control.

“Me cogía de mi mano derecha y apoyaba todo el cuerpo para no caer”

A partir de ahí intenté buscar agarres de manos en las paredes y poco a poco fui trepando, creo que impulsado por la adrenalina del momento. Me cogía de mi mano derecha y apoyaba todo el cuerpo para no caer. Unos cuantos metros más arriba encontré una repisa donde me cabían los dos pies, de unos 30 centímetros, y decidí quedarme allí. Desde ese punto se ponía más difícil y una caída me daba miedo caerme otra vez hasta el fondo.

¿Tardaron mucho en verte?
De repente empecé a oír zancadas e incluso vi pasar a algún corredor. Me puse a gritar con todas mis fuerzas. Tenía la confianza de que detrás de los primeros, que pasarían rápido y más sueltos, en el pelotón alguien se diera cuenta. Aproximadamente a los 20 minutos me escucharon.

“Doy gracias de que el trail running siga siendo un deporte en el que la gente se ayuda”

¿Cómo reaccionan?
Pues un corredor continuó para dar parte del accidente en el siguiente control y otro grupo, en el que están un par de amigos del País Vasco, se quedó arriba y me iba van dando conversación. Tenía contacto visual con ellos, pero no se podían acercar mucho porque la nieve seguía tapando parte del agujero y podían caer. Doy gracias de que el trail running siga siendo un deporte en el que la gente se ayuda.

El rescate estaba en marcha.
Sí, lo más duro fue la soledad de esos primeros 20 minutos. Una vez apoyado, solo tenía que aguantar consciente para no volver a caer. Casi 3 horas más tarde llegaron los bomberos. Fue un rescate difícil porque la cavidad era estrecha, de 1,2 metros de anchura, y tenían que asegurarse para bajar. Finalmente me sacaron totalmente hipotérmico, con temperaturas de 32-33° C. Todavía tengo lagunas de cómo ocurrió todo.


¿Qué te dijeron los bomberos?
Que había tenido mucha suerte, ellos están acostumbrados a sacar cadáveres de lugares así.

“Mi familia estaba también en la carrera y tuvo que sufrir en directo el trauma por el accidente”

Supongo que ha sido la experiencia más cercana a la muerte que has vivido.
Sí, aunque hace años también sufrí una caída en la cara Sur del Bisaurín. En aquella me fui 200 metros por una pala de nieve un día que iba de paseo y, aunque la caída podía haber sido muy aparatosa, nunca pensé que iba a morir. Esta vez sí.

Ahora a reposar junto a tus seres queridos.
Sí, mi familia estaba también en la carrera y tuvo que sufrir en directo el trauma por el accidente, especialmente mi hija mayor. Se formó mucho revuelo, con muchas informaciones preocupantes y lo pasaron mal. Luego ya al verme en el hospital se tranquilizaron.

“Volveré a la montaña y seguramente a correr, aunque no sé si en las mismas condiciones”

¿Crees que te quedarán ganas de correr después de esto?
Estoy magullado, pero no hay nada que no se arregle con 3 o 4 meses de recuperación. Volveré a la montaña y seguramente a correr, aunque no sé si en las mismas condiciones. Es susto ha sido gordo.


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