Todo aquel que conozca mínimamente a Manuel Merillas Moledo sabía que tras el confinamiento iba a volver a correr con más ganas que nunca, como un caballo desbocado. Y así ha sido. Después de unas semanas de reencontrarse con la montaña en las que ha acumulado muchas horas de entrenamiento, el leonés ha aprovechado el parón competitivo para llevar a cabo algunas ideas que le rondaban por su cabeza.
Empezó con pequeños retos cerca de casa, en los que corroboró su buen estado físico, y después fue a por otros con más solera como el del Txindoki, el Garmo Negro, el Pedraforca, el Aneto y el Posets. Por diferentes causas, no en todos pudo cumplir sus objetivos, así que probablemente intentará darles otra oportunidad conforme vaya pasando el verano.
Empecemos por el Txindoki. ¿Cómo lo planteaste?
Pues le tenía un montón de ganas, porque la idea de juntar la bicicleta y correr me motivaba muchísimo. Miré el track de Aritz Egea, que batió el récord el año pasado, e hice exactamente lo mismo, tanto en subida como en bajada. En la bicicleta fuimos muy parejos, pero a pie le conseguí sacar 2 minutos de diferencia.
«Me he hecho con una bici ligera y eso es otro mundo»
Aritz tiene pasado de triatleta. ¿Cómo es que te defiendes tan bien con la bicicleta?
Siempre me ha gustado y en la recuperación de la larguísima lesión que tuve me ayudó muchísimo. En esa época, que fue cuando hice el Camino de Santiago en 26 horas, metí 25.000 m positivos en menos de 9 meses. Son unos números que me alucinan hasta a mí. Además, ahora me he hecho con una bici ligera y eso es otro mundo.
Y al día siguiente del Txindoki, ya estabas en el Garmo Negro.
Sí, la idea era ir con la furgoneta a los diferentes sitios en los que había algo que hacer e intentarlo sin perder el tiempo. En algunos casos era preciso reconocer más el terreno y en otros menos, y en el Garmo lo intenté directamente y salió en 1h07’, uno de los mejores tiempos que se han hecho allí [otras marcas: Toño Algueta (1h08’) y Markel Urigoitia (1h07’)].
«Eran el tercer día consecutivo de actividad y tuve unas sensaciones buenísimas»
También sin descanso, hacia el Pedraforca, donde estableciste el mejor tiempo bajando por al tartera. ¿Cómo fue?
Eran el tercer día consecutivo de actividad y tuve unas sensaciones buenísimas. Primero subí con mi pareja para reconocerlo, pues nunca había estado allí, y después salí a por este récord que, como el del Txindoki, tiene ya mucho recorrido. Me motivé mucho y la montaña me encantó, creo además que podría bajar de ese tiempo.
53 minutos y 12 segundos es algo impresionante en ese recorrido, en el que además también han pasado recientemente otros grandes como Zaid Ait Malek (54’21”), Andreu Simón (1h00’) o Jan Margarit (1h01).
Cuando yo fui solo lo había hecho Andreu y yo hice lo mismo que él, bajamos los dos por la tartera. Es cierto que el GPS dice que yo realicé menos distancia, pero creo que es porque el suyo perdió la señal en algún momento y dio brujulazos que le añadieron más distancia. Si te fijas, después a Zaid le sale prácticamente lo mismo que a mí, aunque él y Jan no pudieran bajar ya por la tartera. Hubo un poco de confusión con todo esto.
«Este tipo de retos los hago para mí, no para los demás»
En casos así, se echa de menos algo más de oficialidad en este tipo de retos. En otras ocasiones ha habido responsables de la Federación de Montaña (FEDME) que han atestiguado este tipo de retos. ¿Cómo lo ves?
Sí, estaría bien, aunque mejores datos que los de un GPS no vamos a tener. Seguro que se pueden trucar, pero a mí me educaron desde pequeñito a hacer las cosas bien. Tal vez podrían darte un GPS ellos antes de empezar, al terminar lo devuelves y te miran los datos.
Con estas marcas de velocidad se van creando clasificaciones. Sin embargo, al contrario que las carreras en las que se supone que todos estáis bajo unas mismas condiciones, aquí pueden cambiar completamente. ¿Tiene sentido comparar unos tiempos con otros?
Sí que tiene porque, al final, cada uno elige el mejor momento para intentar sus retos y eso forma parte de la estrategia. Puede estar la montaña en sus mejores condiciones, pero sobre todo importa cómo estás tú. De todas maneras, este tipo de retos los hago para mí, no para los demás. Lo hago para demostrarme que puedo estar en forma, especialmente después de la lesión. Darme cuenta de que puedo estar compitiendo con Aritz, Jan, Zaid, Andreu… son algunos de los mejores corredores del mundo.
¿Aun te molesta la lesión?
Lo siento como si me hubieras hecho un esguince muy gordo del que te vas acordando en momentos puntuales, pero que en general no molesta.
«Tuve un par de pérdidas bastante tontas»
Volviendo a tus retos, te tomaste un día de descanso y después para el Aneto. ¿Intentaste algo rápido allí?
Era la intención, pero finalmente no. Subí un día para reconocerlo, pero al día siguiente nos avisó la policía de que no podíamos pernoctar en el parking del Plan de Senarta, que lo habían prohibido recientemente. Había dormido allí desde hace muchos años y se me quitaron las ganas. Creo que las condiciones para el Aneto era muy buenas, con mucha nieve pero con buena huella.
Entonces te decidiste por el Posets, ¿no?
Sí, y lo intenté, pero tuve un par de pérdidas bastante tontas que me impidieron conseguirlo. Al final, tras haber ido por algunos sitios un poco comprometidos, me di la vuelta antes de llegar a la cima, sobre los 3.200 m. La bajada sí que la hice a tope, en unos 57 minutos. En la subida, antes de perderme, también me había sentido bien y en el refugio Ángel Orús iba unos 3 minutos por debajo del récord.

«Desde hace ya muchos años, hago las cosas a mi manera. Por eso no hay entrenador que me entienda»
Al margen de los tiempos, lo que me parece más increíble es que no guardas apenas tiempo entre actividades tan exigentes.
Yo soy así. Obviamente con mayor preparación y descanso podría mejorar algo los tiempos, pero mi forma de entrenar y la buena base de volumen que tengo me permite darlo todo muchos días seguidos. De hecho, yo no guardo nada en cada reto, corro cada día como si no hubiera un mañana. Me puedo levantar reventado, pero si la cabeza quiere, es cuestión de arrancar. Desde hace ya muchos años, hago las cosas a mi manera. Por eso no hay entrenador que me entienda.
¿En quién te fijas a la hora de planificarte los entrenamientos?
Me fijo en gente de la vieja escuela, de los que te dicen que hay que echar muchas horas en el monte. En eso baso mis entrenamientos, en meter una base increíble de volumen y también mucha calidad. El día que publique mis entrenos del último año, que van en esta línea, más de uno se va a sorprender. Eso es lo que me permite hacer actividades potentes casi sin descanso.
«Mi pista de atletismo está en un prado a 2.000 m de altitud»
Entiendo que compaginas el volumen y el desnivel con la velocidad.
Si te fijas, en estos retos marco kilómetros a 3’/km, eso solo se consigue si trabajas también los ritmos rápidos. Mi pista de atletismo está en un prado a 2.000 m de altitud, tiene 1.100 m de distancia y apenas desnivel. Allí es donde trabajo la velocidad.
¿Tienes ganas de que vuelvan las competiciones? ¿Estás apuntado a alguna?
No demasiadas. A mí me gusta más entrenar que competir, hacer montaña sin presión y cuando me apetece, que es casi siempre. En España creo que está todo muy confuso, pero a nivel internacional es posible que sí haga alguna.
«El problema del UTMB es que es completamente contrario a mi estilo»
Por el tipo de reto que estás haciendo, entiendo que estás preparado especialmente para distancias de entorno al maratón. ¿Es así?
Y también mucho más largas, como te digo mi entrenamiento es prácticamente todo volumen. Ahora, además, me encuentro super fuerte en las subidas y bajo igual que siempre, que es a tumba abierta.
¿Estarías listo, por ejemplo, para un UTMB?
Pienso que sí, el problema del UTMB es que es completamente contrario a mi estilo. Aunque por otro lado me gustaría hacerla porque van los mejores del mundo.
Este año tienes tu oportunidad, solo va Pau Capell. Puedes marcar tu tiempo allí sin tener que participar en ese macroevento.
Pau anda muchísimo en ese tipo de carreras, pero no te voy a decir que no sería un pique precioso. Lo suyo sería hacer el UTMB y después algo más de mi estilo, tipo Travesera.