Descríbenos cómo fue tu victoria en la TNF Transgrancanaria…
Fue una experiencia que disfruté por completo, ya que la carrera ofrece mucha variedad de terrenos, paisajes y te exige correr de muchas formas diferentes. Correr por la noche fue precioso y el tiempo estuvo perfecto; sí que hizo algo de calor por el día, pero correr en esas condiciones me gusta. Además a esto hay que unirle al increíble público y la atmósfera que crearon. Al final todo me salió como tenía planeado.
La verdad es que la estrategia te salió perfecta…
Sí; nunca había completado una prueba con tanto desnivel positivo acumulado, así que me planteé la primera mitad sin apretar y ver cómo me iban las piernas en la segunda mitad. Tras ser conservador en los primeros 60 kilómetros, mis piernas me respondieron y pude subir el ritmo en los últimos 60 kilómetros.
¿En qué momento de la carrera cambias el chip y vas a por la victoria?
Diría que fue cuando vi el cartel del kilómetro 82; me dijeron que la diferencia con el líder era de sólo tres minutos, así que fue cuando decidí apretar el paso e intentar atraparlo. Cuando pasé a Timmy, a falta de unos 23 kilómetros, me calmé un poco y sólo tenía en mente llegar a la meta.
¿No llegaste a pasar algún mal trago?
Sí, me quedé sin agua hasta dos veces antes de llegar a los avituallamientos, así que cuando llegué al kilómetro 108 empecé a notar los efectos de la deshidratación. Me sentía fatal, pero por suerte me rehidraté enseguida. Los últimos 5 kilómetros, que eran básicamente llanos, se me hicieron eternos y una de las partes más duras del trazado.
¿Cuándo te diste cuenta de que de verdad podías ganar la Transgrancanaria?
En el momento que te comenté antes, el ponerme líder tras pasar a Tim Olson a falta de los últimos 23 kilómetros.
¿Con qué te quedas de esta Transgrancanaria?
Me encantó el final, corriendo por la playa con el gran apoyo que da el público canario. La carrera además tenía un ambiente increíble y los organizadores hicieron un gran trabajo. Gran Canaria es uno de mis sitios favoritos.
¿Cómo viviste el tema de tu descalificación?
Cuando llego a la meta, se me pidió el material obligatorio: chaqueta, teléfono y algo que llaman “cover”. Le enseñé los dos primeros objetos, pero pregunté qué era eso de “cover”. Enseñé mi chaqueta de nuevo porque pensé que se referían a eso. La persona que me hizo el control me dijo “Ok”, me fui y nadie más me dijo nada.
Al día siguiente, me quedé en shock cuando vi mi descalificación por Twitter, el día siguiente y una hora antes de la ceremonia de entrega de premios. Vi que había sido por no llevar la manta de supervivencia (manta en inglés es “blanket”), algo que llevé conmigo en todo momento y que ya había enseñado en el control del kilómetro 82, por lo que me di cuenta de que tenía que ser un problema de traducción.
Lo que sí dejo claro es que los jueces no formaban parte de la organización y por tanto no me enteré de qué pasaba. Puse mi reclamación y la situación se resolvió creo que muy profesionalmente. Le doy las gracias a aquellos que ayudaron a que esta desagradable situación se arreglase.
¿Es cierto que te enteras primero por la prensa?
Sí, lo vi en Twitter por varios medios de comunicación.
Y ahora, a por el reto en el Drakensberg… ¿Cómo surge la idea?
Pues a lo largo de algunos años muchos trail runners de Sudáfrica me comentaban que tenía que hacer la Drakenberg Grand Traverse. Investigué un poco y hablé con un amigo, Ryno Griesel, que es el actual plusmarquista del trazado; fue entonces cuando decidimos hacer un intento. Va a ser el desafío más duro de mi vida, pero estoy deseando ver hasta dónde puedo forzar mis límites.
¿Cuál va a ser la clave para batir el récord?
Necesitamos encontrar nuestro ritmo, no empezar muy rápido, ya que es una distancia muy larga la que tenemos que cubrir. El tiempo también tendrá un papel destacado, ya que como venga malo, nos puede retrasar bastante.

¿Qué crees que va a ser lo más complicado de este reto?
El terreno nos obliga a ir despacio y a eso se le añade la altitud, así que nos moveremos a ritmos muy lentos. Calculamos que ese ritmo al final será de unos 5 kilómetros por hora. Esto para mí puede ser mentalmente muy duro por hacerme sentir como si apenas me estuviese moviendo. Otro de las complicaciones es que no sé cómo voy a manejar la falta de sueño… Lo cierto es que va a ser un reto muy interesante.