Tòfol Castanyer, a sus 45 años, está de vuelta. 7 meses se ha pegado sin competir en una ultra: desde del Campeonato del Mundo de Trail celebrado el pasado mes de octubre hasta la Azores Trail Run (70 km) de finales de mayo, ambas en Portugal. Sin embargo, fue la Western States la prueba de fuego para su maltrecho talón de Aquiles, del que ha sido operado a primeros de año.
El mallorquín viajó a la carrera decana de las 100 millas con el aprendizaje del año anterior, en el que terminó 12º. “Planificar bien la hidratación y la alimentación, y controlar con agua y hielo el calor corporal”, eran las claves del de Soller para esta carrera en la que no hay material obligatorio. Pero el destino quiso que aprendiera otras lecciones. A falta de un tercio de carrera se perdió y cayó de la cuarta a la decimotercera posición. Se esfumaban para él las opciones de podio en una de las carreras más podios más condiciados en el mundo de la ultradistancia. Finalmente, y tras más de 18 horas de sufrimiento, entraba en la meta en la 11ª posición.
Cuéntame algo que no se haya dicho sobre la Western States.
Es una de las carreras de las que más se habla y yo creo que en lo competitivo ya está todo dicho: la victoria de Sandes, el reventón de Walmsley, el incesante calor… Tal vez lo que no se remarca tanto es que es una de las carreras donde mejor se trata al corredor. Literalmente nos miman.
«Hay otras carreras que después de correr más de 100 km te ponen a atender a los medios y tú estás todavía con los mareos»
¿En qué se nota?
Por ejemplo, en los avituallamientos te colocan hielo o esponjas heladas en la cabeza para refrescarte y al cruzar la meta te ponen una silla. Son dos detalles que parecen menores pero que dan en el clavo con lo que necesitas. Hay otras carreras que después de correr más de 100 km te ponen a atender a los medios y tú estás todavía con los mareos. Además, hay muchísimos voluntarios para el número de corredores.
¿Cómo llegabas a carrera?
Sobre todo con muchas dudas y también con mucho retraso en el entrenamiento. La operación del talón de Aquiles fue con células madre y necesitaba un tiempo para regenerarse. La carrera que hice en Azores fue bien, pero tenía menos de la mitad de distancia, así que ni yo ni los médicos sabíamos cómo iba a responder.
«Me cabreé mucho porque perdí una gran oportunidad. No se puede saber lo que hubiera pasado, pero tenía las sensaciones para hacer algo grande»
Así estarás contento de haberla podido acabar.
En ese sentido sí, pero también me ha quedado un mal sabor de boca porque tuve un fallo de auténtico principiante. En más de 20 años que hace que corro en montaña, nunca me había pasado algo así. Iba cuarto, remontando posiciones y me encontraba genial, pero en una pista me salté dos flechas pintadas en el suelo. Estuve perdido casi 2 millas y más de 20 minutos, así caí al decimotercero. Me cabreé mucho porque perdí una gran oportunidad. No se puede saber lo que hubiera pasado, pero tenía las sensaciones para hacer algo grande.
Imagino que el palo psicológico cuando ya llevas casi 100 km en carrera. ¿Pensaste en abandonar?
No te niego que ese pensamiento pasase por mi cabeza, pero siempre lucho. En una ultra solo me he retirado por lesión, si no puedo dar un paso más, pero no lo haría nunca por un fallo mío. Además lo veo como una falta de respeto a los otros participantes. Por otro lado, estos viajes suponen un gran esfuerzo familiar y a ellos les debo también intentar rendir al máximo.
«Cada año se aprenden cosas nuevas en esta carrera y me encantaría poder poner en práctica todas las lecciones en una tercera oportunidad»
Tal vez este error, te motive para volver por tercera vez a la Western States. Además, ya conoces el dicho…
Es muy difícil conseguir dorsal si no quedas en el top10 o llevas más de 5 ediciones. Son muy escrupulosos con este tema porque hay muy pocas plazas. Cada año se aprenden cosas nuevas en esta carrera y me encantaría poder poner en práctica todas las lecciones en una tercera oportunidad en el futuro.
Una de las características de las carreras en Estados Unidos son los pacers, esos corredores acompañantes. ¿Crees que es un modelo a importar?
Yo soy un firme defensor. En carreras tan largas como las 100 millas, los pacers no son importantes porque aumenten el ritmo, sino porque están muy implicados en la carrera. Tiene su inscripción, su dorsal y hacen que el evento tenga una magnitud social más amplia. Las experiencias se comparten más y creo que es muy importante para las organizaciones esta mayor visibilidad.
¿Qué puede hacer o no un pacer en la Western States?
En primer lugar solo puedes ser acompañado a partir de Foresthill (milla 62). Desde ahí puedes contar con el apoyo de hasta 3 pacers y te los repartes como quieres siempre teniendo como puntos de inicio y fin en los puntos de control. No pueden avituallarte, aunque no hay ningún control para evitar esto.
«Iba caminando y aun así me caía e iba de lado a lado»
¿Tu contaste con algún pacer?
Sí, pero fue una pena porque le empezaron a dar calambres y se tuvo que parar. Otro gran fallo es que se nos olvidó que me diera el frontal y hubo tramos en los que no veía nada. Iba caminando y aun así me caía e iba de lado a lado.
¿Y cómo pudiste acabar la carrera bajo una noche cerrada?
Fue surrealista. Llegué a un punto de control pidiendo ayuda, pero la organización no estaba autorizada para darme material. Así, alguien tiró al suelo una linterna de coche y con eso pude continuar.

«La otra gran cita será el Ultra-Trail del Mont-Blanc»
La WSER100 ha sido tu primer objetivo de la temporada. ¿Qué más te espera?
La mejor noticia es que me voy recuperando y espero poder dar guerra a final de temporada. La otra gran cita será el Ultra-Trail del Mont-Blanc, aunque puede que antes haga alguna carrera como el Swissalpine Marathon. Después intentaré estar en Ultra Pirineo, aunque no sé si en la prueba larga o en otra porque ya tengo una edad.
45 años, pero sigues a un gran nivel. El año pasado te proclamaste campeón de España y octavo del mundo.
Sí, pero así como siento que puedo seguir rindiendo en carrera, los tiempos de recuperación cada vez son mayores. Por eso tengo que mantener la calma a la hora de planificar el calendario, ya que necesito descansar más.
«Lo más bonito del trail es ir como te vas superando y cómo va aumentando tu resistencia. No creo que estos chicos lleguen a mi edad corriendo»
Para carreras de ultradistancia, ¿la edad es una ventaja o un hándicap?
Antes había más gente mayor pero ahora, en los puestos de cabeza, ya no se suelen ver ‘abueletes’ como yo. Antes la progresión se hacía de forma más pausada, pero en estos momentos ya ves a muchos chicos de 20 años que se ponen a hacer carreras de 100 millas. En mi opinión, es quemar etapas demasiado rápido. Lo más bonito del trail es ir como te vas superando y cómo va aumentando tu resistencia. No creo que estos chicos lleguen a mi edad corriendo.