Son las 5 de la mañana y la cruel alarma de un despertador suena en el tranquilo pueblo de Cervatos. Es la de Raul Pérez Nestar, que en una hora tiene que entrar en la fábrica de Reinosa (Cantabria) en la que trabaja. Esta semana le toca turno de mañanas. Allí es el chico para todo durante 8 horas al día. “Siempre hay cosas que hacer, desde llevar la grúa a otros trabajos más físicos, pero lo llevo bien”, nos explica el reciente ganador de la Nafarroa Xtreme, donde se estrenó el pasado fin de semana en la ultradistancia batiendo el récord en los 68 km.
No ha sido su primera victoria en este comienzo de temporada. De hecho, ha triunfado allí donde se ha calzado las zapatillas, incluyendo el campeonato autonómico celebrado en la Gurriana Trail o en el prestigioso Maratón Pastores de Portudera junto a Zaid Ait Malek, Jokin Lizeaga sufrió un accidente. “Iba muy fuerte y, si no le llega a pasar nada, el triunfo era suyo. Yo le iba siguiendo a lo lejos por un cresterío hasta que lo dejé de ver. Luego vi el helicóptero, pero no pensé que era para él, fue ya en la línea de meta cuando nos dijeron que se había caído a una sima. Ojalá se recupere pronto”.
«Mis compañeros de la fábrica están asustados. Me preguntan que de qué pasta estoy hecho»
Aunque en este caso se benefició el infortunio ajeno, es obvio que este nivel de rendimiento no es producto de la casualidad. En su caso, tras 4 años desde que descubrió las carreras por montaña, este invierno ha entrenado más fuerte y largo que nunca. “Voy buscando los huecos del trabajo. Al vivir con mis padres y no tener hijos, me queda algo de tiempo libre para machacarme. Mis compañeros de la fábrica están asustados. Me preguntan que de qué pasta estoy hecho”.
Perez Nestar, que ahora suma 39 años, corre desde niño. Primero en el atletismo y después, detrás de un balón. Cuando hace unos años decidió dejar el fútbol, le volvió a picar el gusanillo del correr y como las carreras por montaña se estaban poniendo de moda, decidió probarlas. “Primero hice la Media Maratón de Santander y después me lancé al monte. Ahora sigo compaginando el asfalto, pero lo que me tiene enganchado es el trail”.
«Vives desde una gran pájara a la euforia de la llegada. Me he dado cuenta de que mantener la cabeza fría es lo más importante»
De los recorridos de 20, 30 y hasta 40 kilómetros, el cántabro quiere saltar este año a la ultradistancia. Lo hará a través del circuito Alpinultras, conocido por especial dureza de sus carreras. “Yo sabía que hasta las 5 horas de competición iba a ir bien, pero en Zubiri (Navarra) estuve más de 7. En todo este tiempo se te pasan mil cosas por la cabeza. Vives desde una gran pájara a la euforia de la llegada. Me he dado cuenta de que mantener la cabeza fría es lo más importante”, resume.
A pesar de sus éxitos, sigue devorando kilómetros sin nadie que guíe sus progresos. Entrena casi todos días, intercalando series con tiradas más largas y sí que tiene una curiosa pauta con la alimentación. “Mi hermano va a un dietista y yo cojo también ese patrón. Eso sí, sin pesar las cantidades. Si pone puré, como puré. Si pone filete de potro, igual me como dos”, ríe este corredor que tiene como referentes a Luis Alberto Hernando, Kilian Jornet o Manu Merillas. «Ellos son fueras de serie y creo que es imposible llegar nunca a ese nivel, aunque también pensaba que era imposible llegar a donde ahora estoy. De momento, quiero seguir entrenando mucho y compitiendo más, porque es allí donde sale la chispa de verdad. Para futuro me gustaría hacer puntos y competir en alguna de las carreras del Mont-Blanc”.
