Dicen que cada maestrillo tiene su librillo pero no todos son iguales. Seguramente el del entrenador Rafa Flores sea más bien una biblia, un manual confeccionado a base de experiencia, curiosidad y pasión cuyas conclusiones vienen avaladas por los grandes resultados de sus atletas. “En este mundillo es mejor hablar con hecho que con palabras”, ríe soltando una de sus máximas al principio de la conversación.
Su lista de entrenados es larga, con varios nombres conocidos (Ingrid Ruiz, Silvia Puigarnau, Virginia Pérez…) pero han sido principalmente los éxitos de Ragna Debats, actual campeona del mundo, y Pere Aurell, vencedor de la última Copa del Mundo de Skyrunning, los que le han aupado a ser considerado una de las principales referencias del entrenamiento español.
Pero tal vez lo más interesante de este ex triatleta catalán, que lleva ya 25 años entrenando, sea su carácter. Directo y humilde comparte en esta larga conversación algunos de los secretos de su trabajo, en la que una relación de confianza con sus deportistas es la piedra angular.
“Todos los élite parten de unas condiciones genéticas privilegiadas”
Dicen que lo que tocas lo conviertes en oro.
Ya me gustaría. Últimamente me ha llamado mucha gente para que la entrene y lo primero que les digo es que por que Ragna y Pere sean de los mejores corredores por montaña del mundo, no todo el mundo lo puede ser.
No existen las varitas mágicas.
Aquí está todo descubierto. De lo que se trata es de ver dónde puede mejorar cada atleta y ser realista. Cada uno tiene sus aptitudes y os puedo asegurar que todos los élite parten de unas condiciones genéticas privilegiadas.
“Con Ragna llevo 7 años trabajando, con Pere 4. La clave es que han sido pacientes y han creído en mi sistema”
Entonces, ¿cómo se explica el gran nivel de estos atletas?
Con Ragna llevo 7 años trabajando, con Pere 4. La clave es que han sido pacientes y han creído en mi sistema. Han sido precavidos y no han abusado de su potencial, sino que lo han desarrollado poco a poco hasta que ha llegado su momento. El corredor es como la fruta, tiene que madurar para alcanzar su punto óptimo.
Explícanos.
En los primeros años se trata de recibir la formación y no es hasta después cuando se pueden esperar los frutos. Por ejemplo, con ella ha sido importante explicar que no hace falta hacer tanto kilometraje, que el entrenamiento es algo más sistematizado.
“Eso de ‘cuantas más horas, mejor’ no funciona así”
¿No es bueno hacer tiradas largas de entreno?
En la montaña no es como en el atletismo, donde casi podemos hablar de ecuaciones matemáticas, hay muchos más factores. Pero eso de “cuantas más horas, mejor” no funciona así.
¿Cómo funciona?
Se trata de preparar específicamente los objetivos. Analizar el recorrido de la carrera en cuestión y encontrar las mejores condiciones para entrenarlo. Si vas a ir a una carrera con 2.000 m positivos, no hace falta que te vayas a los Pirineos a entrenar. Tampoco que subas a un tresmil para una prueba cuyo techo está a una altitud de 1.500 m.
“Si te estás jugando un circuito o un campeonato, miras todo mucho más al detalle”
Imagino que el enfoque será muy distinto entre el élite y el popular.
No tanto porque para ambos el objetivo es mejorar, lo único es que si te estás jugando un circuito o un campeonato, miras todo mucho más al detalle. Se analiza cada tramo para que no se escape nada y que el atleta llegue a la línea de salida con la seguridad de conocer todo lo que se va a encontrar.
Antes entrenabas en atletismo y ahora fundamentalmente en montaña. ¿Por qué cambiaste?
Después de casi 20 años, se me fue la motivación. Llevaba a un grupo de juveniles muy buenos y cuando se terminó su ciclo decidí tomarme un descanso. El problema fue que 4 meses después apareció Ragna.
“Antes nadie tenía entrenador, era todo muy anárquico”
¿Cómo fue ese salto?
Al principio flipaba. Un corredor de asfalto podía hacer 12 km en un rodaje de 1 hora, mientras que en montaña podrían salir 4. Me costó entender que esto funcionaba de otra manera. Luego traté de adaptar todos esos conocimientos que tenía a este nuevo medio, porque era imposible encontrar información específica de montaña. Solo había 4 nociones de alpinismo.

Pero esto está cambiando, ¿no?
Sí, partiendo por el hecho de que antes nadie tenía entrenador, era todo muy anárquico. Poco a poco la gente se ha ido dando cuenta de que si quieres mejorar tu rendimiento, lo harás mejor acompañado por un profesional. Por otro lado, el mundillo del entrenador de montaña también se va enriqueciendo. Hay más publicaciones, charlas, congresos y profesionales muy motivados, como Nacho Martínez, con un ojo puesto constantemente en la ciencia. Hay gente que no pregunta por no mostrar sus carencias, pero yo todo lo que aprendí lo hice así o equivocándome.
“La experiencia, la intuición y el estar bien con uno mismo y con los demás son claves en el rendimiento”
Alguna vez me ha llamado la atención el cariño que te profesan tus corredores.
Son parte de mi vida. Estamos en un mundo material, pero detrás hay más cosas. La motivación y los sentimientos que le ponemos a cada cosa que hacemos son muy importantes, también el cariño que les das y recibes, y curiosamente se nota en los resultados. Esa es la parte más difícil del entrenamiento, pues no se ve, pero la experiencia, la intuición y el estar bien con uno mismo y con los demás son claves en el rendimiento.
Hay mucha psicología detrás de tu trabajo.
Sí, sobretodo en carreras de larga distancia. Y sobre todo también hay mucho trabajo en equipo.
Te refieres al resto de profesionales que acompañan a los atletas.
Sí. Cuando empecé, daba consejos de los temas que me pedían. Tenía nociones básicas de psicología o de nutrición, pero pronto me di cuenta de que era mejor contar con profesionales especializados. Además de psicóloga y nutricionista, trabajo también con un fisioterapeuta, que me da una información muy útil del estado físico para preparar los entrenamientos, y un médico que vela de que todo esté en orden. Con todo esto yo lo que hago es reunir la información y poner la guinda del pastel, además de aprender mucho.
«Cuanta más información obtengas de los entrenamientos, mayor control tendrás, pero nadie puede prever el futuro y ahí está la magia»
¿Cuáles son los retos actuales del entrenador de montaña?
Como siempre, pasan siempre por dos sitios: el desarrollo científico y tecnológico, y el trabajo de campo de toda la vida. Es verdad que cuanta más información obtengas de los entrenamientos, mayor control tendrás, pero nadie puede prever el futuro y ahí está la magia. Como en la cocina, una misma receta e ingredientes dan un plato distinto según el cocinero.
Se habla mucho de la hipoxia o del potenciómetro, ¿cuál crees que será la tecnología más trascendental en el futuro próximo?
No creo que venga nada revolucionario, sino pequeñas mejoras que nos ayuden en general. Recuerdo cuando llegó el GPS, te hacía alucinar, y luego se integró como una herramienta más del entrenamiento. También son importantes las plataformas de conexión entre atletas y entrenador. Allí puedes ver lo que hacen y, sobre todo, como lo hacen.
«Tampoco entiendo eso de probar el circuito la semana anterior a la competición»
¿Cuál es para ti el principal error del corredor por montaña?
Aunque me reitere, creo que el abuso de kilómetros. Es agradable y el monte lo permite, pero de cara a competir no tiene ningún sentido. Por ejemplo, la tirada más larga de Ragna antes del Mundial de Castellón (85 km y 5.000 m+) fue de 4h30′. El entrenamiento es la suma de distintos conceptos, no todo es resistencia. Tampoco entiendo eso de probar el circuito la semana anterior a la competición; una cosa es conocer un tramo concreto y otra, hacer dos veces el mismo recorrido. De todas formas cada maestrillo tiene su librillo.
¿A qué te refieres?
Pues que en mi carrera he conocido a grandes corredores que se saltaban todas las leyes del entrenamiento y les iba genial. Pongo el ejemplo de Luis Alberto Hernando que, sin hacer entrenamientos de fuerza en el gimnasio, ha ganado tres Mundiales de Trail IAAF. Seguramente por su complexión genética no lo necesita.