Este ha sido un año extraño para Manuel Merillas. Ha sufrido su lesión más importante, que desde Enero apenas le ha dejado entrenar con continuidad. Ahora, ya casi recuperado del todo, se ha llevado el Campeonato de España, que también ha ganado la que será su esposa en unas semanas. Con él charlamos tras su victoria en el Maratón Alpino Madrileño.
El Campeonato de España ha sido casi como una historia de amor…
Sin casi. Dentro de dos semanas nos casamos.
¿Es la primera vez que hacéis un doblete?
El año pasado estuvo ella lesionada y este año yo. La primera vez que pudo pasar fue en el Reventón Trail, pero al final ha sido esta la primera vez.
«Ha sido dolorosa, porque entre una cosa y otra, con la lesión, me ha costado bastante conseguir una continuidad.»
¿Cómo va la temporada hasta el momento?
Ha sido dolorosa, porque entre una cosa y otra, con la lesión, me ha costado bastante conseguir una continuidad. El 28 de abril me quitaron las limitaciones para entrenar. Ahora hay que esperar a que se fortalezca todo.
¿Cómo ha sido el proceso de la lesión?
Desde el 10 de enero llevo con problemas en el tendón de aquiles. Empezó como una pequeña tendinitis, después una pequeña rotura, luego una calcificación, pasó a una bursitis… A partir de que me quitaron la calcificación es cuando hay que esperar a que se recupere la lesión.
¿Era esta tu primera competición?
No, he corrido alguna más de prueba. Alguna carrera en casa, corrí Zegama, que era la prueba de fuego para ver cómo estaba el cuerpo. Y hace dos semanas corrí el Pico Pienzu.
¿Cómo fue tu Zegama?
Me planté allí con dos semanas de entreno bueno, con algo de dolor, pero es lo que había. Mi única intención era salir a muerte y que saliera lo que saliera. Ni estrategia ni nada, fui todo el rato a lo que daba. Conseguí llegar a meta, muerto, pero muy bien.
¿No fuiste con cuidado por la lesión?
No, para nada. Tengo la sensación de que cuando me exprimo mucho, el cuerpo está caliente y se me quita el dolor, se me olvida. Cuando llevo tiempo corriendo se me quita. Esa era la idea que tenía, correr a tope para que la temperatura del cuerpo subiera.
«Siempre que tengo alguien delante se me va la pinza y voy a un ritmo muy alto. Me gusta ir siempre rápido»
Además tu siempre eras de la idea de entrenar a muerte hasta que tuviste entrenador…
De hecho, la sigo teniendo, pero hay días que me lo tomo con más calma. Siempre que tengo alguien delante se me va la pinza y voy a un ritmo muy alto. Me gusta ir siempre rápido y la gente con la que entreno también. Pero claro, hay que tener días de relax, series, volumen… Antes no diferenciaba.
¿Prefieres correr con gente?
Sí, aparte que puedes meter más tiempo y es más entretenido. Me encanta correr con gente y pasar una buena mañana con los amigos.
¿Cómo ha sido la recuperación entre tanta carrera seguida?
Entre Zegama, Pico Pienzu y el Maratón Alpino Madrileño casi no he tenido descanso. De momento me ha respondido bien la lesión, aunque me he hecho un pequeño esguince en el otro pie. En el Km12, al bajar de la Bola del Mundo, me empezó a doler. Hasta el Km 20 no se me fue el dolor. En el último tramo me volvió a doler, llegué a meta y me dolía. Al quitarme el calcetín vi el huevo en el tobillo. Ahora tengo un buen hematoma en todo el empeine.
¿Qué te pareció el Maratón Alpino Madrileño?
Ya lo había corrido hace cinco años. La primera que hice con buen nivel. Es una carrera de locos. Se corre muy rápido, el terreno es para matarse. Hay caminos y pistas con mucha piedra y cuesta mucho correr, exige concentración todo el rato. La gente que ha ido este año ha hecho que no pudiera estar más luchada. La última subida es la más dura, el ascenso a Cabeza de Hierro, además de la última bajada de 11 kilómetros en la que tienes que correr mucho.

«Voy carrera a carrera e intento correr todo lo que puedo antes de cada prueba para tener rodaje.»
¿Esta vez no fuiste a muerte como Zegama?
En Zegama salí a muerte si quería sacar puesto. Pero esta vez era un poco más que Zegama; con el calor que hacía y la altura, había que usar más la cabeza. Yo tenía pensado empezar a apretar en el Km30. Así lo hice y reduje muy rápido la distancia con los primeros. Jugué mis cartas y me salió bien.
¿Cuáles son tus próximas carreras?
Si estuviera al 100% iría al Campeonato España de Kilómetro Vertical a Fuente Dé. Pero hay que ver cómo voy del pie. Luego viene Zumaia Flysch y el Campeonato de Clubes. Luego a Dolomitas y al Mundial de Skyrunning.
¿Habías tenido lesiones como esta que has sufrido estos meses?
Lesiones como esta no. Me había caído, hecho daño en hombro o costillas… Este tipo de lesiones, que ya llevo 5 meses, por lo que este año me resulta mucho más duro, porque me gusta tener continuidad y entrenar de seguido y con este problema no puedo. Los días que puedo entreno mucho, me salen muchas horas. Tengo que pensar un poco más en hacer las horas que necesito de cualquier manera. Voy carrera a carrera e intento meterle todo lo que puedo de correr antes de cada carrera para tener rodaje.
«Llevaba toda la semana pensándolo. Tenía ese gusanillo de que ganáramos los dos, que sería una pasada porque nadie lo había conseguido.»
¿Te esperabas hacer doblete con Azara?
Llevaba toda la semana pensándolo. Tenía ese gusanillo de que ganáramos los dos, que sería una pasada porque nadie lo había conseguido.
¿Cómo ves a Azara esta temporada?
Está que se sale, desde que salió de la lesión lo ha pillado con ganas. El año pasado dejó de correr por la lesión y este año está fresca. Le está saliendo toda la rabia del año pasado.
Ella también tuvo una lesión importante…
Sí, se tiró desde junio hasta final de temporada con un esguince de tobillo muy gordo. Lo arrastró durante seis o siete meses. Esta temporada ya empezó con el tobillo bien y todo va cuesta abajo.
¿Soléis entrenar juntos?
Sí, prácticamente siempre. Nos levantamos, dejamos al crío en el colegio y nos largamos. Siempre que tenemos un hueco, salimos juntos. Hacemos lo que sea para entrenar juntos.
«La clave es pisar fuerte y no tener miedo. Si tienes miedo te vas. Hay que tener mucha precisión.»
¿Cómo son vuestros entrenamientos? ¿Vais más juntos o por separado?
Más o menos, cuando son rodajes o tiempos de descanso, calentamiento, vuelta a la calma… A la hora de las series o tirar a un ritmo, cada uno va a su bola. Pero quitando esos ratos de ir rápido, vamos siempre juntos.
Además tú la ayudaste a mejorar en los descensos…
Desde que la conocí a ahora ha cambiado mucho, es otro planeta verla bajar. Venía del atletismo y a ellos les cuesta más. Día a día le he ido explicando las maneras, las formas, cómo pisar, etc… Ha mejorado mucho.
¿Cuál es la clave de un descenso?
La clave es pisar fuerte y no tener miedo. Si tienes miedo te vas. Yo tengo la técnica cogida, y a ella le falta no tener miedo. Si vas por Picos, como metas la pata mal un centímetro, te caes de boca. Hay que tener mucha precisión.
