Aprovechamos la reciente Travesía Regil, que ha tenido lugar este pasado fin de semana, para charlar con Manuel Merillas, quien -junto con su compañero Antonio Blanco– ganó las dos etapas proclamándose así vencedor de esta 40ª edición de esta histórica Travesía. A sus 23 años Manuel es un personaje sencillo, cercano, con unas cualidades deportivas impresionantes, y, sobre todo, una bella historia que nace cuando un chaval que vive en la naturaleza descubre que lo que a él le gusta es ir lo más rápido posible por el entorno que le rodea…. Comenzó en la competición casi por casualidad y hoy es uno de los mejores corredores por montaña del mundo. Hasta el punto que una firma como Mammut ha apostado por el para su equipo internacional.
«Me gusta correr, trepar, buscar las zonas más directas»
Corredor en verano y esquiador en invierno. ¿Cuál de las dos facetas prevalece en Manuel Merillas?
Me gusta más y me decantaría por correr. Siempre me ha gustado más correr, y ahora trepar, buscando las zonas más directas.
¿Cuánto tiempo le dedicas al esquí de montaña?
Desde que empieza a nevar hasta que acaba la temporada de competiciones, estoy en el equipo militar de esquí, en Jaca. Esquiar, entrenar y mejorar cada día es lo que hago.
Todos los esquiadores dicen que es perfecto para prepararse para la temporada de trail. ¿Tú qué opinas?
Desde luego; bajando no usas los mismos músculos y no es muy parecido, pero para subir y para hacer mucho volumen y prepararte para la carga del verano, es el mejor deporte que hay.
«Llevo un año y medio con un entrenador que ha sabido estrujarme muy bien mis cualidades»
Llevas unas temporadas muy exitosas tanto en esquí como en carreras por montaña…
El año pasado conseguí quedar tercero en la Copa del Mundo de Ultrasky y séptimo en la de Carreras en Línea. Fui Campeón de España absoluto y Sub-23, algo que también he logrado en esquí de montaña. También Campeón de España absoluto en cronoescalada y de la Copa de España. Llevo un año y medio con un entrenador que ha sabido estrujarme muy bien mis cualidades.
¿Cómo era tu entrenamiento antes de tener entrenador?
Yo antes salía de casa, me reventaba, llegaba a casa muerto y comía de pueblo: cocidos, carnes, chocolate… Ahora lo que he cambiado es que tengo entrenador y hago lo que él me manda, pero comiendo lo mismo que antes. Antes sabía cuándo salía de casa pero no cuando llegaba. Salía a hacer un pico y si me quedaba comida, hacía el siguiente, y si encontraba arándanos o agua, hacía otro pico… Todo esto lo hacía en Valdeseco, cerca del Bierzo.
«Mi manera de mejorar era siempre bajar el tiempo del día anterior»
¿Por qué te gusta correr?
Empecé un día, acabé muerto, pero al día siguiente hice mejor tiempo. Luego fui con mi tío y me metió el gusanillo, porque me dejaba muerto. Básicamente fue empezar a salir día tras día y cogiéndole el gusto. También iba al monte con mi tío y el ganado. Me gustaba la naturaleza, saliendo con el bocadillo y el zurrón… Como se ha hecho toda la vida. Estaba claro que iba a acabar en la montaña.
Cuando salía yo solo con el ganado, iba con el bocadillo y las botas y tiraba para arriba a mejorar el tiempo del día anterior. Nunca hacía series, algo que hago desde hace un año y medio. Mi manera de mejorar era siempre bajar el tiempo del día anterior.
Cuando comenzaste a correr por la montaña, ¿sabías que existían las carreras?
El primer año no sabía ni que existían. Me dijeron de ir a la Quebrapates de Asturias. Llegué al pico de segundo, y bajando me fundí y llegué sexto. En 31 kilómetros con 2.400 metros positivos, llegar sexto fue un logro. Quería seguir mejorando y avanzando escalones, que son los rivales, hasta ver a dónde puedo llegar.
«Tuve un pique interesante con Fran Piñera, que ahora es uno de mis grandes amigos de la montaña»
¿Cómo siguió tu carrera?
Hice otra carrera de 46 kilómetros, en donde tuve un pique interesante con Fran Piñera, que ahora es uno de mis grandes amigos de la montaña. Ese día quedé segundo, a tres minutos de Fran, pero entre todos te animan y te dan ganas de ir a correr. Fran me dijo que si me dedicaba a esto llegaría lejos. Al principio le decía que estaba loco, pero luego le he tenido que dar la razón.
¿Cómo ha sido tu progresión desde aquellas primeras carreras?
Hice mi primer ultra al poco tiempo, tras varios podios en pruebas más cortas. Fue de 127 kilómetros y gané, bajando el récord en una hora y media. Ahí pensé que podía ser bueno y que tenía que seguir intentándolo. Empecé con 18 y con 19 años ya había logrado todo esto. Ahora tengo 23 años.
¿Cómo surgió la idea de cambiar y tener un entrenador?
Quedamos a hablar y estuvo una hora y media apuntando todos mis gustos, mis manías, lo que no me gusta… No me ha quitado nada de lo que tengo, sino que me mete más calidad, más preparación. Si antes hacía, por ejemplo, mil horas al año corriendo, ahora igual hago 700. Ahora, con menos volumen y menos cantidad, estoy mejor.

«Recuerdo que llegamos muertos, pero lo pasamos muy bien, pasaban los kilómetros sin darme cuenta»
¿Cómo recuerdas el Anillo de Picos?
En verano ya es de por sí una de las rutas más potentes de España. Son 118 kilómetros encadenando todos los refugios de Picos de Europa en autosuficiencia. Yendo tres, conseguimos bajar el récord a 21h10’, con todo lo que conlleva. Recuerdo que llegamos muertos, pero lo pasamos muy bien, y que pasaban los kilómetros sin darme cuenta. El recorrido era espectacular y no pregunté los kilómetros hasta los 36. La siguiente vez fue cuando llegamos, a los 118. Me encontré muy a gusto, ayudándonos entre nosotros.
¿Lo pasasteis bien incluso con las pájaras que sufristeis?
Sí; a mí me dio, pasando de Jermoso a Cabaña Verónica, una muy considerable, pero sólo esa.
¿Cómo se supera?
Comes, bebes y bajas el ritmo. Luego te arrimas a tus compañeros y que te ayuden. A nivel psicológico, tienes que estar convencido de que vas a salir. No te puedes meter mentalmente en ella, sino creer que vas a salir. Por experiencia, tras seis años corriendo, sé que antes o después se sale.
«Yo antes corría con piernas y corazón, pero ahora corro con la cabeza»
¿Es más importante la mente para salir de una pájara?
Totalmente; la psicología es vital. Yo antes corría con piernas y corazón, pero ahora corro con la cabeza. No sé si eso es ser duro o estar loco, pero creo que sé planear muy bien las carreras.
¿Y qué me dices de la versión invernal del Anillo?
Una verdadera locura. A pesar de ir totalmente preparados, es muy peligroso. Los pasos que tiene, el hielo, las caídas… Hay mucho ladeo, avalanchas… Tiene muchos sitios difíciles.
¿Se pasa miedo?
No, pero sí respeto; tienes que saber que si vas con cuidado y preparado, no te va a pasar nada. Había sitios bonitos de hacer, pero muy peligrosos.
«Mis pájaras suelen venir entre los 40 y los 50 kilómetros. También entre el 80 y el 90»
¿Qué significan para ti los Picos de Europa?
Montaña pura. Me gusta cuando salen desniveles muy bestias en poco tiempo. Prefiero salir a correr e ir sufriendo, hacer grandes desniveles en poca distancia. Y si puede ser técnico, mejor todavía.
¿Y qué me dices de la Travesía Regil?
La hice hace tres años. Desde entonces ha sido bastante importante, por lo que representa esta familia y esta carrera. Esto no lo hay en otro sitio de España, pero la Regil es lo más prestigioso y es una pasada estar en esta carrera.
¿Cuál es tu distancia favorita para correr?
Entre 50 y 80, porque mis pájaras suelen venir entre los 40 y los 50 kilómetros. También entre el 80 y el 90. Luego, hasta el kilómetro 216, no he tenido más pájaras. En tiempo, a las 6 y a las 12 horas, es cuando suelo tenerlas. No sé por qué, pero siempre salen en el mismo momento.
«Recupero muy bien, porque un fin de semana me puedo hacer 60 kilómetros y al siguiente 80»
¿Qué plan de competiciones tienes para este verano?
El mismo que el año pasado, con Copa del Mundo de Ultras y, si voy sacando buenos resultados, también la de media distancia. La Travesera tampoco faltará y algún reto en Picos de Europa que ya iremos viendo.
Parecen muchas competiciones. ¿Cómo recuperas con tanto kilómetro?
Yo recupero bastante bien. No tomo suplementación ni nada, sólo agua, Coca-Cola, Nocilla… y recupero muy bien, porque un fin de semana me puedo hacer 60 kilómetros y al siguiente 80. Me preguntan que cómo aguanto tanta carrera en verano. Mi cuerpo responde con fuerza. En invierno hice 28 carreras y en verano 22 carreras. Y esto cansa más mentalmente que físicamente. Todavía sigo buscando mi límite, aún no sé dónde está. Mi lema es “Siempre se puede un poco más” y “La gloria dura eternamente”.
- Etiquetas: anillo de picos, esquí de montaña, manuel merillas, Picos de Europa, trail running

2 comentarios
animo Manuel
Kilian Jornet: Correr o morir Manuel Merillas: Correr y matar